Crítica

Valses para un Año Nuevo

Alejandro Fernández

Alejandro Fernández

El Teatro Cervantes se vistió de gala la jornada pasada para festejar la entrada del nuevo año junto a la Filarmónica de Málaga y la batuta invitada del director alemán Florian Csizmadia, concierto que gira además este año en el auditorio Príncipe de Asturias de Torremolinos y el auditorio Felipe VI de Estepona. En programa una amplia selección de valses y alguna que otra polka en una reproducción del gran concierto que todos conocemos y celebramos cada primero de año. Desde la titularidad del maestro Manuel Hernández Silva y con el paréntesis pandémico se viene realizando este concierto pastiche que a cada año que pasa apetece más de lo mismo y se aleja de alguna plausible propuesta musicalmente atrevida.

Aun así, y gracias al maestro Csizmadia la Filarmónica realizó un programa sensato, bien articulado e intencionado que alejó el fantasma de la somnolencia y cumplió sobradamente las expectativas de aquellos que se acercan hasta estas propuestas por la cosa de la cercanía y el fuerte carácter evocador que posee la cita que no deja de ser un producto muy bien vendido. La realidad es otra bien distinta y muy preocupante pero con todo la Filarmónica junto al maestro Florian Csizmadia hicieron música sin reparar en otra cosa que en música y esto es algo que hay que agradecer a la vertiente docente del maestro alemán.

La obertura de la opereta El murciélago que prologaba el concierto resume vivamente este último programa de la OFM, contención, ritmo y acentos. Florian Csizmadia propuso a los profesores un uso constante de la dinámica como elemento orgánico de la interpretación que facilitó además comprender la articulación de la obertura, los cambios rítmicos así como las modulaciones bien definidas y fraseadas por los profesores. Una presentación general que en el desarrollo del repertorio en concierto iría destacando las distintas secciones de la Filarmónica como el papel destacado de las maderas en la polka Éljen a magyar o, en el también straussiano Kaiserwalzer op. 437 el protagonismo lo asumieron la precisa percusión y los iluminados bronces.

Por lo que respecta a las cuerdas el gran momento vino de la mano de F. Lehar y J. Sibelius. En el caso de Lehar cabe subrayar el empaste que permite emitir un sonido definido y oscilante abierto a la acentuación. La lectura del Vals Triste del compositor finés J. Sibelius fue el momento más sobresaliente de la velada reflejado en el tono lírico casi cantable de las distintas cuerdas junto al maestro Csizmadia.

Con el complejo ejercicio de la Straussiana de E. Korngold se cerró oficialmente el programa que guardaba fuera de programa El Danubio azul y una no menos y curiosa versión de la conocida Marcha Radetzky en la que se combinaba el ritmo de marcha con el tres por cuatro del vals. Toca para la próxima cita algo menos cliché y más atrevido.

Málaga. 03-01-2024. Teatro Cervantes. Dirección: Florian Csizmadia. Programa: Páginas de R. Strauss; F. Léhar, J. Sibelius y E. Korngold.