Una empresa ‘made in’ UMA para revolucionar la formación

Los términos spin-off o empresa de base tecnológica suenan sobre todo a las áreas de Ingeniería o Telecomunicaciones pero la Universidad de Málaga acaba de dar su visto bueno a la primera empresa de este tipo surgida de las aulas de la Facultad de Ciencias de la Educación, Digital Educa. Una sociedad formada por cuatro profesores e investigadores que ofrecen su experiencia de formación, docencia e investigación para mejorar la educación utilizando como medio las tecnologías digitales.

Se trata, además, de un ejemplo de que se puede emprender desde los grados de Educación y Pedagogía, en línea con lo que propone la nueva ley de Educación. «La mentalidad emprendedora también debe ir de la mano de la educación», defiende Enrique Sánchez, uno de los creadores de esta empresa junto a Julio Ruiz, Ernesto Colomo y José Sánchez.

Aplicar las investigaciones

Igualmente, destacan que otro de los objetivos es la transferencia a la sociedad de la investigación que realizan en el grupo de la UMA Innoeduca, del que estos docentes forman parte y que se basa en las líneas de la innovación pedagógica y la tecnología educativa.

«Con nuestras investigaciones hemos llegado a un sistema de formación que nosotros estamos aplicando en clase y en el que integramos los avances de la neurodidáctica y la tecnología como medio para llevarlos a cabo en procesos de formación de todo tipo», detalla Sánchez.

Por ejemplo, su sistema tiene en cuenta la neurodiversidad, es decir que hay cerebros diferentes y distintas formas de aprender, por lo que los mensajes deben transmitirse de varias formas.

El siguiente paso fue darse cuenta de que este sistema podía aplicarse no sólo en las aulas de Ciencias de la Educación, sino en cualquier centro educativo y en cualquier empresa que haga formación. «Si tienes una empresa lo que te interesa es que cuando organizas un proceso de formación sea efectivo, que tenga una influencia y se traduzca después en una transferencia al trabajo», explican. Un proceso que ellos han logrado optimizar aplicando los avances de la neurociencia.

Admiten que «no han inventado nada», pero sí han sido capaces de aunar las aportaciones de muchos científicos en este campo y sistematizarlas para crear una formación diferente que no estaba en el mercado.

Esta fue la idea con la que el pasado curso participaron en el concurso para spin-off que anualmente promueve la Universidad de Málaga y en el que ganaron el premio de la Fundación General de la UMA , dotado con 3.000 euros. Un certamen que busca comercializar ideas fruto de la investigación que se realiza en la universidad.

Posteriormente, en el último Consejo de Gobierno de la UMA, recibieron el visto bueno a su creación como Empresa de Base Tecnológica y ahora están a la espera de la aprobación del Consejo Social que les permita en seis meses su constitución definitiva como sociedad limitada.

Espacio de emprendimiento de la UMA

Mientras, el premio de la UMA les está permitiendo formarse en el espacio de emprendimiento Link by UMA-Atech con el programa de acompañamiento Polaris. «Nosotros sabemos dar clase, investigar, pero el ámbito empresarial se nos quedaba lejos. Por eso estamos formándonos ahora», indican subrayando el apoyo de la universidad.

«Nos daba un poco de miedo asomarnos el precipicio del mundo empresarial pero es verdad que de la mano de la UMA te da mucha confianza», reconoce Julio Ruiz.

También están diseñando ya su página web y aprendiendo conceptos de marketing para darse a conocer, aunque gran parte de este trabajo lo tienen hecho porque ya han trabajado para importantes clientes como las tecnológicas Apple y Genially, la Fundación Aula Smart o el Instituto Escalae de formación.

El cambio es que, para poder realizar estas acciones formativas para clientes externos a la UMA, tenían que utilizar los contratos OTRI de la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación. A partir de ahora lo harán a través de Digital Educa y podrán, por ejemplo, contratar personal si lo necesitan.

«Podríamos contratar a alumnos egresados de la UMA a los que les estaríamos dando su primera oportunidad laboral en una empresa de la propia universidad», detalla el profesor Julio Ruiz.

Aprovechar sinergias

Estos emprendedores defienden que no se trata de «mercantilizar» la educación, sino de aprovechar las sinergias que se generan con el trabajo entre el sector público y el privado, «que da productos muchísimo mejores que los que da un único sector».

«Hay que romper esos prejuicios con las empresas, que tienen mucho que aportar, que generan mucho conocimiento. Si colaboramos van a salir cosas buenas, sabiendo donde está cada uno», aseguran.

Entre los servicios que ofrecerán a sus clientes está la formación y el diseño de contenidos de base tecnológica, la consultoría sobre la tecnología educativa o el acceso a licitaciones o proyectos, además de investigaciones en este campo.

«Tenemos claro que queremos ayudarte a que tu formación sea mejor, más efectiva y realmente innovadora», resume el profesor Enrique Sánchez. Ellos ya aplican en sus clases este sistema fruto de años de investigación y tienen a los mejores jueces posibles: los alumnos. «Te dan un feedback buenísimo. Son muy sinceros», bromean.

Su objetivo ahora es darse a conocer y consolidarse como una opción alternativa al tipo de formación que está en el mercado. Y las perspectivas son muy buenas como demuestra el que ya estén en conversaciones con alguna de las empresas tecnológicas más importantes a nivel mundial.

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