Afición

La afición del Málaga CF dio otra lección de fidelidad en Villarreal

Unos 500 seguidores blanquiazules se plantaron en autobús en la localidad castellonense -unas 16 horas en total de carretera entre ida y vuelta- para apoyar y disfrutar de una victoria clave de su equipo frente al filial amarillo

La afición del Málaga CF, en La Cerámica

La afición del Málaga CF, en La Cerámica / LaLiga

Manuel García

Manuel García

Viernes Santo. El Málaga CF en un momento crítico -empezaba la jornada a 8 puntos de la salvación-. Y aún así hubo unos 500 ‘locos’ que se echaron a la carretera para arropar al conjunto blanquiazul a 700 kilómetros de la Costa del Sol. Da igual la situación en la que se encuentre el equipo, la afición siempre está con él, tanto en Martiricos como lejos de casa, como se pudo comprobar en el estadio de La Cerámica.

El club facilitó el desplazamiento con precios populares para el transporte y la entrada y la hinchada cumplió. En torno a las 7 de la mañana, varios autobuses salieron desde La Rosaleda rumbo a Villarreal. Por delante, unas 8 horas de camino hasta llegar a destino y, tras el encuentro, lo mismo pero en sentido inverso.

Los 500 aficionados presentes en Villarreal recibieron al equipo a su llegada al estadio y no pararon de animar durante todo el partido. Esta vez sí, el desplazamiento tuvo un final feliz. Los blanquiazules disfrutaron de los goles de Chavarría y Rubén Castro que dieron ventaja al equipo y luego en los minutos finales tuvieron que sufrir de lo lindo, después de que Carreira recortase diferencias. El Málaga resistió y su gente pudo tener un viaje de vuelta plácido mientras se celebraban tres puntos que sirven para seguir vivos en la lucha por la permanencia.

Tras el partido, los autobuses salieron de vuelta a Málaga y no llegaron hasta primera hora de la mañana se este sábado. En total, un viaje de unas 24 horas, con 16 en la carretera a bordo de los autobuses, para alentar a un equipo que se encontraba a 8 puntos de la salvación faltando ocho jornadas.

El mérito es tremendo. Ya no solo por la fecha -Viernes Santo- si no por lo que lleva sufriendo la afición boquerona en las dos últimas temporadas, especialmente. Los blanquiazules llevan meses viendo como su club se descompone y coquetea con el descenso a Primera RFEF, lo que conllevaría salir del fútbol profesional tras 25 años, y aún así son capaces de dar un recital de fidelidad a muchos kilómetros de Martiricos. Lo que puede ser La Rosaleda el próximo domingo frente al Cartagena...