Crónicas de la ciudad

Los estanques perdidos de Chiquito de la Calzada

El parque en honor del querido humorista, inaugurado en 2004, sigue luciendo unos estanques en retirada y un avejentado puente de madera que transmite inseguridad

Estanque y puente del parque dedicado a Chiquito de la Calzada.

Estanque y puente del parque dedicado a Chiquito de la Calzada. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Durante largo tiempo el Oeste de Málaga, al contrario que el Oeste americano, fue una domada tierra de labor y además sin asomo de tribus hostiles. Muchos de los cortijos y propiedades de la zona, por entonces pleno campo, han dado lugar a los barrios de hoy: la Hacienda de La Cordobesa, la Hacienda Vistafranca, Santa Paula, San Carlos, Los Guindos... 

Muy cerca del cortijo de San Luis se encontraba el de Peralta, que hoy se levantaría en un emplazamiento envidiable, al encontrarse entre dos zonas verdes de Málaga como el Parque del Oeste -que 30 años después de su inauguración todavía no ha sido superado como el mayor parque urbano de la capital- y además el que desde 2004 su ciudad natal dedicó al gran Gregorio Sánchez, Chiquito de la Calzada.

Monumento a Gregorio Sánchez, Chiquito de la Calzada en su parque

Monumento a Gregorio Sánchez, Chiquito de la Calzada, en su parque / A.V.

Este último parque, de 10.000 metros cuadrados, se planificó en una zona conocida como el Corral de las Vacas y habría que esperar a las navidades de 2021 para que se completara el homenaje de los malagueños a su humorista más famoso, con la inauguración de una escultura de Chiquito a título póstumo, obra de Ramón Chaparro

15 meses después de su inauguración, el parque en memoria del Condemor de la pradera continúa con los mismos desperfectos que entonces, centrados en un estanque y una fuente, pues los dos están recubiertos por una suerte de teselas de las que la mitad se fue a por tabaco y no ha regresado, amén de varias losetas rotas.

La fuente, también con las teselas a medio desaparecer.

La fuente, también con las teselas a medio desaparecer. / A.V.

Ante situaciones como esta, en las que se suele aguardar a que el resto se caiga por su propio peso, hay por contra dos alternativas más racionales: o sustituir las que han caído en acto de servicio o retirar las supervivientes y cambiar el tipo de recubrimiento. 

Peldaños del puente.

Peldaños del puente. / A.V.

Un camino parecido, el de dejar que el tiempo haga su pertinaz trabajo, podemos verlo en el puente de madera que cruza el mayor de los estanques, un elemento estético que pronto resultará tan peligroso como ser pasado por la quilla por los Piratas del Caribe, pues el puente está jalonado por tablas carcomidas que no transmiten ninguna seguridad. 

En la calle Victoria

El miércoles al mediodía, un camión pasó tan cerca de un naranjo por la calle Victoria que arrancó una rama de cuajo. El Ayuntamiento tiene por delante un auténtico tetris para tratar de remodelar la estrechísima pero vital calle de la Victoria. Hace unas semanas, en este periódico, la plataforma vecinal ya planteó sus prioridades. Queda plantear una propuesta y acertar. Suerte. 

El naranjo, afeitado por el camión.

El naranjo, afeitado por el camión. / L.O.

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