Memorias

Sangre indestructible

Retrato del artista cachorro, las memorias de juventud de Dylan Thomas

Dylan Thomas.

Dylan Thomas. / ZENDA LIBROS

Lauren García

Pasajes trepidantes de acción y desenfado muestran el rostro de Dylan Thomas en Retrato del artista cachorro, las memorias de juventud de Dylan Thomas. Aquí se muestra al hombre tierno, cómico, creador y destructor al mismo tiempo; el libro deja entrever al gran hombre de letras que fue. La lograda traducción corre a cargo del poeta José Luis Rey, traductor, entre otros, de recientes obras de Shelley y Keats.

Las palabras en el prólogo de Aeronwy Thomas, hija del poeta galés arropan la facultad de letraherido de Dylan para pensar y sentir la literatura, trascendiendo ese amor a la vida familiar para establecer una condición de vida: «Mi padre era asimismo testarudo y totalmente decidido a tratar con éxito las palabras y la escritura». Prueba irrefutable del escritor que sería, ya que «funde al artista (al hombre de letras) con el «novato» o «cachorro»de un modo tan íntimo que no nos olvidamos de ninguno de los dos».

Dylan Thomas narra con mimo y cariño todo lo referente a su familia, como el chaleco de su abuelo, por el que siente venerable admiración, el contacto con la naturaleza tomará ecos llamativos, entre el señuelo de viejas canciones y leyendas. Se empieza a hilvanar su espíritu indómito: «Pero a mí me gustaba llevar mi traje viejo, para parecer un verdadero y joven granjero, con estiércol en los zapatos para que sonaran al caminar, me gustaba ver a una vaca alumbrando a su cría y al toro montando a la vaca». Las travesuras desmedidas fueron convirtiéndolo en personaje. Los amores y reproches de un día de nieve entre amigos, los primeros escarceos serios con la poesía en el ámbito escolar, el ansia de recitar en voz alta y el redoble de los primeros versos en su alma, incluyéndose en los diarios los fragmentos de sus primeras creaciones.

El joven Dylan desplanta con osadía a los convencionalismos, con el parapeto del arte. El flujo del amor ira arrojándose al corazón del poeta y la amistad cobrará el sello auténtico de la camaradería. Laten, también, las conversaciones con sus primeros compañeros periodistas, llenas de unas crónicas de sociedad teñidas de ecos rocambolescos y en un tono desbordante que adquieren porte literario. La imperiosa necesidad de cultivarse y palmar la calle son muestra de ello. También resulta ineludible sus primeros tanteos con el alcohol, que tanto le marcaron: «El ron ardía y fluía por todo el cuarto sofocante, mi cabeza estaba firme como una colina, tanto que podría escribir doce libros antes del alba».

DYLAN THOMAS

  • Retrato del artista cachorro
  • Visor, 231 páginas
  • Precio: 20 €

Retrato del artista cachorro muestra como un hecho anecdótico puede ser relevante y marcar el acontecer de una vida. El sucio pueblo del que habla con habitantes «humildes y extraños, pero nunca olvidados», son la emoción del que salta en el amor adherido a la vida y conoce la derrota tan apegada a la muerte; la validez de una historia.