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Rotaciones

Will Thomas, antes de saltar a la pista del Carpena para enfrantarse al Surne Bilbao

Will Thomas, antes de saltar a la pista del Carpena para enfrantarse al Surne Bilbao / ACB Media

Francis Tomé

Francis Tomé

Hace unos años, ya bastantes por cierto, veíamos como los equipos de baloncesto solían jugar con 8 jugadores. El resto de la plantilla estaba para ayudar en los entrenos o para esperar alguna lesión de esos «imprescindibles». Normalmente se jugaba con dos bases, tres exteriores y tres jugadores interiores. La máxima expresión de esto era el Caja de Ronda de Mario Pesquera que jugaba con 6. Aquel equipo solo tenía una rotación exterior.

El baloncesto evolucionó aumentando la intensidad y se pasó a jugar con 10, dos por puesto. Los jugadores 11 y 12 solo estaban para entrenar y tampoco participaban mucho en el entreno de cinco contra cinco. Estos jugadores eran normalmente canteranos.

Pero como el baloncesto sigue evolucionando en ritmo, intensidad y, muy importante, en número de partidos, ahora vemos que los mejores equipos de Europa que compiten en Euroleague tienen plantillas de 14-15 jugadores. Son plantillas en las que hay 12 jugadores de máximo nivel. Los jugadores 13 y 14 suelen ser jugadores de un nivel un poco inferior, que suelen disputar las ligas domésticas y esperar a que haya una lesión para participar en la Euroleague. Pueden ser jugadores jóvenes que ya han demostrado su validez en primeras competiciones y que serán el futuro si explotan o cuando los mejores jugadores de la plantilla se retiren o, simplemente no renueven.

Esos equipos pueden jugar con 8 jugadores en los momentos o partidos más importantes de la temporada. Vemos en la NBA como los equipos usan rotaciones muy largas en la temporada regular pero que cuando llegan los play off acortan esa rotación a 7-8. O como el Madrid ha ganado la Copa del Rey jugando con cinco jugadores muchísimos minutos.

Pero no todos los equipos usan esta estrategia. El Unicaja tiene una plantilla de 13 jugadores. La diferencia con otros equipos es que todos tienen el mismo nivel. No hay jugadores jóvenes que ya hayan demostrado sus aptitudes en la ACB y vayan a ser el futuro del equipo dentro de algún año. Bueno, estaba Mario Saint–Supéry, pero ha tenido que buscar minutos en otro equipo y en otra liga porque el hecho de ser doce jugadores de un muy alto nivel en la plantilla le cerraba la puerta a poder jugar, incluso con lesiones.

Partamos que la realidad es que Unicaja tiene 13 jugadores por el hecho de que la temporada pasada se lesionó de gravedad Augusto Lima. Esta lesión implicó el fichaje de Sima, fichaje que era imposible que pudiera ser temporal. Esto ha provocado que, una vez recuperado Lima, haya en estos momentos 13 jugadores en plantilla todos de un nivel muy parecido. Además, 6 de esos 13 son jugadores interiores, cuando lo normal es tener 5.

Esto no es un problema para Ibon Navarro. Él ha creado una dinámica, un método, en el que todos son importantes. Las rotaciones son cortas y la carga de minutos está muy repartida. Así consigue que el equipo juegue a un ritmo defensivo muy alto y con una intensidad en el juego ofensivo muy difícil de defender por los rivales. También consigue que todos sus jugadores estén concentrados y preparados para dar su mejor versión porque si alguien no la da se irá al banco a dejar su sitio a otro compañero. Ibon necesita 12 jugadores cada partido para mantener este método que parte del convencimiento de todos los jugadores de que esa dinámica es la mejor para el equipo.

El problema se le plantea ahora porque tendrá que dejar sin vestir a un jugador de máximo nivel cada partido. Si hay algún lesionado problema resuelto. Pero, ¿y cuándo no lo haya? Pues esto puede producir que algún jugador no comprenda cuando le toque quedarse fuera. La clave sigue estando en que la plantilla comprenda y asuma que esas rotaciones son lo mejor para el equipo.

El error está en pensar que hay que demostrar más en los entrenos para no ser el que descanse el día del partido porque esto no es así y creará una ansiedad en los jugadores por querer hacerlo bien cada día, algo que tampoco es demasiado bueno. Esa incertidumbre de saber si jugarás el próximo partido o no es de poca ayuda. Ahora, también os digo que el jugador que hace todos los días 15 puntos y 8 rebotes está muy tranquilo porque sabe que va a seguir jugando si está bien físicamente.

Esas rotaciones o el hecho de dejar de hacerlas son buenas o malas en función de si se gana o no porque ese es el objetivo, no existe otro. Si ganas, el método que utilices es el mejor.