Opinión | En corto

El fascismo en el amor

«Me cuesta aceptar la idea de que el amor romántico heterosexual sea fascista», dice en una entrevista, en este diario, Luz Gabás, última ganadora del Planeta. ¡Claro, Luz!, ¿cómo podría serlo?, ¿es que alguien se atreve a sostener tal cosa? Al revés, lo fascista será afirmar que lo sea. La heterosexualidad sigue siendo la opción más frecuentada en el amor y solo habría fascismo en la exclusión de las otras. En cuanto al toque romántico, forma parte del libreto también muy frecuente en la pareja (del tipo que sea), en beneficio, se dice, de grandes almacenes e industria del regalo, aunque en el fondo abastezcan y den forma a una demanda. En el amor, como en tanta otra cosa, solo se ve la patita al fascismo cuando se reprimen o excluyen sus modos y maneras, algo que quien haya vivido otro tiempo recordará bien. Son los que no lo han vivido los que más abusan de colgar el rótulo.

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