Social

Un campamento que cuida y da alegría en La Corta a 40 niños vulnerables

La organización INPAVI (Integración Para la Vida) cubre las necesidades físicas, familiares, psicológicas y emocionales de un total de 40 menores en situación de vulnerabilidad durante el mes de julio

La cuarta edición de ‘Campamento urbano: Educa-Vida’ consigue becar a 13 menores con una campaña de crowfunding tras conseguir 9.075 euros con las donaciones ciudadanas y el apoyo de siete empresas

Monitora haciendo un "selfie" con los niños en INPAVI

Monitora haciendo un "selfie" con los niños en INPAVI / Isabel Cisneros

Isabel Cisneros

Las palabras ‘piscina’, ‘juegos’, ‘diversión’ y ‘playa’ equivalen al ideal de un verano infantil. Pero no todos los niños disfrutan de los meses sin actividad escolar. Para algunos significan aislamiento y desconexión de sus necesidades vitales. INPAVI (Integración Para la Vida) es una ONG que nació para apoyar a las familias en exclusión social (maltrato, abandono, pobreza, desigualdad...) de manera integral en todos los ámbitos de su vida. Una de las iniciativas que llevan a cabo es el ‘Campamento urbano: Educa - Vida’, que este año protege los derechos infantiles de un total de 40 menores en La Corta.

Paula (nombre simulado) tiene 12 años y lleva 9 meses en España. Llegó con su madre de Bogotá, (Colombia), en octubre y es la primera vez que va a un campamento. Si no fuese por el apoyo de INPAVI, Paula estaría sola en su casa porque su madre no tiene con quién dejarla mientras trabaja. «Los monitores, más que eso, son compañeros. Ahora mismo estamos contando chistes, pintando... Estar aquí me da la oportunidad de conseguir amigos y conocer personas maravillosas e increíbles», dice. 

Este verano es el cuarto año que, durante al menos tres semanas, menores de toda la provincia de Málaga no se sienten desamparados. El campamento, que se desarrolla de lunes a viernes, empezó el pasado día 6 y se extenderá hasta el 26 de julio. 

Gracias a los profesionales y voluntarios, los 40 niños que este año disfrutan del ‘Campamento urbano: Educa-Vida’ tienen una alimentación saludable y equilibrada, ya que cuando termina el calendario escolar, también acaba el comedor del colegio

Liliana Ibáñez, cooordinadora del área de proyectos de INPAVI en Málaga, afirma que «con este campamento una de las necesidades básicas la tienen cubierta. Desayunan, almuerzan y se llevan la merienda a su casa, que eso es muy importante». Además, los menores pueden llegar desde las 8.30 horas gracias al aula matinal para la conciliación familiar; cuentan con un kit de higiene y uniforme; disfrutan de talleres de refuerzo educativo, teatro, baile, tecnologías, excursiones culturales, material gratuito para las actividades... 

Niña pintándose la cara en INPAVI

Niña pintándose la cara en INPAVI / Isabel Cisneros

Inteligencia emocional

Durante estos días también hay momentos para trabajar la inteligencia emocional, la confianza en sí mismos y la educación en valores. Formaciones de prevención sobre adicción a los videojuegos, bullying y buen uso de las tecnologías, entre otras. 

Para que este proyecto fuese posible, INPAVI puso en marcha el crowfunding ‘Con tu ayuda podrán disfrutar de grandes aventuras’. Con las donaciones de la ciudadanía y el apoyo de City Sightseeing Málaga, Ralph Lauren, Niza Cars «Rent a car», McArthurGlen Designer Outlet Málaga, APD Ofimedia, Centro de Vida Cristiana Málaga y Gross Dentistas consiguieron la suma de 9.075 euros para becar a 13 niños. 

INPAVI cuenta con la cooperación de Zonta Andalucía Málaga, y la financiación de la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad de la Junta de Andalucía y el Plan Corresponsables del Ministerio de Igualdad.

Más que un campamento

INPAVI trabaja de manera integral e individualizada con las familias. Abarca el ámbito laboral, la educación, la inteligencia emocional, las necesidades básicas como la comida, la ropa y el material escolar, etc. «Tenemos tres líneas de actuación. En la primera, el programa entrada, apoyamos a las familias en las cuestiones básicas y detectamos qué es lo que necesitan de base. La siguiente es el programa integra, donde se cubren todo lo relacionado con la educación infantil o el mundo laboral de los adultos. Ahí es donde está el campamento, por ejemplo. Por último tenemos lo que llamamos DAS (desarrollo de actividades solidarias). Aquí es cuando intervienen los voluntarios», explica Liliana Ibáñez, profesora de Educación Especial, además de cooordinadora del área de proyectos de esta ONG en Málaga.

Todo esto tiene un proceso. «Una familia puede venir a solicitar alimentos y nosotros, al evaluarlos, detectamos que tienen hijos con problemas educativos u otra dificultad. Intentamos conocer la base de todo y trabajar desde ese punto. Funcionamos en red con otras asociaciones, servicios sociales y administraciones públicas. A veces tenemos psicólogos y en otros momentos no. Cuando no tenemos el recurso derivamos a la familia a otro sitio, pero nunca nos desvinculamos de ellos, hacemos un seguimiento completo. Solo necesitamos que tengan voluntad», detalla Eva Pascual, delegada de INPAVI Málaga y coordinadora nacional de España.

Monitoras apoyando a los niños en la actividad de pintura

Monitoras apoyando a los niños en la actividad de pintura / Kino Ortega

Distintos perfiles

Estos servicios los reciben familias con situaciones dispares. En INPAVI hay víctimas de violencia de género, personas en situación de pobreza, desigualdad social, familias desestructuradas y con carencias específicas. Julia (nombre simulado) es una niña de siete años que participa por segunda vez en este campamento de verano. Tener la mitad de su cuerpo paralizado y una prótesis en la pierna no le impide divertirse con sus amigos. Tímidamente cuenta que «se lo pasa muy bien y que en su casa estaría aburrida».

«Nos enfocamos en fomentar el compañerismo, valores como saber compartir a través de actividades lúdicas», explica la monitora Yiset Ballestas.

En INPAVI se actúa de manera idividualizada. «Un niño de cuatro años puede tener una situación extrema en su casa y estar aquí jugando y no darse cuenta. Con los adolescentes es diferente», expresa Liliana Ibáñez. 

El principal objetivo es que las situaciones problemáticas que se viven en los hogares no obstaculicen su derecho a crecer como niños.

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