Crónicas de la Cuidad

Evitemos caídas de película en el Santuario de la Victoria

Según las estadísticas más recientes, cada año se medio despeña un coche por las escalinatas que dan a la calle Fernando el Católico. Algo habrá que hacer

La escalinata que ‘atrae’ a los coches, ayer.

La escalinata que ‘atrae’ a los coches, ayer. / Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

En agosto del año pasado esta sección recordaba el dato de que Carlos Luis de Funes, el padre del humorista Louis de Funes, falleció en Málaga en la pura ruina en 1934, después de una fallida aventura comercial.

El famoso cómico francés nació en realidad en el país vecino de pura casualidad, pues su padre era un abogado sevillano que se enamoró de la coruñesa Leonor Soto y al parecer, los novios hicieron mutis por el foro y se mudaron a Francia ante la oposición familiar al casamiento.

Del francoespañol es una comedia en la que conduce un coche que, tras recoger a un par de jóvenes que hacen autoestop, termina en la copa de un árbol, sobre un acantilado.

Tan arriesgada pirueta recuerda otras hazañas automovilísticas inmortalizadas en películas como ‘El mundo está loco, loco, loco’ o alguna de la saga de James Bond, en la que Roger Moore se lanza por las escalinatas de París con su coche último modelo, con la tranquilidad de quien no paga los neumáticos.

En cualquier caso, este tipo de acciones parecen más propias de Funes o de Peter Sellers en su papel de inspector Clouseau que del agente 007, y pese a lo arriesgado de la maniobra, es difícil que no asome una sonrisa.

Y confiemos en que la cosa quede así, en una sonrisa o cuando menos, en un susto, antes que en una visita al hospital, porque como el pasado martes informó La Opinión, una conductora de 77 años se precipitó por error por una escalinata del Santuario de la Victoria, sin que mediara rodaje alguno de película.

El vehículo, atascado en las escaleras del Santuario de la Victoria.

Una señora atascó su coche en la escalinata al confundirla con la rampa de bajada / L. O.

Se trató, como es lógico, de una confusión entre la vecina rampa de salida y la escalinata que da a la calle Fernando el Católico, en un lateral del Santuario.

Hay bolardos (de quita y pon, ojo) que delimitan la zona de coches de la parte peatonal, pero este tipo de accidentes no es tan extraño, hasta el punto de que, como informó este periódico, ocurrió lo mismo en 2018 y 2019 justo en la misma escalinata.

Para evitar estos despistes peliculeros que se repiten de forma anual, el Ayuntamiento quizás debería plantearse colocar algún tipo de señal, con el fin de que se note bien la diferencia entre la rampa y la escalera. También los bolardos separadores deberían estar más tiempo ‘funcionando’: Ayer al menos, sobre las 11 de la mañana, cuando visitó la zona esta sección, se encontraban enterraditos en el suelo.

Sin palmera

Vecinos de San Julián informan de que tras la denuncia en esta sección, ya fue retirada la palmera que cortaba una de las vías de la Carretera del Campo de Golf. Felicidades.