Nuevos deportes

De Málaga al mundo: así se forma un jugador profesional de e-sports

Fitinho, jugador de Valorant para el club malagueño Giants, cuenta qué hace falta para poder dedicarse a competir de manera profesional

Fitinho durante un partido contra KOI

Fitinho durante un partido contra KOI / Hara Amoros / Riot Games

Rubén Román

Los de Giants llevan unas cuantas semanas asentados en Berlín, están allí para participar en una de las mayores competiciones de deportes electrónicos en Europa: la Valorant Championship Tour. Y es que no hay competición de e-sports en la que el club malagueño no intente abarcar.

El equipo lleva años afianzando su posición en el sector de los deportes electrónicos y en la actualidad se mantiene como el club con más títulos de la historia de nuestro país en ese ámbito. Cuenta con jugadores en una gran diversidad de videojuegos, entre ellos juegos de estrategia, como League of Legends; de peleas, como Dragon Ball Fighter Z, donde atesoran a uno de los mejor jugadores del momento; y de disparos, como Valorant.

En este último compite Adolfo 'Fitinho' Gallego, vigués de nacimiento, se alza como una de las jóvenes promesas de los e-sports no solo de España, sino también a nivel internacional. Con tan solo 23 años, llegó al club malagueño en 2020 y en la actualidad se postula como su jugador franquicia. Pero, este camino meteórico no está disponible para todos, solo los mejores son capaces de forzar su entrada en las ligas profesionales de videojuegos. ¿Qué diferencia a un jugador bueno de uno preparado para competir con las estrellas del mundillo? ¿Es una cuestión de talento o de trabajo duro? ¿Cómo es el día a día de un jugador de e-sports? Para salir de dudas, hemos contactado con el vigués, que junto a David ‘Lozark’ Alonso, director deportivo de Giants nos ha contado qué es lo que hace falta para abrirse hueco entre los mejores.

Adolfo 'Fitinho' Gallego, jugador de Valorant para Giants, tras él, David 'Lozark' Alonso

Adolfo 'Fitinho' Gallego, jugador de Valorant para Giants, tras él, David 'Lozark' Alonso / Hara Amorós / Riot Games

¿Qué son los e-sports?

Para aquellos que estén menos puestos, Valorant es un juego de disparos táctico que bebe mucho del mítico Counter Strike. En él dos equipos, uno atacante y otro defensor, compiten por rondas con el objetivo de conseguir el control de la 'spike', una bomba que determinará qué lado se lleva la victoria. El atacante intentará plantar la bomba y hacerla explotar, el defensor intentará evitar que la coloquen o, en caso de que lo consigan, desactivarla. Aunque, como en cualquier otro título de disparos, también existe la opción de eliminar a los integrantes del equipo enemigo. El primero en ganar 13 rondas es el que se lleva el partido.

Es un juego pausado donde cada movimiento es crucial para conseguir información y poder tomar al enemigo por sorpresa. Surgió en plena pandemia de la mano de Riot Games, la empresa propietaria del e-sport más popular: League of Legends. De este título hay ligas oficiales en todos los lugares del mundo, siendo las más populares la europea y la norteamericana, aunque las regiones más temidas son las asiáticas. Con esta experiencia previa, la empresa con matriz china ha sido capaz de poner en marcha un sólido circuito de competiciones de Valorant en muy poco tiempo.

La final del campeonato mundial del videojuego League of Legends de 2021 fue vista por más de 70 millones de espectadores, cifras que compiten con el mundial de fútbol de Catar o la NBA. Los videojuegos son la mayor industria cultural del momento, tanto en términos económicos, pues su facturación es más alta que la del cine o el sector editorial , como en términos sociales, donde adaptaciones del medio como The Last of Us (HBO) se vuelven fenómenos de masas.

