La resurrección del mejor Antoñín Cortés

Desde que el pasado verano se fraguase el regreso de Antoñín al Málaga CF -mediante cesión- la afición estaba expectante por volver a disfrutar en el césped de Martiricos de ese jugador atrevido y desbordante que revolucionó al conjunto blanquiazul en una época complicada y que se recuerda con más sombras que luces. Antoñín volvió a la dinámica blanquiazul a finales de agosto, pero está siendo en estas últimas semanas cuando está recuperando sensaciones y dejando en el terreno de juego los detalles de calidad que le valieron un billete a la máxima categoría.

Es cierto que pese a traer la calidad de serie, el jugador malagueño ha pasado una temporada y media entre en el Granada y Rayo Vallecano, dos equipos con plantillas, ritmos, planteamientos y objetivos diferentes a los que se marcan en la entidad malacitana. Además, Antoñín se ha encontrado con un equipo muy diferente al que dejó en el mercado invernal de la temporada 19/20 tanto en jugadores como en cuerpo técnico. Por ello, pese a conocer la casa, él también ha tenido que pasar su personal proceso de adaptación. Eso se ha visto en sus actuaciones en el terreno de juego, empezó teniendo minutos, después quedó relegado y su participación era casi testimonial. Es más, en dos partidos -ante Huesca y Fuenlabrada- no pisó el verde más allá de los entrenamientos previos al pitido inicial.

Precisamente hace unas semanas le preguntaban al míster asturiano por cómo estaba trabajando Antoñín en el día a día y cuándo volvería aquel futbolista que enamoró a la afición. «Él no lo estaba pasando bien, había hecho una apuesta volviendo a casa. Tenemos que apoyarle entre todos para conseguir su mejor nivel», comentó el míster después de encuentro ante el Lugo, donde Antoñín ya estada dando señales de su mejora.

Después llegó el palo en el Carlos Tartiere. Más allá de estar al borde de marcar el gol que hubiera puesto por delante 1-2 al equipo en el tramo final del choque, antes del gol carbayón, el entrenador blanquiazul remarcó que de entrar ese gol se habría convertido en la recompensa perfecta a Antoñín después de tanto trabajo y tanto esfuerzo por recuperar su mejor fútbol.

El jueves, frente a la Real Sociedad B en La Rosaleda, Antoñín tampoco pudo abrir su cuenta goleadora en esta campaña pero, sinceramente, importó muy poco teniendo en cuenta el cómputo general de su partido. De sus pies salieron dos jugadas magistrales, la primera acabó en gol de Roberto Fernández y la segunda en el que firmó Paulino de la Fuente. En ese choque existieron más problemas en el centro del campo, pero ahí estaba Antoñín y su explosividad por la banda para crear peligro y adelantar metros de cara a la portería rival.

Las dos asistencias del joven malagueño y todo lo que aportó el equipo ha hecho que LaLiga lo haya incluido en el XI ideal de la jornada. «Desde que llegué quiero demostrar el nivel que tengo y poco a poco con mucho trabajo lo estamos consiguiendo. Mi casa está de aquí a un paso. Toda mi gente, mi familia y mis amigos vienen a verme cada fin de semana y para mi es muy importante dar ese nivel para mi familia, la afición y el equipo», destacó el propio jugador al término del choque frente al conjunto de Xabi Alonso. Y aseguró que no está agobiado con marcar gol, para él lo importante es que «el equipo gane y estemos bien».

A su vez, remarcó la importancia que está teniendo la afición malaguista en este primer tramo de la competición. «Somos invictos aquí en casa, con la afición que nos da un plus muy importante. Estamos muy contentos con los tres puntos porque era un rival muy difícil».

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De las 14 jornadas disputadas en la categoría de plata, Antoñín ha participado con más o menos presencia en 11 de ellos. Suma un total 411 minutos y según lo que ve el cuerpo técnico en los entrenamientos y lo que muestra en competición es posible que, ya sí que sí, podamos volver a hablar del canterano malaguista como un jugador importante en el proyecto que dará muchas alegrías a la familia malaguista.