Vecinos
Nueva Málaga llena de fantasía y color sus comercios
La Asociación de Vecinos ‘La Unidad’ de Nueva Málaga, con la colaboración del Área de Comercio del Ayuntamiento, decora hasta diciembre las persianas de 49 tiendas del barrio, de las que ya hay 15 completadas
Se trata de un trabajo realizado por el grafitero Javier Dólera, que ha sido vecino del barrio.
Jose del Castillo, presidente vecinal de Nueva Málaga, delante de uno de los comercios del barrio con la nueva decoración. / A.V.
La calle Magistrado Salvador Barberá amanece con una exótica plantación de tabaco en el cierre metálico de un estanco, mientras en otras tiendas de Nueva Málaga florecen las rosas, los pescados evidencian estar frescos y los niños de un parque de juegos se lo pasan en grande en una montaña de globos.
Son algunas de las pinceladas de color e imaginación dejadas por el artista del grafiti Javier Dólera (cuenta de instagram, @dolerart), gracias a la iniciativa de la Asociación de Vecinos ‘La Unidad’ de Nueva Málaga, con la colaboración del Área de Comercio.
Otra de las tiendas decoradas en esta campaña. / A.VV. La Unidad
«Se empezó en julio y acabará en diciembre, son 49 comercios y de momento hay 15 completados», resume el presidente vecinal Jose del Castillo, que explica que algo parecido realizó la Asociación de Vecinos Victoriana de Capuchinos y de la Fuente y por eso propuso al Ayuntamiento hacer lo mismo en Nueva Málaga.
Detalle de una pescadería en Nueva Málaga. / A.V.
Precisamente, el artífice de la campaña en esos barrios ha sido Javier Dólera, quien como explica, durante 30 años ha sido vecino de Nueva Málaga, donde todavía viven sus padres. Formado en la Escuela de Arte de San Telmo y diseñador gráfico, lleva unos 12 realizando murales artísticos, algunos de ellos en Nueva Málaga.
Para este nuevo encargo, explica a La Opinión que, previamente, hablaba con los comercios «para ver si tenían alguna idea para decorar sus persianas con algún logotipo o dibujo relacionado, aunque muchas veces me dan carta libre; sobre eso llegamos a un consenso y es lo que llevamos a cabo».
Y para adaptarse a las tiendas, Javier Dólera destaca que ha tenido que trabajar casi todo el tiempo en fines de semana, «cuando cierran los comercios, porque la pintura necesita para secarse por lo menos entre 12 y 24 horas y además, son persianas que se mueven, que se recogen».
Javier Dólera, en pleno trabajo. / A.VV. La Unidad
El resultado, explica el artista, ha sido muy bien recibido por los comerciantes: «Son muy agradecidos, porque de tener una persiana oscura o sucia el cambio es bastante fuerte y llama mucho la atención, le da mucha visibilidad», remarca.
De hecho, explica Jose del Castillo, «los comerciantes están encantados y además el decorar las persianas también es antivandalismo porque los grafiteros suelen respetarlo». A cambio de esta iniciativa, los comerciantes sólo han tenido que hacerse socios de la asociación de vecinos, que no para de proponer iniciativas ingeniosas para dar vida al barrio como una campaña comercial de ‘rascas’ la pasada primavera que también fue un éxito.
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