Opinión | TRIBUNA

Caricaturesco

Los conceptos “izquierda” y “derecha” en política llevan implícitos una oposición ideológica desde que ambos términos aparecen por vez primera en la Francia de 1789 durante el inicio de la revolución francesa, para posteriormente extenderse a gran parte de los sistemas políticos del mundo. Curiosamente el mismo origen del que proviene la animación, no sin antes pasar por las etapas de las pinturas rupestres, los jeroglíficos egipcios o los intentos de la animación victoria con la creación de la linterna mágica (proyectando imágenes) que sirvieron de antesala y base para la animación moderna cuya paternidad se le atribuye a Emile Raynaud que elevó la ilusión del dibujo al nivel de espectáculo sumado al drama, en los tiempos en la que la animación apenas era más que un truco óptico para demostrar teorías científicas.

Hoy, día mundial de la animación, nuestro actual gobierno es ejemplo de cómo se conjugan caricaturas y drama para elevarlo al nivel de espectáculo. Un gobierno caricaturizado por su desnorte en la gestión y abanderar el proselitismo de unos pocos por encima del interés general, generando un drama insufrible a los de siempre, al contribuyente, a los españolitos de a pié. ¡Bueno! y a las españolitas, que no se quede nadie fuera.

El desnorte de la gestión se refleja en las constantes cornadas en forma de impuestos o gravámenes fiscales mimetizadas en las imparables subidas en las cuotas de los autónomos, el futuro nuevo impuesto por el uso de las autovías, los calambrazos de la factura de la luz, etc., y ahora en el boquete que va a dejar en las arcas municipales el inconstitucional impuesto de plusvalía y que a buen seguro vendrán a rescatar a base de “sujétame el cubata que lo saco de donde siempre”

El proselitismo del que hace gala nuestro gobierno socialsanchista-comunista es de catálogo, y es que no se ponen de acuerdo ni entre ellos. Con el reparto desigual e injusto en la financiación de las autonomías, donde han pasado de secarles las lágrimas con millones de euros a sus socios independentistas, a taparles la boca con privilegios dividiendo aún más a la sociedad catalana, mientras la mayoría de comunidades son penalizadas por hacer los deberes constitucionales. Que no es más que poner en práctica las esencias del socialismo desde que existe, favorecer a quienes les interesa agraviando al que se esfuerza y cumple con los objetivos. Aplicando así la teoría del oportunista, pensar con la cabeza para llenar la barriga sin meter el hombro. Ley del mínimo esfuerzo como siempre han querido, pasar de curso sin aprobar, como ya hacen sus socios independentistas con el dinero y las competencias.

Pero si nos detenemos en el caso vasco da para otro serial animado. Estos no sólo están regados a base de pasta, además pactan los “presos-puestos” a cambio de carne. Las gallinas que entran por la que salen. ¿Quieres tener presupuestos?, pues a liberar a doscientos sanguinarios perfumados con pólvora y embadurnados de sangre inocente. ¡Oiga! que la sangre inocente es de hace apenas veinte años y quieren borrar de un plumazo el dolor de las víctimas, que no sólo es injustos, además somos testigos del momento y con este gesto se le está dando una patada en los mismísimos a la historia, al respeto y sobre todo a la concordia que cada día cuesta más mantener por el precio de mantener los sillones en La Moncloa. Y si no que le pregunten a ellos mismos con la rentabilidad que le sacan a Franco cada vez que no le salen las cuentas, o sea, siempre. Porque nunca le salen las cuentas, porque no hay mayor interés que sacar a pasear la bandera de la división, el mínimo esfuerzo y la creación y el mantenimiento de la necesidad crónica económica y la sentimental basado en ideales que es como se sustenta el socialismo y el comunismo.

Y es que ya lo define la propia palabra “animación”, que proviene del latín “ánima”, y significa esencia o alma, y de ahí que los teóricos afirmen que el hecho de “animar” es la acción de dar vida o dar el «soplo de vida», la de unos pocos a cambio de la de todos. O como diría la Guardia Civil: .- “Alto, ¿quién vive?” .- “El gobierno socialcomunista”