Ayuntamiento de Marbella

La derecha conserva Marbella en uno de los momentos más delicados para el municipio

PP y Vox, en consonancia con sus resultados en el resto de España, salen reforzados tras unos comicios locales en los que concurrían una izquierda con grandes expectativas ante la comprometida situación política de la regidora y una amplia variedad de partidos municipalistas

Ángeles Muñoz, el domingo, ejerce su derecho el voto en un colegio electoral de San Pedro Alcántara.

Ángeles Muñoz, el domingo, ejerce su derecho el voto en un colegio electoral de San Pedro Alcántara. / marcel vidal. marbella

Marcel Vidal

PP y Vox, en consonancia con sus resultados en el resto de España, salen reforzados de unos comicios locales a los que concurrían una izquierda al alza y una amplia variedad de partidos municipalistas. Marbella vuelve a echar mano de las opciones más conservadoras para hacer frente a un momento comprometido para la ciudad.

Si una amplia mayoría de vecinos siguió votando al GIL en los años más negros de la ciudad –época que tocó a su fin cuando intervino la Justicia y el Gobierno central disolvió la Corporación municipal-, la ciudad recurre de nuevo, 20 años después, a los partidos más escorados a la derecha del espectro ideológico a la espera de que escampe la polémica que, desde hace meses, cerca a la alcaldesa, Ángeles Muñoz, ante las dudas sobre el origen de sus bienes o el procesamiento de la Audiencia Nacional a su entorno familiar más próximo por supuestos delitos de blanqueo de dinero, tráfico de drogas o pertenencia a una red criminal.

El PP logró el domingo no sólo mantener los 14 concejales que obtuvo en 2019 y que dan la mayoría absoluta en la Corporación local, sino que aumentó en número de votos al pasar de las 19.080 papeletas a las 19.593.

Más a su derecha, Vox, la sorpresa de la noche electoral, irrumpió con dos concejales en un hemiciclo municipal en el que carecía de representación.

La formación de extrema derecha ha pasado de los 1.568 votos que logró en 2019, el 3,3 por ciento del escrutinio de aquella cita electoral; a los 4.041 del domingo, el 8,4 por ciento.

Días antes de la cita con las urnas, un restaurador de la localidad, conocido por su animadversión contra el Gobierno central de PSOE y Unidas Podemos, anunció a través de un vídeo difundido por las redes sociales que invitaría a cerveza y vino al día siguiente de la cita con las urnas si, tras el recuento de los votos, los partidos de izquierdas no alcanzaban la mayoría absoluta en la Corporación municipal.

La edil de CS, a favor del PP

PP y Vox suben a costa de CS y PSOE. La formación naranja perdió el domingo, en una noche aciaga, el concejal que logró en 2019 y pasó de los 2.597 votos a 1.693. La única edil de la formación naranja pidió en plena campaña electoral el voto para Muñoz y abogó por que el PP renovara la mayoría absoluta.

«Por mi experiencia, no estoy de acuerdo con las mayorías absolutas, menos cuando están tanto tiempo en el poder, ya que se consiguen clientelismos, como hemos visto en los últimos meses en Marbella», señala el candidato de CS, Ángel Mora.

El PSOE, por su parte, pasó de diez a 8 ediles y de 14.842 votos, el 31 por ciento del escrutinio de 2019; a 12.504, el 26 por ciento. El candidato José Bernal albergaba durante la jornada electoral la esperanza de, a través de pactos, acceder a una alcaldía que ya ocupó entre 2015 y 2017.

IU y Podemos se presentaron por separado en las elecciones de 2019 y no lograron representación municipal. En la cita electoral de 2023 optaron por concurrir en la confluencia Unidas con Podemos, pero con el mismo resultado. Es más, IU logró en 2019 más votos (2.038), que con la confluencia de 2023 (1.571).

De esta forma, IU, puntal de la oposición en los años más duros del gilismo, estará, al menos, ocho años sin representación municipal.

«La ciudadanía ha decidido de forma mayoritaria que el gobierno de la mafia y la corrupción siga gobernando. La ciudadanía es soberana y ha elegido esto», señala la candidata de Unidas con Podemos, Victoria Morales.

Fiasco de los partidos localistas

De las cuatro formaciones municipalistas que optaron a las elecciones locales el pasado domingo y que coincidían en la necesidad de regenerar el Ayuntamiento y la imagen pública de una ciudad que vuelve otra vez a asociarse con la peor cara de la política, sólo OSP obtuvo representación y pasó de dos a tres concejales.

El concejal de la formación sampedreña, Manuel Osorio, habla de «malas artes» del PP, que ha tratado de confundir las elecciones locales con comicios en clave nacional. «Había votantes que llegaban a nuestros apoderados preguntando si las elecciones eran para votar a Pedro Sánchez», señala el concejal.

En opinión del candidato de Por Mi Pueblo, Francisco Gómez, «se ha votado en clave nacional mucho más que en clave municipal». «Los votantes han antepuesto la polémica de las listas de EH Bildu o de las políticas de Pedro Sánchez con Podemos a los problemas que sufrimos día a día en la ciudad, como la vivienda, los aparcamientos o la seguridad», apunta.

El candidato de Impulsa Ciudad, Javier Lima, lamenta que el resultado de las urnas no haya traído consigo una regeneración de la política municipal y «el sueño de otra ciudad». «Teníamos las ganas de transformar la ciudad, pero no ha sido posible. Hemos hecho lo que hemos podido, pero no tenemos los medios de los partidos grandes. El votante es soberano y ha decidido esto», agrega.