Memoria en Verde y Morado

Díaz & Díez

Memoria en Verde y Morado previa al Unicaja - Valencia.

Juanma Rodríguez

Juanma Rodríguez

La plaga de lesiones sufrida por el Valencia Basket en los últimos meses ha puesto sobre la mesa la importancia de la cantera en el crecimiento del proyecto taronja. Junto a la futura inauguración del imponente pabellón «Roig Arena» en 2024, la construcción de las magníficas instalaciones de L’Alqueria para las categorías inferiores ha permitido dar un salto cualitativo a sus equipos de base. Ante el aluvión de bajas, la dirección deportiva, no sin cierta polémica entre la afición, tomó la decisión de apostar por sus talentos más jóvenes. Guillem Ferrando, Millán Jiménez y Lucas Marí son los más recientes debutantes con el primer equipo en ACB e incluso Euroliga. Tal situación difiere mucho de la que se producía en los primeros años del Valencia en la Liga, allá por finales de los 80, cuando el objetivo era incorporar a jugadores más experimentados.

La pareja exterior formada por Salva Díez y José Luis «Indio» Díaz es un claro ejemplo de ello. Dos tipos curtidos en mil batallas, llenos de carácter y calidad, que pronto se convirtieron en estandartes para la afición de La Fonteta.

Díaz y Dïez

Díaz y Dïez

Cercano al prototipo de base del futuro (más alto y fornido), el riojano Salva Díez fue el encargado de tripular la nave ché, tras haber recorrido buena parte de la geografía española. La relación con el balón naranja comenzó en su Logroño natal, dando el salto a la vecina Vitoria para debutar en la ACB en las filas del Baskonia. La siguiente etapa le llevó al CB Canarias dónde tuvo la oportunidad de aprender el oficio de director de juego al lado del maestro Carmelo Cabrera. De las islas afortunadas puso rumbo a la capital del Turia con la tarea de capitanear a un Valencia que pretendía consolidarse en la máxima competición nacional. Salva, duro y activo en las dos partes de la cancha, demostraba gran habilidad para penetrar a canasta y así poder doblar el balón al compañero mejor situado.

Logró sus mejores registros estadísticos en Valencia, llegando a liderar la liga durante la temporada 91/92 en asistencias y robos de balón. Tras su fichaje por el Barça pasó a desempeñar un rol de especialista defensivo que encajaba a la perfección en el esquema de Aíto García Reneses. Para la afición de Málaga, Salva siempre será uno de nuestros «villanos favoritos» por todo lo vivido durante la apasionante final del 95.

A su lado, José Luis Díaz tenía la misión de minar las defensas rivales. Escolta zurdo y cualificado finalizador al contraataque, Díaz (apodado «Indio» por haber nacido en Venezuela) se crió en la cantera del Real Madrid, donde nunca tuvo la oportunidad de asentarse en un club lleno de figuras internacionales de relumbrón. Pasó sus mejores años enrolado en el competitivo CAI de Zaragoza, llegando a vestir la camiseta de la selección en 18 ocasiones. Coincidió en el tiempo con grandes rivales (Epi, Margall o Villacampa) frente a los cuales siempre competía de tú a tú, demostrando ser un jugador con garra y clase a partes iguales.

«Indio» Díaz recaló en el conjunto levantino en la recta final de su amplia y brillante trayectoria. Anotador incansable, con muy buena mano en el lanzamiento exterior, el «Indio» era una garantía para el equilibrio y el crecimiento del equipo valenciano.

Como curiosidad, el dúo Díaz y Díez participó en un partido que ha pasado a la historia del conjunto malagueño, el debut de Ralph Sampson con la camiseta cajista. Rodeado de la máxima expectación, la llegada de la estrella de la NBA significó una enorme decepción para la afición malagueña.

Ampliamente superado por los pívots del Pamesa, Salva y el «Indio» también bailaron a un jugador que tocó el cielo en los Houston Rockets antes de estrellarse en Ciudad Jardín.

La Peque-Columna (Simón R.J.)

¿Sabías que la fase previa de la Minicopa se juega en L’Alqueria desde hace 5 temporadas?