Sanidad

Los sanitarios destacan la importancia de mantener una buena hidratación para la salud

Beber agua es importante durante todo el año, pero especialmente durante los meses de verano ya que, debido a las altas temperaturas, se suda en mayor medida y se pierde una mayor proporción de agua

Las personas mayores son las que tienen mayor riesgo de sufrir una deshidratación leve

Turistas hacen frente a la ola de calor

Turistas hacen frente a la ola de calor / ÁLEX ZEA

Arancha Tejero

Arancha Tejero

Estar bien hidratado para mantener una buena salud y bienestar es fundamental durante todo el año, pero especialmente durante el verano, ya que, debido al aumento de las temperaturas, salidas y actividades al aire libre, se suda en mayor medida y aumentan los requerimientos de hidratación. Así lo explica, Francisco Miguel Doña, enfermero especialista en enfermería familiar y comunitaria en el Centro de Salud de Antequera, que insiste en la importancia de estar “mucho más atentos en beber el agua suficiente”, ya que, en general, incluso en invierno las personas no beben la cantidad necesaria. 

“En verano se suma el factor del sudor, con el que se pierde una notable cantidad de agua, lo que genera déficit y por consiguiente una posible deshidratación”, explica Doña, que advierte que en esta época deben tener especial cuidado las personas mayores, puesto que, junto a las personas enfermas y los niños, son los que tienen una mayor predisposición a sufrir un golpe de calor o una deshidratación leve. “Deben tener precaución también los deportistas que salen a correr en las horas centrales del día, porque, aunque estés muy bien entrenado, tu cuerpo no es capaz de expulsar todo el calor que tú estás generando y ahí es cuando ocurre el golpe de calor”, apunta el enfermero.

En cuanto a los casos de deshidratación, señala que se dan en mayor medida en personas mayores en su domicilio. “La sensación de sed en las personas mayores no es del todo correcta porque se va deteriorando poco a poco, por lo que el aviso que tenemos en el cuerpo de cuando necesitamos beber agua, ellos no lo tienen”, explica Doña, que subraya que uno de cada cien ancianos que acude al hospital, en cualquier momento del año, está deshidratado. 

Síntomas

No obstante, antes de llegar a la deshidratación, el cuerpo envía una serie de señales para advertirnos de la necesidad de tomar más agua. Los principales síntomas son la sequedad en la boca y la sensación de sed, además de cierta irritabilidad, según las explicaciones de Doña, que añade que en los casos más graves la piel también puede perder turgencia, hundiéndose un poco, o sufrir cierto aletargamiento. “La sed es una reacción fisiológica de nuestro cuerpo, del hipotálamo del cerebro que es el que nos avisa de que necesitamos meter líquido”. En este sentido, Doña advierte que aunque la sed sea una señal, no es recomendable esperar a que aparezca, sino beber regularmente antes de que se manifieste, sobre todo en verano. 

Francisco Miguel Doña López en le Centro de Salud de Antequera

Francisco Miguel Doña López en le Centro de Salud de Antequera / La Opinión

La importancia del agua para el organismo

El agua es, por tanto, un recurso esencial que desempeña un papel clave en el funcionamiento óptimo de nuestro organismo. “El cuerpo de una persona adulta está compuesto por un 60 y un 70% agua, por lo que es muy importante para muchas funciones del cuerpo. Es la parte principal de la sangre, el medio líquido en el que se producen todas las reacciones físicas y fisiológicas de las células que cumplen funciones vitales, y permite que funcione el cerebro, el corazón o los pulmones y se eliminen las sustancias de desecho a través de la orina que es agua”, subraya el enfermero Doña, que advierte que, si no hay agua, esas sustancias se concentran más de la cuenta en nuestro organismo y provocan algunos procesos agudos o patológicos. 

Por ese motivo, en el caso de ciudades como Málaga, donde hay una mayor humedad, hay que estar especialmente atentos al tema de la hidratación, ya que se suda en mayor medida y, por tanto, se pierde más agua. Por otro lado, aunque las necesidades hídricas varían según la edad, Doña insiste en la importancia de introducir un mínimo de dos litros o dos litros y medio de agua, así como mantener una dieta equilibrada y variada que incluya alimentos con agua, como las verduras o frutas, que ayudan a aumentar la ingesta hídrica. 

Prevenir patologías

Una hidratación adecuada puede ayudar a prevenir diversas afecciones, además de la deshidratación, como las piedras en el riñón o trastornos gastrointestinales. “Para las personas con patologías renales, que necesitan un filtrado de riñón suficiente, el agua es muy importante para lograr un balance hídrico y no quedarnos cortos ni tampoco excedernos”, afirma Doña, que advierte que beber agua en exceso puede ser negativo. “Al igual que necesitamos una cantidad de líquido para ciertos procesos fisiológicos y químicos, si lo aumentamos en exceso, las concentraciones cambian y se pueden producir algunos fallos que, en casos extremos, puede producir incluso la muerte”.

Consejos para el día a día

Para asegurar una hidratación adecuada en el día a día, especialmente para las personas a las que les cuesta más beber agua, el enfermero Doña recomienda usar una botella de dos litros o litro y medio para ir contabilizando lo que se va bebiendo a lo largo del día, “así como llevar siempre una botellita de agua con nosotros”.  Asimismo, subraya la importancia de beber agua, tanto antes de hacer ejercicio, como durante, y después, para preparar al cuerpo de la pérdida de líquido que va a tener. “Para no cansarnos del agua se puede optar también por el agua con limón o infusiones, aunque cuidado con las bebidas azucaradas y, sobre todo, con el alcohol porque deshidrata”, concluye el enfermero.