Debate abierto

Impulsan desde Málaga un movimiento en defensa de la tecnología en la escuela

Más de 450 docentes firman un manifiesto frente a los «negacionistas» de las TIC 

Reclaman sentido común para que no se prive al alumnado de mejorar su aprendizaje con estas herramientas

Educación propone prohibir los móviles en horario lectivo en Primaria y supervisar su uso en la ESO

Aula del CEIP Flor de Azahar de Estación de Cártama.

Aula del CEIP Flor de Azahar de Estación de Cártama. / La Opinión

La preocupación por los efectos del mal uso de los móviles entre los menores ha abierto el debate sobre la utilización en general de la tecnología en el aula. Aunque la presencia de las TIC es habitual en nuestras vidas, desde hacer la compra a consultar nuestro saldo bancario o tener una consulta médica, hay quien duda del uso de las pantallas en la escuela. Por ello, más de 450 profesores e investigadores universitarios de toda España, además de docentes de Primaria y Secundaria, han firmado un manifiesto que clama a favor del «sentido común» respecto a la tecnología en el ámbito educativo.

El ‘Manifiesto a favor del uso de las TIC y el desarrollo de la competencia digital en las aulas’ nace como reacción a los discursos negacionistas y de prohibición, a cierto movimiento de «crítica constante a las nuevas tecnologías», explica Manuel Fernández Navas, profesor en la Facultad de Ciencias de la Educación de la UMA y uno de los impulsores del texto.

Jordi Adell, María del Mar Sánchez y Héctor Ruiz son otros de los docentes e investigadores que se han unido en esta defensa de las TIC, «académicos de diversas perspectivas que nos hemos puesto de acuerdo en esto, lo que es bastante sintomático», destaca Fernández Navas.

Pero, ¿cómo se ha llegado al punto de cuestionar los beneficios de la tecnología? El profesor de la UMA hace autocrítica y reconoce como negativo el que durante mucho tiempo se haya avalado cualquier práctica, «aunque no fuera educativa, por el simple hecho de incorporar las TIC».

Esto ha provocado un «desgaste» al que se suma el que los docentes sufrieron durante la pandemia, cuando se les pidió un esfuerzo «hercúleo», sin apenas recursos y sin formación específica «ante una situación sobrevenida muy rápidamente».

También influye cierta «ola reaccionaria» entre el propio profesorado que, según los impulsores del manifiesto, no cuestionan sólo las nuevas tecnologías, sino ciertos métodos didácticos y educativos. «Hay como una especie de reclamo de vuelta al pasado», afirma el profesor de la UMA.

Por su parte, Aurelio Caballero, director del colegio público Flor de Azahar de Estación de Cártama, coincide en que existe un movimiento negacionista, que no es nuevo pero que ahora suena más por la preocupación sobre el móvil. Aunque no ha firmado este manifiesto, él es un firme defensor de la tecnología en el aula.

Este docente, cuyo centro tiene el título de ‘Reference School of Google’, asegura que el problema no son los móviles, sino las redes sociales, sobre las que «no tenemos un control y no hemos educado en ellas». «Dicen que los móviles distraen en clase. Claro que distraen, si hago un mal uso, distraen», sentencia.

Reflexionar, pero no prohibir

Ahí está la clave, en cómo se utiliza la tecnología. Así lo apuntan estos dos profesionales, que defienden que es necesario y positivo reflexionar sobre qué estamos haciendo con las TIC en clase, pero rechazan las posiciones extremas como sería una prohibición.

«Si le ponemos freno a esto, la educación no avanzará», expone Aurelio Caballero.

En el manifiesto, se destacan beneficios de la tecnología como que «ofrece múltiples oportunidades para un aprendizaje activo, mediante el desarrollo de propuestas didácticas que se apoyan en recursos interactivos».

Un discurso que confirma el director del CEIP Flor de Azahar, que asegura que en este centro las herramientas digitales sirven para que los alumnos sean «más creativos, para motivarlos, que avancen, indaguen e investiguen» y se conviertan en «creadores digitales».

La introducción de las TIC ha hecho, según este docente, que los alumnos sean más activos y participativos: «Interactúan con el aprendizaje y eso hace que asimilen los conocimientos muchísimo mejor».

Uso responsable

En cuanto a los posibles riesgos que asustan a las familias como la adicción al móvil, el profesor Fernández Navas apunta a un desconocimiento y afirma que «a nivel de investigación no está tan clara la adicción al móvil».

Igualmente, Aurelio Caballero insiste en que hay que educar en el manejo de redes sociales, pero no sólo en el ámbito educativo, sino también en el familiar. Una tarea que requiere aumentar la competencia digital tanto de docentes como de padres y madres.

Sobre este punto, en el manifiesto también se advierte de que las escuelas «tienen el deber de educar en el uso responsable y productivo de la tecnología» ya que «para muchos estudiantes, la escuela representa el único entorno que promoverá el uso educativo y crítico de los medios digitales».

«Al reclamar la prohibición de los móviles en la escuela, estamos perjudicando a los más desfavorecidos, porque son ellos los que si no se les enseña en la escuela un uso adecuado, no tienen capital cultural suficiente en su casa para recibirlo», subraya Fernández Navas.

En cuanto a la postura del Gobierno y las comunidades autónomas, que están empezando a legislar para limitar el uso del móvil en la escuela, ambos docentes creen que hay que educar y no prohibir. Además, piden un proyecto educativo «riguroso y apostar por él de manera continuada».

De lo que se trata, remarca el impulsor del manifiesto, «no es de dar a los menores toda la tecnología que encontremos, sino de buscar un sentido educativo dentro del aula para que aprendan a usarla de manera responsable pero, sobre todo, ser conscientes de que bien usada favorece el aprendizaje». «No podemos privar a nuestro alumnado de mejorar su aprendizaje. Ese es el clamor del manifiesto», concluye.

Suscríbete para seguir leyendo