En corto

Regresión fatal

Pedro de Silva

Pedro de Silva

El mayor respeto a la condición humana en tiempo de paz, hasta tocar casi el paraíso, ha ido acompañado en el último siglo de una mayor «deshumanización» (si puede hablarse así) de la guerra, hasta meterla en el peor de los infiernos. El agujero negro de ese proceso no es el de las víctimas civiles, difíciles de evitar en la lucha entre militares, sino la canallesca guerra directa contra civiles como «argumento» para doblegar al adversario. Aunque esa siniestra estrategia la haya iniciado el fascismo, primero el italiano en Abisinia, después el nazi/franquista en España (Guernica, entre otros) y luego los nazis con las bombas volantes sobre Londres, la fórmula fue emulada a gran escala por ingleses (Dresde) y norteamericanos (Hiroshima, Nagasaki). Que hoy se haya generalizado en toda guerra (Kiev, Israel, Gaza) da cuenta del poco fundamento del sintagma «progreso de la humanidad».

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