Opinión | 360 GRADOS

Uber y los valores europeos

¿Cuántos escándalos como éste de Uber tendrán que ocurrir para que la Comisión Europea se tome finalmente en serio los conflictos de interés?

Un vehículos de Uber

Un vehículos de Uber / L. O.

El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación ha hecho de nuevo un excelente trabajo divulgando la tupida red de intereses que ha permitido a una plataforma digital como Uber establecerse en numerosos países europeos.

Uber ha utilizado sus buenos contactos con políticos como el ex ministro de Economía y hoy presidente de Francia, Emmanuel Macron, varios miembros y ex miembros del Gobierno británico y dirigentes de diversos países de la UE para sentar en ellos sus reales.

También ha jugado un papel clave su intenso cabildeo a lo largo de los años en Bruselas, según la ONG Observatorio de la Europa Corporativa, que denuncia la tolerancia que sigue mostrando la Comisión Europea en materia de ‘puertas giratorias’.

Tolerancia que permite ignorar potenciales conflictos de interés así como el privilegiado acceso de que gozan las grandes corporaciones cuando llaman a la puerta de quienes tomas las decisiones tanto en Bruselas como en los Estados de la UE.

Las consecuencias de ese laisser faire comunitario son muy graves: se socavan los derechos de los trabajadores, se pone en peligro la seguridad de los clientes y se hace caso omiso de las mínimas obligaciones éticas.

¿Cuántos escándalos como éste de Uber tendrán que ocurrir para que la Comisión Europea se tome finalmente en serio los conflictos de interés?, se pregunta el Observatorio en un comunicado.

El intenso cabildeo de Uber, como el que también llevan a cabo tanto en Bruselas como en Washington otras plataformas digitales, les permite esquivar toda responsabilidad social y laboral así como saltarse ciertas leyes fiscales.

Y demuestra, según el Observatorio en un comunicado, que lo que más les gusta a todas es «privatizar los beneficios y socializar los riesgos, incluida cualquier responsabilidad para con sus trabajadores».

Uber se defiende con el falaz argumento de que sus conductores son autónomos y se lava las manos cuando se trata de cumplir el salario mínimo y conceder los derechos que asisten a los trabajadores como salario mínimo, vacaciones pagadas y permiso en caso de enfermedad.

La ONG critica de modo particular a la ex vicepresidenta de la Comisión y ex responsable de la Agenda Digital, la holandesa Neelie Kroes, a la que acusa de haberse reunido con representantes de Uber mientras estuvo en Bruselas pero también tras dejar ese cargo y pasar por la puerta giratoria - ¿cómo no? – a Uber.

En abril de 2014, cuando ocupaba todavía sus cargos en la Comisión, Kroes expresó por escrito su indignación por el hecho de que un tribunal bruselense hubiese prohibido la aplicación allí de los servicios de Uber.

«Me he reunido con los fundadores y con inversores en Uber. Mi equipo ha empleado sus servicios en todo el mundo por su seguridad personal y a fin de ahorrar dinero al contribuyente. Uber es totalmente bienvenida en Bruselas y en todo el mundo», escribió la comisaria.

Desde abril del año pasado, Uber ha mantenido al menos seis reuniones de alto nivel con la Comisión, incluidas tres con el responsable de los derechos sociales y laborales, el socialista luxemburgués Nicolas Schmit.

El Observatorio de la Europa Cooperativa analizó hace ya años cómo Uber y otras plataformas como Airbnb, Deliveroo, han tratado en todo momento de influir en la legislación europea en materia de comercio electrónico y servicios.

A diferencia de la industria farmacéutica o de la banca, Uber tiene pocos lobistas en Bruselas e invierte al año sólo 700.000 euros en esa labor de cabildeo pero, según el Observatorio, gracias a sus contactos ha conseguido mantener setenta reuniones de alto nivel, incluidas veinticuatro con comisarios desde 2014.

Las plataformas digitales cuentan además con la complicidad de Business Europe, organización patronal europea, y son también miembros de otras organizaciones empresariales como la Computer and Communications Industry Association además de colaborar con varios laboratorios de ideas (think tanks) cuyos estudios a veces han financiado.

Lo que muestran claramente las nuevas revelaciones del Consorcio Internacional de Periodistas es hasta qué punto la economía gobierna el mundo y cómo lo hace en beneficio de unos pocos. ¿Son éstos los valores que tan solemnemente proclamamos estar defendiendo en Ucrania con nuestras armas?

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