Entrevista

Rodrigo Cuevas: "Lo peor de la censura es que, encima, da votos"

El 'agitador folclóric' Rodrigo Cuevas vuelve a València este domingo para actuar en los Concerts de Vivers: "Celebrar las cosas se ve como una frivolidad, pero es el más responsable de los actos" 

Rodrigo Cuevas.

Rodrigo Cuevas. / BEATRIZ TAFANER

Voro Contreras

Rodrigo Cuevas es el más glam, llamativo y preclaro miembro de esa generación de jóvenes artistas que han encontrado en el folclore un medio modernísimo de expresión y reivindicación. Lo de este asturiano de que el domingo 16 de julio actúa en los Concerts de Vivers no va solo de meterle electrónica a las melodías y los tradicionales motivos líricos de su tierra. Va de buscar la colisión y disfrutar del efecto como un niño malévolo, como se comprueba en 'Como ye?!', uno de los adelantos de su próximo disco producido por el puertorriqueño Eduardo Cabra (Visitante en Calle 13). "Quería hacer un disco más bailongo, más disfrutón y buscaba también generar una tensión artística entre el repertorio más localista que he hecho nunca, con un productor totalmente ajeno a la cultura asturiana y ver cómo funcionaba esa tensión".

Para tener 'el verano de tu vida', que dice la canción, ¿es más importante un buen mozo, un buen baile o buena una piscina?

Todo ayuda. Un buen mozo, un buen baile… La piscina es lo más prescindible realmente.

Usted se presenta como agitador folclórico. ¿Qué es lo primero que el folclore ha de agitar?

A toda la gente que se queda sujetando las paredes y no entra nunca al baile. Agitar a la gente que no participa en las cosas, que es aburrida. En Asturias tenemos una palabra que es 'repunante'. 'Repunante' no es 'repugnante', es como cascarrabias. A todos los cascarrabias les vengo a agitar, que no dejan hacer nada en la vida. Son unos pesados.

"Repunantes" al poder

Pero ello sí que hacen. Incluso llegan al poder.

Hombre sí llegan... Lo sabéis bien por València.

¿Cómo vive usted esto?

Pues mira, al principio con mucha tristeza porque es como que están consiguiendo meter en el debate cosas que no deberían serlo. Pero, a la vez creo que eso va a generar que la gente deje de estar tan relajada y tenga cierta conciencia. Este disco también va mucho de eso, de valorar lo que tenemos, de celebrarlo, de ser conscientes de que aprender a disfrutar las cosas que otros construyeron es un acto de responsabilidad. Muchas veces la celebración se ve como una frivolidad y yo creo que celebrar es el más responsable de los actos.

¿Con celebrar se refiere únicamente a pasarlo bien?

No solo a pasarlo bien. También celebrar el entorno en el que vivimos, los amigos que tenemos, la libertad que gozamos, lo rica que está la comida, lo divertido que es hacer el amor. Celebrar que tenemos mogollón de cosas muy buenas.

¿A qué punto hemos llegado para que celebrar sea revolucionario?

Pues al punto en el que los 'repunantes' están ganando el discurso. Celebrar siempre fue revolucionario, pero a veces nos hacen creer que es frívolo.

Rodrigo Cuevas

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Objetivo de la censura

La censura ha devuelto la cultura al debate político. ¿Un poco triste, no? 

Sí, es triste que estemos viendo censuras otra vez. Pero ojo, la censura no desapareció nunca: ahí está Pablo Hassel, ahí está Valtonyc… Gente que está en la cárcel. Tuiteros, raperos… Pero ahora ha llegado a las programaciones, es una promesa política y lo peor es que, encima, da votos.

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Homosexual de izquierdas que canta en asturianu y se mete con los 'repunantes'. ¿Se ve usted como objetivo directo de la censura?

Sí, evidentemente, pero somos todos objetivos directos, incluso los que la ejercen. Son como un meteorito que elimina la cultura en general, que no es de izquierdas ni de los homosexuales. La cultura la compartimos todos, los de derechas y los de izquierdas. Quien crea que la cultura es de una parte de la población está equivocado. Todas las propuestas culturales, mientras no maten o humillen a nadie, nos enriquecen a todos.

¿Usted cuándo descubrió las propiedades agitadoras del folclore?

Desde el principio, desde que empecé a tocar la pandereta y cantar.

¿El problema del folclore es que nos lo hemos tomado demasiado en serio?

Sí, era como algo a lo que acercarse con solemnidad, como un rito, como si fuera ir a misa. La solemnindad no tiene nada que ver con el folclore, que tiene partes que son pura inspiración y pura frescura. En el folclore hay mucho sexo, mucha política y sobre todo mucha retranca y mucho humor y pitorreo.

¿Saber eso es lo que les une a usted, Guitarricadelafuente, Tanxungueiras, Maiuca, Marala o incluso Vetusta Morla?

Sí, creo que hay un espíritu en común con toda esta gente que nos estamos acercando al folclore de una forma u otra, un grupo muy heterogéneo pero con alguna cosa en común. No sé por qué ha sucedido. Llegamos al folclore y descubrimos que no era tan aburrido como nos decían lo de antes.

Al bajar del escenario

¿Qué pasa cuando el ídolo Rodrigo Cuevas se baja del escenario y de sus plataformas, se quita los ligueros y se vuelve a la aldea en la que vive?

No soy nada mitómano, así que me gusta más cuando estoy en el pueblo. Idolatrar a la gente no está bien, crea unas expectativas que no son reales. Y tampoco me gusta que los artistas fomenten esa idolatría para sacar dinero, tener más fama y tener más trabajo. Eso me parece muy perverso.

¿Se imagina que su aldea fuera como las redes sociales, donde todos le aman o le odian?

Es un poco así, yo creo. No tan exagerado, porque si no sería insufrible.

Por cierto, en todas las entrevistas (incluida esta) y artículos sobre usted se acaba destacando que vive en un pueblo muy pequeñito, como si fuera eso una heroicidad. ¿Le molesta?

No es que me moleste, pero sí es verdad que un poco sí. Me sorprende que la gente me pregunte cómo es mi vida allí, cómo son mis vecinos. No sé, es como si viviera en una cueva o como si mis vecinos fueran de otra especie. Es verdad, creo que es mucho más interesante mi parte musical que mi vida. Poca repercusión tuvo, por ejemplo, que fuera a hacer un disco en asturianu con Visitante.