Agua

Emasa renueva las redes en Granja Suárez y Alameda de Capuchinos para evitar fugas

Emasa ha optado por la rehabilitación de las tuberías por el interior, mediante manga, para evitar que se produzcan problemas futuros y sin necesidad de abrir zanjas

Obra de Emasa

Obra de Emasa / La Opinión

La Opinión

La Empresa Municipal de Aguas (Emasa) impulsa nuevas obras para optimizar las infraestructuras hidráulicas y sustituir conducciones que, debido a su antigüedad, registran problemas de fugas, averías y filtraciones al subsuelo.

Este lunes han dado comienzo los trabajos de la primera fase de renovación de redes de abastecimiento y saneamiento en Granja Suárez, que fueron adjudicados por 693.239 euros (IVA incluido) a la unión temporal de empresas formada por Martín Casillas y Vialterra con un plazo de ejecución de tres meses.

En paralelo, también acaba de ser adjudicada la sustitución de dos tramos de las tuberías principales de abastecimiento en la Alameda de Capuchinos a la empresa Aquatec por 629.079 euros y un periodo de cinco semanas, ha indicado el Ayuntamiento en un comunicado.

Actuaciones

Las obras en Granja Suárez contemplan la instalación de 1,1 kilómetros de tuberías de abastecimiento y de otros 882 metros de conducciones de saneamiento, así como de arquetas, conjuntos de conexiones de injerencias y de pozos de registro.

Esta primera fase afectará a las redes de abastecimiento y saneamiento de las calles Emilio Benavent, Puerto de León, Principal, Triana, Galileo, Soria, Estrellas, Macarena, Padre María, Enrique Jardiel Poncela, Pasaje Cartero, Sierra de Almadén, Victoria Kent y Ciprés.

La actuación por parte de Emasa se acomete después de que la Gerencia Municipal de Urbanismo haya ejecutado las canalizaciones para soterrar el cableado eléctrico en la barriada, de forma que una vez se complete la sustitución de las tuberías se procederá al asfaltado de las calles.

Durante la ejecución de las obras se irán produciendo cortes de vías y ocupaciones parciales de la calzada que provocarán afectaciones al tráfico, de ahí que se hayan programado por fases para minimizar las molestias.

Estas obras prevén la desconexión de depósitos de pequeña entidad para posteriormente establecer conexiones con otros más próximos y de mayor capacidad.

Por otro lado, los trabajos también contemplan reemplazar las tuberías obsoletas de Granja de Suárez por unas nuevas construidas en otros materiales como fundición dúctil o polietileno. Asimismo, con estas obras se acometerán los trabajos para la renovación de la red de saneamiento y la potenciación de la separación de redes en los ejes principales.

Alameda de Capuchinos

Por otra parte, la renovación de dos tramos de las tuberías principales de abastecimiento en la Alameda Capuchinos supondrá la rehabilitación de 1,2 kilómetros de canalizaciones de fibrocemento que, con más de 40 años de antigüedad, registran numerosas fugas debido al asentamiento del terreno o al mal estado de las uniones entre los diferentes tubos.

La red discurre por viales urbanos de alta densidad de tráfico, por lo que dificultarían y prolongarían de manera importante la obra de sustitución, así que se ha optado por la rehabilitación de las tuberías por el interior, mediante manga, para evitar que se produzcan problemas futuros. Por tanto, los trabajos se ejecutarán sin necesidad de abrir zanjas en la calle.

Este novedoso sistema, que Emasa ya ha aplicado en algunas obras de saneamiento, consiste en el encamisado de la tubería mediante una manga continua o tubería flexible que acaba conformando en el interior una nueva conducción.

La estructura de la nueva tubería estará constituida por tres capas. Las capas interior y exterior serán de polietileno mientras la capa intermedia será una malla tejida de Kevlar, que dotarán a la nueva tubería de una gran resistencia a la presión interior, mientras la antigua resistirá las cargas del terreno.

Además, al emplearse una manga continua se asegura la estanqueidad total, puesto que no existirán juntas en el tramo instalado. Con esta metodología se consigue que el comportamiento de la nueva conducción sea independiente a la de la existente.

La elección de este sistema de rehabilitación se ha basado en la minimización de los impactos de las obras en la población. Una obra de reposición de la conducción a cielo abierto del tamaño aquí proyectado supondría una gran afectación, tanto a la población vecina de las obras como al tráfico rodado, pues discurre por vías con una alta carga de vehículos.

Este método permite reducir los plazos de ejecución, así como los costes sociales y económicos. De esta forma, la duración de esta actuación se ha estimado en un máximo de cinco semanas, aunque las tres primeras serán para fabricar y transportar la tubería flexible o manga.