Entrevista | Miguel Herrán Actor

«Me han llegado a pedir una foto hasta en un tanatorio»

El malagueño, uno de los rostros más potentes de la pequeña y la gran pantalla españolas, no para: semanas después de estrenar en Prime Video la serie 'Los Farad', ahora llega a los cines con 'El valle de las sombras', una cinta de aventuras que traslada al espectador hasta la cordillera del Himalaya 

«Currar con niños es una maravilla y un infierno: por la mañana te dan ganas de abrazarlos, a las dos horas te dan ganas de matarlos», asegura

El actor Miguel Herrán

El actor Miguel Herrán / Jesús Garay Talent

Saray Fajardo

'El valle de las sombras' se estrena hoy en los cines. ¿Siguen existiendo esos nervios por saber cómo va a reaccionar la gente?

No, para nada. Nunca me he preocupado porque es algo que no está a mi alcance, por lo que no me pone nervioso. Simplemente cuando se estrene, a ver qué le parece a la gente, a ver cómo la reciben, pero nervios ninguno.

El rodaje transcurre por diversas localizaciones del Himalaya y Canarias. ¿Tuvieron que interrumpir alguna jornada por las adversidades climatológicas?

Allí no se interrumpe una jornada ni locos, teníamos el tiempo justico. Allí ha sido toda una locura. Es verdad que nos hemos movido muchísimo, hemos viajado muchísimo, hemos rodado en el Himalaya, hemos rodado en Canarias también. Allí no había tiempo ni para ponerte malo ni para quejarte ni para decir «oye, que hoy necesito descansar». 

¿Qué ha sido lo más difícil del rodaje?

Lo más difícil para mí fue el terminar 'Los Farad' (Prime Video) y, acto seguido, hacer unas maletas, ponerme a estudiar otra vez, hacer un viaje tan largo hacia la India. Al principio se me hizo un poco de bola, porque era como «Dios, por favor, si acabo de llegar a mi casa. Por Dios, necesito un poco de descanso».

¿Ha habido algún tipo de preparación física?

Física para nada. Yo soy una persona que entrena mucho, me gusta mucho el gimnasio, me gusta mucho la montaña, me gusta mucho la bicicleta. No me obsesioné. Yo ya había estado a muchísima altitud porque estuve en el Machu Picchu, sabía un poco lo que era y sabía que era un poco duro a nivel de cabeza, a nivel de oxígeno y de respirar, pero tampoco me preparé gran cosa. Fui al ruedo, a lo que venga.

¿Qué es lo que más le ha sorprendido de la India?

La cultura. Una cosa que me sorprendió muchísimo es que, al tener una influencia tan budista, cosas tan normales y europeas, como aplastar un mosquito cuando te pica, allí es como una falta de respeto, eres como un asesino que no respeta la naturaleza. Te choca muchísimo. Ahí te das cuenta de que nunca vas a conseguir adaptar una cultura entera a ti. Tienes que pasar por el aro y adaptarte tú a la cultura.

Interpreta a Quique, ¿qué destacaría del personaje?

Destacaría sobre todo el viaje que tiene. Desde que empieza siendo una especie de chaval normal, inmaduro, que va allí a disfrutar, a fumarse unos porros y a estar en pareja y se acaba convirtiendo en un tío maduro, sufrido, con las cosas claras y con unas determinaciones brutales.

¿Qué se lleva de esta película?

He aprendido mucho a tener paciencia. He aprendido mucho a no estresarme por cosas que no están bajo mi control.

Una cosa bastante difícil en la sociedad actual...

De esto hablaban mucho los estoicos, pero allí te das cuenta de que coge otra magnitud. Tú estás allí y nada depende de ti. Absolutamente nada. Tú tienes la decisión de estar allí amargado o estar allí contento. Y aprendes mucho a poner los problemas por debajo de todo y a intentar siempre dar la mejor versión de ti, estar siempre con una sonrisa. 

El actor malagueño Miguel Herrán.

El actor malagueño Miguel Herrán / Jesús Garay Talent

También has trabajado con niños, algo complicado. 

Complicadísima. Es curioso porque por la mañana te dan ganas de abrazarlos a todos, a las dos horas te dan ganas de matarlos, a la media hora uno te saca una sonrisa y te dan ganas de volver a abrazarlos a todos. Currar con niños es una maravilla y un infierno.

Hace poco se estrenó 'La Sociedad de la Nieve'. ¿Cree que existe cierto atractivo en torno a las historias estas de supervivencia?

Hay un atractivo intrínseco en este tipo de historias, ya que el 90% de los seres humanos jamás se van a ver en un paraje así. Ahí hay algo que te llama, quieres ver a una persona desenvolverse en este entorno, porque es probable que nunca lo vayas a ver.

La obra está nominada a tres Goya (mejor dirección de producción, mejor maquillaje y peluquería y mejores efectos especiales). Usted ya sabe qué es ganar un Goya en 2016. ¿Cómo recuerdas aquel momento?

Uno de los momentos más felices y potentes de mi vida. Para mí fue espectacular.

 Después de eso llegaron 'La Casa de Papel' y 'Élite'. ¿Cree que el Goya le abrió puertas?

No lo sé. Cuando ganas un Goya Revelación con tu primera película, evidentemente adquieres un foco que no tenías antes. Supongo que alguna puerta me habrá abierto.

Estas series tuvieron una gran acogida a nivel mundial, ¿lo esperaban?

Personalmente, no. Es verdad que Enrique Arce siempre decía que él lo veía. ¿El resto? Para nada. De hecho, se estrenó primeramente en Antena 3 y la serie pasó sin pena ni gloria. Entonces nosotros ya teníamos bastante asumido que sería una serie sin más.

¿Le han marcado un antes y un después?

Por supuesto. Como actor y como persona. No es lo mismo ser actor que ser una persona mundialmente famosa. Yo he pasado de tener una vida tranquila y llevar mi profesión con normalidad a estar haciendo la entrevista y tener a nueve hindúes a mi derecha que están esperando para hacerse una foto mientras hablan a gritos. Tengo a dos chicas que acaban de salir de un colegio, que están enfrente con un móvil grabando y esperando a que termine la entrevista para pedirme una foto. Y la vida te cambia completamente. De hecho no puedo vivir en Madrid. Es algo que ya no soporto. 

La fama te cambia la vida completamente. De hecho, ya no puedo vivir en Madrid, no lo soporto»

¿Lleva bien el tema de las fotos y ser famoso?

No lo llevo para nada mal. Siempre digo que esto depende mucho del día y del momento. No es lo mismo que tú me pidas una foto en un tanatorio, que me ha pasado, a que me pidas una foto al salir del gimnasio. Uno es consciente de los momentos que está viviendo, pero el resto de la gente no. También tienes que relativizarlo y darte cuenta de la situación. Esto al final son problemas del primer mundo. Es una manera tuya de afrontar los problemas ante la vida. Yo lo relativizo y digo: «¿Cuánto problema real hay en esta situación?». Me dedico a lo que me gusta, gano lo suficiente como para poder vivir con el estilo de vida que quiero, a mi familia no le falta nada y tengo la vida que quiero. Si a cambio me toca hacer unas fotos por la calle, coño, pues me hago las fotos. Que es cierto que no siempre voy a tener una sonrisa de oreja a oreja, pero raro es que yo le niegue una foto a alguien. 

Suscríbete para seguir leyendo