Así, con el medio ocupando un lugar protagonista en el imaginario social, es natural que la industria más popular del siglo XXI atraiga a los más jóvenes. Dentro de poco, puede que los niños ya no quieran ser futbolistas, sino dedicarse jugar a videojuegos de manera profesional. Ya no solo como creadores de contenido, sino compitiendo como jugadores de e-sports.

Fitinho de cara a la grada de Giants

Fitinho de cara a la grada de Giants / Hara Amoros / Riot Games

Rutinas

De acuerdo con Fitinho, el día de entrenamiento de los jugadores de Giants comienza a la 13:00 con una hora de teoría. En ella, el entrenador comparte con el equipo los objetivos del día, estrategias y cualquier cambio en el planteamiento que pueda mejorar su juego. Es una hora en la que se trabaja con los jugadores para enseñarles nuevos recursos, formas de contrarrestar a otros equipos y, algunas veces, se crea contenido para redes sociales.

A las 14:00 comienzan las llamas ‘scrims’, con este término se refieren a los partidos de que simulan enfrentamientos oficiales contra otros equipos. Con ello, cuenta Lozark, se prueban nuevas estrategias y formas de ejecutar los ‘aims’, es decir, la puntería. Se juegan tres partidas seguidas que pueden durar de 45 minutos a una hora cada una. Después, los jugadores tienen una hora de descanso antes de volver a jugar otra tanda de ‘scrims’ que se alarga hasta las 9 de la noche.

Una vez terminada la jornada, las rutinas de cada jugador cambian, hay algunos que se dedican a descansar, aunque otros siguen dándolo todo. Este es el caso de Fitinho, que de manera habitual, tras una media hora de descanso, enchufa directo en Twitch y continúa con unas 3 ó 4 horas de partidas clasificatorias.

Esta práctica es relativamente común y, de acuerdo con Lozark, es la mejor opción si se quiere seguir practicando. “Es más cómodo y gratificante jugar por las noches porque hay más gente y más jugadores buenos”, apunta Lozark, que considera que esta es la forma de encontrar partidas de alto nivel fuera de la competición oficial y de las 'scrims'.

De esta forma, la rutina de trabajo de un jugador de e-sports puede durar hasta 12 horas o más, de las 12:00 de la mañana, cuando ponen el pie en las calles berlinesas, hasta las 00:00 de la noche o más, dependiendo de las costumbres de cada jugador.

¿Talento o trabajo duro?

Estas largas sesiones se llevan a cabo una vez se alcanza un nivel profesional, pero, ¿qué separa a un jugador muy bueno de uno profesional? La mejor manera de dar el salto de una categoría a otra, según Fitinho y Lozark, es competir, aunque sea de manera amateur. Intentando plantarle cara a los que están en la cima es cuando te puedes dar cuenta de si es factible hacer carrera en los deportes electrónicos.

Ser hábil en el juego, sin embargo, no te asegura nada. “No te basta ser bueno, tienes que tener una buena actitud de competición, una buena actitud con tus compañeros”, recalca Fitinho. Lozark concuerda: “Hay una barbaridad de jugadores, una barbaridad de niños motivaos’ con muchísimas ganas, entonces, te van a pasar en un momento si no tienes la actitud apropiada”.

El talento, pese a ser importante, no lo es todo. “Un jugador que solo tenga talento no va a evolucionar, no va a llegar a nada”, destaca Lozark. El director deportivo lleva en la escena de los deportes electrónicos desde hace casi una década y ha visto a jugadores echarse a perder por dormirse en los laureles y no seguirles el ritmo a los cambios del juego. “Es muy difícil que tu talento, tu puntería, tus reflejos, marquen tanta diferencia como para no tener que estudiar el juego, aprender y estudiar que hacen los demás”, recalca.

