Tusquets

En defensa de la lectura

Joaquín Rodríguez plantea en ‘La furia lectora’ una batería de medidas para promover la lectura, lejos de las soluciones tradicionales

La furia lectora

La furia lectora / Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Sostiene el antropólogo cultural Joaquín Rodríguez que las obras que defienden tanto la existencia de los libros como la práctica de la lectura suelen tener un mínimo común denominador que pasa por ensalzar tanto las innegables virtudes de la lectura como el cánon clásico de obras que el lector debe leer a lo largo de su vida, para así alcanzar la cumbre de la dicha y la realización personal.

Un planteamiento que, a su juicio, parte de personas cuyas circunstancias socioeconómicas suelen estar la mayoría de las veces a años luz de esos no lectores a los que va dirigido ese elogio de la lectura o esos planes de fomento lector.

Por este motivo, lo que este doctor en Geografía e Historia por la Complutense realiza en el ensayo ‘La furia lectora’, que acaba de publicar Tusquets, es un ‘derribo controlado’ de los lugares comunes que a su juicio plantean la mayoría de este tipo de elogios. El objetivo es cuestionarse si no hay otros caminos menos transitados para que, en un mundo copado por la contemplación de pantallas digitales y la lectura breve y superficial, puedan extenderse la comprensión lectora y la lectura en profundidad.

La lectura, sostiene, es necesaria para el desarrollo de ciertas facultades intelectuales pero «radicalmente insuficiente para determinar de qué manera se utilizan».

Una lección de humildad, habida cuenta de que la Humanidad lleva siendo lectora y escritora desde hace relativamente poco: «Apenas somos lectores desde hace unos pocos miles de daños, 2.389 si tomáramos como referencia la probable fecha de escritura de ‘Fedro’», señala.

De esta manera, Joaquín Rodríguez va desgranando lo que considera lugares comunes de la loa de la lectura, al tiempo que propone ideas para fomentarla, expuestas al final de cada capítulo en una larga sucesión de preguntas, al modo socrático.