Comercio local

El pequeño comercio de Málaga reclama una regulación del alquiler de los locales

El verano y la llegada de los turistas a la capital malagueña no se traducen en una subida del empleo en el sector del pequeño y mediano comercio, que aboga por la especialización y por ofrecer a los clientes un servicio personalizado

Compras en el Centro Histórico de Málaga.

Compras en el Centro Histórico de Málaga. / Gregorio Marrero

Isabel Cisneros

La subida del precio de los alquileres de locales en Málaga parece no tener fin y los más afectados son los que tienen un pequeño comercio. El Centro Histórico es de las zonas que más sufren este problema al tener que librar una lucha desigual contra las grandes cadenas.

Cada vez es más habitual pasear por las calles del Centro y ver el cartel de «cerrado» o «traspasado». Los comerciantes de toda la vida se ven obligados a dejar sus negocios porque les resulta insostenible pagar el alquiler y seguir manteniendo la calidad de sus productos, pero hay excepciones. José Carlos Lacambra es uno de los familiares que conforman «Pollos San Juan», un negocio tradicional y con larga trayectoria, ya que lleva 60 años en el Centro Histórico y que, debido a la transformación de la ciudad, ha tenido que reinventarse en varias ocasiones.

«A los comerciantes del Centro no se nos protege», expresa Lacambra, ya que asegura que los precios de los alquileres suben «de un mes a otro» y eso solo lo pueden afrontar «las grandes cadenas»; porque se eleva de una manera tan rápida «que no da tiempo de subir el precio del producto», y además, la competencia «es complicada». Pollos San Juan demanda que «se debería regular el alquiler, el agua y la luz al comerciante que lleva muchos años en el mismo sitio».

Turismo

Málaga está llena de turistas y ya prácticamente no existe la temporada baja pero, ¿esto ayuda al pequeño comercio en verano?

Fuensanta Villalobos, gerente de la Asociación del Centro Histórico, afirma que el turismo nacional es el que «más favorece al comercio local» porque se interesa más por la atención personalizada. En cambio, el turismo internacional, según explica Villalobos, es «más rápido y menos selectivo».

Uno de las peticiones de los comerciantes del Centro es que «Málaga se publicite bien para que el turismo que venga sea de calidad», porque consideran que es algo imprescindible para que «haya armonía y buena convivencia» entre los asociados. Pollos San Juan añade que sus principales ventas provienen de «los vecinos de proximidad» y aclara que muchos de esos clientes los han perdido porque «se han tenido que ir del Centro debido a las subidas de los alquileres».

La asociación insiste en que quieren que el Centro «siga siendo un barrio y que no se quede despoblado» porque ahora todas las casas que hay «son de alquiler turístico».

Empleo

Durante los meses de verano se firman muchos contratos temporales por la alta demanda. Sin embargo, en los comercios y en las pymes no sube la tasa de empleabilidad. Fuensanta Villalobos hace hincapié en que «no tienen que aumentar el número de trabajadores porque en el comercio local «no es temporada alta», y puntualiza que eso sí ocurre en Navidad. «No es lógico aumentar el empleo si las ventas no se multiplican», justifica.

Primer día de las rebajas de enero en el Centro de Málaga

Una imagen del Centro durante las rebajas de enero. / Gregorio Marrero

Público objetivo

El auge que está experimentando Málaga obliga a los negocios de siempre a reinventarse casi a diario y a especializarse en la atención personalizada a los clientes.

Salvador Pérez, presidente de la patronal de Comercio de Málaga, puntualiza que es un fenómeno que se está reproduciendo «en toda la provincia» y que el propietario del comercio tiene que poner el foco en captar a ese público que prefiere la asistencia individualiza.

«No es lo mismo que te quieras comprar un vestido, lo pidas por internet y te llegue a casa, que el dependiente de la tienda te asesore sobre qué es mejor», amplía Pérez.

La patronal de Comercio reitera que la principal amenaza es «el precio del alquiler» y que las instituciones aquí «tienen mucho que decir y apoyar». Aun así, aboga por que los comerciantes no estén esperanzados únicamente en las subvenciones y «busquen la rentabilidad» de sus negocios para mantener las ventas.

«Las ayudas nunca se saben si llegan, y en el caso de que sí, cuándo. Una persona no puede esperar un año para solucionar la falta de liquidez», argumenta.

Salvador Pérez explica que lo más importante es que se mantenga la plantilla «durante todo el año» y no se limite a la Feria, la Semana Santa y la Navidad porque son contratos temporales. «Detrás de cada pequeña empresa hay una familia trabajando».