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0-1: Este Málaga CF no tiene solución

El conjunto blanquiazul, justo cuando menos tenía que hacerlo, ofreció su peor versión ante la obligación de ganar a un rival como el Oviedo, que necesitó hacer muy poco para superar a los blanquiazules

Beatriz Tocón

Beatriz Tocón

El Málaga CF se hunde. Después de lo vivido este viernes en La Rosaleda, quedan muy pocas dudas. Ni siquiera necesita a un rival que lo sentencie. ¡¡Ellos mismos se encargan de autosabotearse!! La imagen ofrecida sigue siendo terrible, indigna de un club que quiere aferrarse a la categoría. El Real Oviedo necesitó muy poco (0-1) para sentenciar el partido. 58 minutos necesitó Manu Vallejo para dejar en la UCI a los blanquiazules. ¿Hay alguien que pueda solucionar esto?

El futuro en Segunda División parece haber quedado en manos de la suerte y de la piedad que tengan los rivales directos. O no quiere ganar el Málaga CF o, lo que es más preocupante, no le da con lo que ahora mismo tiene, lo que significa que habrá que agarrarse a la divinidad para lograr la permanencia. Es un equipo sin sangre, sin sed de conseguir la victoria. Toca el balón, presiona, pero genera muy poco en ataque. El segundo bautizo de Pellicer... fue con agua maldita. 

Empezó bien el Málaga CF, consciente de que el encuentro se tenía que ganar en los 90 minutos y no en los 15 primeros. Con pausa y sin ansiedad. Mantuvo la calma, presionó arriba y bien, y controló el partido. No sufrió en defensa y sí que creó en ataque, especialmente por la banda derecha con Lago Junior como protagonista absoluto -y siempre para bien- del encuentro. Precisamente, de una genialidad suya llegó el primer disparo a puerta del conjunto blanquiazul por parte de Rubén Castro. 

Sin embargo, no todo iba a ser plácido. Rubén Yáñez estuvo a punto de perder el balón en su propia área al entretenerse en el control y segundos después, tras un error de Javi Jiménez, muy cerca estuvo Viti de marcar el primer gol con un disparo que se fue levemente por encima del larguero (24’). Ese suspiro le hizo entender al Málaga CF que este partido, por lo civil o lo criminal, había que ganarlo. Cuestión vital con la que no cumplió.

Con el paso de los minutos todo fue a menos. Ni presión ordenada ni mordiente en ataque. A pesar de los delanteros, poca eficacia arriba. El equipo de Sergio Pellicer retrasó algunos metros su posición en el campo y a punto estuvo de penalizarlo Borja Bastón, "bien recibido" siempre por parte de la que fue su afición. 

Declive

Muy diferente tenía que ser la segunda parte para cantar una victoria blanquiazul. Esa al menos era la teoría que todos querían aplicar porque en la práctica volvió a salvar Yáñez un nuevo gol. Los cimientos del Málaga CF ya estaban pendientes de una cuerda con un centímetro de hilo. Y la afición estalló. La crisis que vive este equipo es gravísima y Manu Vallejo, que remató de cabeza solo al primer palo tras marcharse de la marca de Bustinza (0-1), se encargó de terminar de explotar la bomba.  

La situación aún solo iba a «mejorar» cuando el árbitro, sin que se hubiera reanudado el juego, expulsó con tarjeta roja directa a Esteban Burgos. Si con 11 jugadores había sido imposible, con 10... imposible. Los jugadores perdieron el balón y empezaron a correr sin ir a por la pelota con sentido alguno. En pocas palabras, el Oviedo comenzó a hacer con el partido lo que quiso. 

El Málaga CF - Real Oviedo, en imágenes

Los jugadores del Málaga CF, discutiendo con el árbitro. / Álex Zea

Loren inquietó ligeramente con un disparo que chocó en el cuerpo de un rival, pero poco más. Los cambios -Villalba, Loren, Ramón, Cristian y Gallar- apenas agitaron el partido. Ni siquiera hubo historia tras el tanto visitante. Se bajaron los brazos, dejó de importar todo lo que había en juego y hasta ahí. Jugada tras jugada, decepción tras decepción. Incluso el arbitraje terminó por desesperar con acciones muy discutibles. Los cánticos de la afición contra todos los estamentos del club fueron generalizados.

Ahora con el agua al cuello al filo de ahogar, habrá que esperar lo que decanta ese trascendental Ponferradina-Racing. Habrá que rezarle a los demás porque el Málaga CF, al menos por sí mismo, solo se acerca al más absoluto infierno.

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