Opinión | Palique

Jaranas

Cabe un alfiler en las ferias, fiestas, romerías o chiringuitos. Pero solo él. Un primo que se lleve ya no cabe

Feria de Abril de Sevilla

Feria de Abril de Sevilla / Jose Manuel Vidal

Feria de Abril (en mayo), cruces de Córdoba, Coín y Granada, fiestas, romerías y ganas de salir de los boquetes y el muermo. Rozamientos, mascarillas para qué y Covid rampante de nuevo. Que no es por criticar, es por referir, que diría una madre de antaño. Y más fiestas que vienen, incluidas las elecciones.

En la Feria de Sevilla hay más políticos que casetas y a tenor de las crónicas es más fácil conseguir un voto que un plato de jamón, dado que la bulla es extraordinaria. Los datos de empleo son buenos, nunca tanta gente trabajando, nunca tantos contratos indefinidos, o sea, llega la confianza, el Dios proveerá, el carpe diem y otra jarra de rebujito. Y no está mal que así sea; hemos vivido una pandemia. No hemos salido mejores. De hecho, no hemos salido. Más de 150 hospitalizados solo en Málaga. Hemos salido con menos futuro. Técnicamente, día que pasa, día menos en este mundo, lo cual no siempre se tiene en cuenta. Hay una doble sensación coyuntural: la vida se normaliza y acelera pero vienen elecciones, buen tiempo, vacaciones y fiestas y ferias, o sea, todo se ralentiza. O todo se para.

El ojímetro señala el buen momento: en el pasado puente cabía un alfiler en Málaga. En los chiringuitos de la Costa, en los restaurantes. Pero solo el alfiler. Su familia no. Establecimientos con doble turno para el almuerzo. Las parejas planean ya el veraneo, el jefe de personal racanea días de descanso, las ofertas para viajar se multiplican y el Gobierno se enreda en una de espías para que el entretenimiento sea mejor y más variado. Los universitarios están a pocas semanas del fin de las clases y no pocos chaveas cuentan ya los días que faltan para junio, clase solo por la tarde. La Feria de Málaga ya tiene fecha. Martes de trasnoche, gin tónics frente al mar, no pensar en nada, cavilando en todo. Desayuno incluido. Cerrado por expectativas. El verano en lontananza. Lontananza suena a adjetivo embutido. La alegría del hotelero. Tarjetas de crédito. Faralaes. Reventona primavera.

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