La carrera de un jugador de e-sports es relativamente corta, una vez pasados los 30 años, es difícil volver al mejor nivel. Cuando se cruza esa frontera, muchos de los jugadores transicionan a la posición de entrenador, más conocida en este mundillo plagado de anglicismos como ‘coach’. Y es que, de acuerdo con Lozark, los ‘coaches’ deben tener un nivel de conocimiento del juego superior a lo de los jugadores para poder ayudarles de forma eficaz.

Lozark choca el puño con un compañero de equipo

Lozark choca el puño con un compañero de equipo / Hara Amoros / Riot Games

Construcción del equipo

En un juego tan táctico como Valorant, la capacidad individual de cada jugador es importante, pero no tanto como la sinergia interna entre todas las piezas de un equipo. “A nivel top, si tienes buena sinergia y se entienden muy bien creo que está mejor que tener cinco bichos individuales”, señala Fitinho.

Y es que, cuando se compite al máximo nivel, la diferencia mecánica entre jugadores no es tan drástica como en la competición amateur. Se siguen teniendo que hacer duelos de uno contra uno en el que una base individual es indispensable, pero eso no lo es todo. “Sin sinergias tengo claro que es imposible ser campeón del mundo”, señala Lozark.

En el imaginario popular, los deportistas de élite llevan unida a su imagen un componente de ego que puede dificultar el trabajo en equipo y en el caso de los e-sports, aunque no es tan frecuente, tampoco es poco común. Las personalidades a la hora de formar un equipo son cruciales. “Tiene que haber un balance, no puede haber cinco personas que dirigen, no puedes tener un jugador que quieren jugar solos, tiene que haber una simbiosis entre todos los perfiles”, comenta Lozark.

Todos ellos deben estar unidos gracias al papel del entrenador, que trabajará junto al jugador que ocupe el papel del líder dentro de las partidas para que el equipo trabaje con el mismo objetivo.

¿Cómo empezar?

Ante la pregunta: "¿Qué le dirías a un chaval que quiera dedicarse a ser profesional?", Fitinho tiene clara la respuesta: “Por mi experiencia, le diría que tuviese otro plan en mente”. El vigués no lo dice para desanimar, sino porque considera que es poco probable que todo el que se proponga dedicarse a los e-sports llegue a alcanzarlo.

“Ser jugador profesional de e-sports no es algo que tú escojas como una consecuencia”, dice Lozark. “No funciona así, —puntúa Fitinho— desde el principio yo no dije: ‘voy a ser jugador profesional’, dije ‘uf, me apetece muchísimo jugar y ser el mejor’”, continúa el jugador franquicia. Para ellos, los que llegan a ser profesionales no empiezan con el objetivo de serlo, es algo que se alcanza sin pretenderlo. “Nadie que está lo hace por dinero, quien está aquí es puramente por pasión por la competición y por los videojuegos”, sentencia Lozark.

Fundada en 2008 en Málaga, Giants lleva casi 15 años actuando como cabeza de lanza de los deportes electrónicos en España. Cuando la escena competitiva internacional de videojuegos todavía era campo, el club consiguió colarse con un equipo íntegramente español en la LCS, la primera competición profesional de League of Legends. Desde 2015 hasta finales de 2018 consiguieron mantenerse en la máxima competición europea del mismo videojuego al tiempo que se expandían a otros y consolidaban su postura como el equipo español presente en las grandes ligas.

Su sede sigue estando en Málaga y no solo se utiliza como un cuartel general donde el equipo de League of Legends entrena y juega de manera presencial, sino que también actúa de lugar de reunión para los aficionados. Los días de partido, la Home of Giants abre sus puertas para los locales que quieran acudir a apoyares puedan verlo en una pantalla gigante de manera gratuita.

En la actualidad, la Valorant Championship Tour cuenta con tres equipos de origen español, siendo estos Giants, Heretics y KOI, el equipo de Ibai Llanos. También la League of Legends EMEA Championship, antigua LCS, cuenta con una importante representación española. Pero fue Giants el que, desde Málaga, dio el primer paso para convertir los deportes electrónicos en una realidad en España.