Turismo extremo

Sutus: «La tragedia del Titan era una muerte anunciada»

Expertos en la exploración de las profundidades de los océanos abogan por garantizar la seguridad de la tripulación en este tipo de inmersiones y por utilizar una «ingeniería responsable»

Un bastiscafo durante una inmersión en el océano.

Un bastiscafo durante una inmersión en el océano. / L. O.

La implosión del sumergible Titan, en la que cinco personas perdieron la vida el pasado verano cuando se sumergían en el fondo del Atlántico Norte para observar los restos del Titanic, marcó ayer la tercera y última jornada de Sutus, el congreso de turismo extremo que ha albergado la Escuela de Alta Dirección Hotelera Les Roches.

Los expertos en la exploración de los océanos que participaron en la jornada de clausura destacaron la importancia de garantizar la máxima seguridad en este tipo de inmersiones y abogaron porque las empresas privadas y agencias estatales cuenten con una «ingeniería responsable».

«El siniestro del Titan es un ejemplo de lo que sucede cuando te alejas de los principios de ingeniería establecidos. La seguridad es una obligación básica. Si ofreces una plataforma donde las personas pagan para tener una experiencia única, tienes la responsabilidad de hacerla lo más segura posible», señaló McCallum, fundador de la firma Eyos Expeditions, que organiza cerca de 80 expediciones privadas al año a lugares remotos; y exasesor técnico de la ONU.

«Lo ocurrido es fruto de una trampa provocada por las personas que comienzan a creer en su propia publicidad», agregó en su intervención.

Para Fabien Cousteau, CEO del grupo Proteus, «los profesionales comprendemos que trabajamos en entornos con riesgos, pero éstos no deben ser nunca asumidos por los ciudadanos o turistas, y menos en plataformas que no están certificadas y que son experimentales».

«Creo que es un error eludir el proceso de certificaciones de seguridad porque el resto de nosotros hemos pasado toda nuestra carrera cumpliendo y reforzando enfoques muy sólidos que son pragmáticos por naturaleza y que nos permiten explorar el mundo oceánico de manera relativamente segura», señaló.

Según Lola Higueras, la primera arqueóloga subacuática de España y que ha documentado más de 2.000 naufragios, «o bajas con una seguridad total o es muy arriesgado».

«Bajo mi punto de vista, no tenía sentido en este caso concreto. Era una muerte anunciada», señaló.

Estación en el fondo del océano

Cousteau, activista medioambientalista y nieto del legendario explorador francés Jacques Cousteau, avanzó que la Estación Espacial de los Océanos que desarrolla su empresa tiene previsto entrar en funcionamiento en 2027.

Se trata de un centro de investigación oceánica al que podrán acceder turistas y científicos, con capacidad para 12 personas y que estará sumergido a unos 25 metros de profundidad en aguas del Caribe.

«Contaremos en la estación con un estudio de producción de retransmisión en directo de última generación, como Hollywood, para que podamos llegar a cualquier persona en el mundo las 24 horas del día y compartir con ellos lo que está sucediendo en tiempo real», avanzó.