Opinión | 360 GRADOS

¿Quién va a parar esta locura?

Edificio destruido en la guerra en Ucrania.

Edificio destruido en la guerra en Ucrania.

En su delirio irrededentista, Vladimir Putin parece que sueña con reconstruir el viejo imperio ruso y llega al extremo de culpar a Vladimir Lenin y a los bolcheviques de haber permitido en su día la autodeterminación de Ucrania.

El poderoso complejo militar industrial de EEUU sueña a su vez con aumentar las exportaciones de material bélico a Ucrania y los países de la OTAN mientras los gigantes de la energía sueñan con el negocio del gas que se les abre en Europa.

Gas licuado, que en sustitución del gas natural que habría llegado por el nuevo gasoducto germanorruso del Báltico, ahora definitivamente paralizado, se obtendrá en EEUU gracias a la fractura hidráulica, tecnología, como sabemos, todavía más contaminante. Pero ¿a quién importa eso ahora?

¿Se ha parado a pensar alguien en cuántas emisiones de CO2 generará esta guerra criminal e insensata en suelo europeo? ¿Cuántas han producido ya otras guerras, disfrazadas o no de intervenciones humanitarias: las de Yugoslavia, de Afganistán, de Irak, de Yemen o Siria?

Sólo pensamos en el presente, que es ciertamente trágico, y nos olvidamos con ligereza de los antecedentes, que muchos alegremente olvidan, y las consecuencias, entre ellas el inexorable cambio climático, que producirá todavía más tragedias.

¿Quién va a poder parar ahora esta locura, que, además de causar cientos de muertes y muchísimos más heridos, va a ser un desastre para todos los europeos? Y sobre todo ¿cómo hacerlo cuando el agresor, como sucede con Rusia, es una potencia nuclear?

Ciertamente nos equivocamos todos, y así lo han reconocido también los más sesudos analistas de política internacional, al pensar que las tropas del presidente Putin se detendrían en el Donbas, que se contentarían con ese trozo de suelo ucraniano controlado por los separatistas rusoparlantes.

Los únicos que no erraron esta vez fueron los servicios de inteligencia de EEUU, pero el Gobierno de Washington ha mentido antes tantas veces, como ocurrió con las supuestas armas de destrucción masiva del iraquí Sadam Husein.

Ni a este columnista, ni a nadie se le pasó un momento por la cabeza que el líder ruso cometería la locura de llegar hasta Kiev para intentar colocar allí a un Gobierno títere.

¿Una ocupación cuando hay toda una población dispuesta a una guerra de guerrillas contra el invasor? ¿No es una empresa insensata en la Europa del siglo XXI, una auténtica locura?

Pero humillado por EEUU, que desde el principio se negó a aceptar la mano tendida del Kremlin cuando los rusos soñaban aún con la posibilidad de que su país entrase un día en la Alianza Atlántica, Putin ha terminado reaccionando como un perro rabioso.

Hubo diplomáticos y analistas estadounidenses, entre ellos algunos tan reputados como George F. Kennan o John Mearsheimer, que advirtieron hace años de que la ampliación de la OTAN, frente a lo prometido en su día a Mijaíl Gorbachov y a Boris Yeltsin, daría lugar a una nueva Guerra Fría.

Pero sucesivos gobiernos de Washington, tanto republicanos como demócratas, hicieron caso omiso. ¿De qué iba a vivir el poderoso lobby de la industria armamentista, que financia a ambos partidos, si desaparecía Rusia como enemigo?

Las empresas de ese sector, las Lockheed Martin, Northrop Grumman y el resto están ya salivando con sólo pensar en el negocio europeo, como deben de ocurrirles a las gasistas o a las de ingeniería y construcción como Halliburton, Bechtel o Fluor.

Las guerras, que suelen comenzar con una mentira, son siempre una tragedia para quienes las sufren directamente, pero al mismo tiempo un negocio para otros. Y la de Ucrania, por desgracia, no es una excepción.

Mas por lo que toca a Rusia, más tarde o más temprano, a pesar del control de los medios por parte del autócrata del Kremlin, su pueblo, víctima como el ucraniano de esta guerra, se dará cuenta del criminal error de Putin, y sólo cabe esperar que éste termine pagando en o fuera de las urnas las consecuencias.

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