Louis-Ferdinand Céline

Los manuscritos inéditos de Céline

Algunas de las hojas manuescritas de Céline.

Algunas de las hojas manuescritas de Céline. / NICOLAS BOVE

Podemos encontrar la conducta y el pensamiento de un escritor odiosa, condenable y hasta aborrecible, sin que por ello nos alejemos de sus libros. Muchos aborrecerán y considerarán injustificable la involución de André Malreaux o -como el caso que ahora nos ocupa- el antisemitismo feroz de Louis Ferdinand Celine; y, sin embargo, con sus escritos han levantado una grandiosa obra literaria de irreprochable categoría y valor. 

Louis-Ferdinand Céline ingresó en la gran literatura de manera grandiosa, con el reconocimiento y el derecho propios con el que un príncipe entra a su palacio. Hombre educado en el menester de la medicina, provisto de una vasta formación artística, con una indiferencia soberana hacia el academicismo y la grandeur francesa, con un sentido excepcional de la vida y del lenguaje, Céline escribió un libro que permanecerá ya para siempre entre los grandes relatos de la historia. ‘Viaje al fin de la noche’, novela del pesimismo, fue dictada por el miedo a la vida y por el cansancio que causa más que por la rebelión. Era 1932 y Celine se consagró como el otro Proust; la otra cara de la moneda, de la misma moneda con la que Proust se había ganado el corazón y el orgullo de los franceses. 

Celine había sido un héroe de guerra por su valiente comportamiento en la Primera Guerra Mundial, pero luego llegó 1937 y Celine publicó unos panfletos incendarios. ‘Bagatelas para una masacre’ era un ataque frontal contra los judíos franceses, un ponerlos en la diana de la nazis. Vendió más de 75.000 ejemplares. Enseguida publicó otras dos entregas: ‘La escuela de los cadáveres’ y ‘Les Beaux Draps’. André Gide, tratando de salvaguardar el genio literario de su colega, dijo que unos textos tan desbordados sólo podían tratarse de una broma. Pero Céline hablaba en serio y con convicción.

Luego, llegó la guerra. La ocupación nazi en Francia, los colaboracionistas, la Resistencia, el Gobierno de Vichy. Céline siguió viviendo con comodidad protegido por el Gobierno de Vichy, pero luego tuvo que huir para evitar ser fusilado por colaboracionista y traidor. En su huida dejó miles de páginas manuscritas que, con el paso del tiempo, se creían perdidas definitivamente. 

Pero en agosto de 2021, 77 años después de su huida, saltó la bomba. Yvon Morandat, miembro de la resistencia, había requisado el apartamento de Céline apoderándose de una caja de madera que contenía los manuscritos inéditos del escritor. En 1982, los descendientes de Yvon Morandat descubren la caja y deciden confiársela a Jean-Pierre Thibaudat, renombrado crítico teatral del periódico Liberation, con una condición: no podría hacer público su contenido hasta que no muriese Lucette Destouches, la viuda de Céline. Hubo que esperar, pues la mujer vivió hasta los 107 años muriendo en 2019.

El descubrimiento, revelado el 4 de agosto de 2021, por Jérôme Dupuis en Le Monde supuso una revelación tan extraordinaria como inesperada. Un trueno en el cielo de la literatura del siglo XXI.

Los estudiosos de Céline ya han dictaminado que los manuscritos permitirán la edición de cuatro relatos del escritor. El primero ‘Guerra’, ya publicado; el segundo ‘Londres’, de mayor extensión, que acaba de publicarse en Francia y luego llegará a España. El tercero es el manuscrito completo de ‘Casse-pipe’, un libro publicado en 1952 de manera incompleta y el cuarto sería un relato sobre la leyenda del Rey Krogold, una historia fantástica que sus editores de entonces no quisieron publicar.