Botánica

El ciprés de México, planta de marzo del Jardín Botánico de La Concepción

Este ciprés nativo de América Central puede alcanzar los 30 m de altura y es muy longevo y de crecimiento rápido

Este ciprés de México, ubicado encima de la cascada de mosteras, mide casi 25 metros

Este ciprés de México, ubicado encima de la cascada de mosteras, mide casi 25 metros

La Opinión

El Jardín Botánico Histórico de La Concepción elige como planta del mes de marzo a uno de los árboles monumentales, por su porte y antigüedad que se encuentran en este espacio, el Ciprés de México. Está ubicado encima de la cascada de mosteras, tiene una altura de casi 25 metros y un diámetro de 1,20 metros.

 Esta especie, también conocido como cedro de San Juan, es nativa de América Central, entre México y Costa Rica. El nombre del género precede del griego Kipros (Chipre), que es la zona donde se distribuye de forma natural el ciprés común (Cupressus sempervirens). Fue introducida en Europa por los portugueses en el siglo XVII y plantada inicialmente en el bosque de Bussaco de Coímbra, de ahí el nombre científico de lusitanica.

 Este ciprés puede alcanzar los 30 m de altura; tiene un tronco recto con la corteza marrón rojiza y fisurada. Las ramas extendidas o ascendentes le dan a la copa una forma más o menos cónica. Las hojas son de un verde grisáceo, como pequeñas escamas de entre 1 y 2 mm de largo. Es monoico, ambos sexos en la misma planta, con los conos masculinos elipsoidales y de unos pocos milímetros, y los femeninos globosos y de hasta 1,5 cm de diámetro, con numerosas semillas aladas en su interior. 

Es un árbol resistente y soporta bien periodos de sequía. Es muy longevo y de crecimiento rápido. Se cultiva por su gran valor ornamental y por su madera para carpintería; también es usado como cortavientos. En medicina tradicional mexicana se hierven sus ramas en agua y se usa en baños para aliviar el dolor de huesos; en El Salvador se usa para tratar cicatrices y el sarampión.