Ha sido un año importante para el Festival de Málaga: el del regreso de la alfombra roja a su lugar natural, frente al Teatro Cervantes, para que los miembros de la comunidad del cine en español volvieran a sentir el calor y la cercanía del público malagueño. Anoche, se desplegó por última vez para recibir a los premiados, presentadores, jurados e invitados a la gala de clausura, la velada con la que el certamen puso punto y final a su vigésimo sexta edición.
Hubo mucha transparencia (deslumbrantes especialmente las malagueñas Stephanie Magnin y Daniela Santiago y la argentina Valentina Zenere) pero también mucho lady like (la siempre infalible Vanessa Romero) y reivindicaciones de la elegancia eterna del negro (Macarena Gómez y la turca Melis Sezen, por ejemplo). Ellos, como suele suceder en la cita malagueña, mostraron también su lado más atrevido, destacando el siempre moderno Rubén Ochandiano. El año que viene, más, mucho más. Ahora toca guardar la alfombra.
Los protagonistas del desfile
Algunos de los nombres propios del último paseíllo del Teatro Cervantes