Opinión | Tribuna

Ahora toca cumplir

La pandemia derivada del virus COVID-19 no sólo ha paralizado nuestro país en lo social y económico, sino que también ha orientado toda la actividad política de los diferentes gobiernos a controlar, frenar y reducir la presencia del virus en la población con decisiones drásticas y a la vez muchas de ellas consensuadas.

El liderazgo compartido entre el gobierno de la nación, patronal y organizaciones sindicales, ha sabido dar respuesta laboral a la pandemia, dejando claro una vez más el sentido y la responsabilidad de quienes gobernamos las relaciones laborales en las empresas.

Pasados ya los peores momentos, de incertidumbres y pandemia, ahora toca continuar con el proceso de diálogo social, para dar una respuesta a los retos que nuestra sociedad tiene de manera inmediata a corto, medio y largo plazo, con el horizonte puesto en el año 2050: Por eso toca hablar de pensiones, de salarios, de igualdad, de pobreza laboral, de exclusión social, de fraude en la contratación, de fiscalidad, de servicios públicos, de empleo, de conciliación, de prevención de riesgos laborales, de flexibilidad interna en las empresas. En definitiva, toca hablar de la negociación colectiva en su sentido más amplio, no sólo de los convenios propiamente dichos sino de las acuerdos marcos de estado, tan necesarios en los momentos difíciles que este país ha vivido como el actual.

Dice el refranero español que «a río revuelto ganancias de pescadores», y se trata de eso, de que el agua corra para todas las personas y no se quede estancada en los consejos de administración de las grandes corporaciones empresariales, dejando a las pymes, a los servicios públicos, a quienes esperan un empleo, al conjunto de la población asalariada, pagando los intereses de un dinero que no les llegue.

Por eso es necesario abrir la agenda social, por eso ahora toca afrontar las reformas que necesita la clase trabajadora, toca cumplir con la gente trabajadora que ha sido valiente y ha arriesgado su salud, sus vidas, e incluso la de sus familiares, para sacar a este país de la pandemia en los peores momentos vividos más allá de ocho décadas. Hoy la defensa de los derechos laborales y sociales van de la mano de un refuerzo de la democracia, una defensa de la convivencia, y por tanto, de una posición beligerante ante la xenofobia, el clasismo, la violencia, el odio y el miedo.

Los fondos europeos no son por sí mismo la solución a todo, sino que tienen que venir acompañados de cambios en lo laboral, en lo económico y en lo productivo. Cambios que deben fortalecer la economía de nuestro país, y para ello se debe impulsar la gobernanza y el diálogo social en todas las estructuras de gobierno desde la empresa hasta el Estado.

Debemos ordenar la transición de los nuevos empleos hacia un nuevo entorno productivo, para evitar que miles de personas trabajadoras sean despedidas de sus empresas sin que haya planes de recolocación sectorial o territorial. De ahí que el Gobierno de la nación y la Junta de Andalucía deban sentarse con las organizaciones sociales y cada cual en su espacio analizar, proponer y acordar planes de recolocación con fondos específicos destinados al refuerzo en educación reglada y en formación profesional continua o para personas desempleadas.

Los fondos europeos deben condicionar las decisiones de las empresas para garantizar un retorno social en términos fiscales, de salarios, de mejora de las cotizaciones, de más y mejor empleo, deben servir para reducir las desigualdades generacionales entre personas jóvenes y adultas, reducir las desigualdades de género, comarcales de una Málaga rural frente a otra Málaga pensada sólo para el turismo, entre los diferentes barrios de nuestra ciudad. En definitiva, hacen falta proyectos tractores de nuestra economía que sirvan para extender el desarrollo inclusivo de la sociedad malagueña.

Por ello, este 1 de Mayo decimos también desde CCOO que este país está en deuda con la gente trabajadora, que ahora toca cumplir. Que la economía malagueña no puede apoyarse en unas relaciones laborales lowcost donde 200.000 personas esperan una oportunidad de empleo y casi 300.000 personas obtienen rentas del trabajo inferiores al SMI.

Por eso, ahora toca hablar de reducir el menú de contratos a disposición de las empresas, toca hablar de garantizar unas pensiones suficientes y sostenibles, del papel de la negociación colectiva, del refuerzo de los servicios públicos, porque un gobierno progresista no puede dejar que las leyes impuestas que han generado tanta desigualdad se mantengan vigentes en estos momentos.

Este 1 de Mayo, desde CCOO alzaremos la voz para decir que nuestra agenda social y reivindicativa es la más útil, las más eficaz y la más ambiciosa para construir una sociedad más justa, más igualitaria, medioambientalmente más sostenible, en definitiva más moderna.