Regenerar la visión masculina con sensibilidad y grandes actores

Tras Lucas y Asamblea Álex Montoya vuelve al Festival de Málaga, esta vez en Sección Oficial a Concurso, con La casa, una historia basada en el exitoso cómic de Paco Roca donde el director profundiza en las relaciones enquistadas dentro del núcleo familiar causadas por el paso del tiempo y las distintas maneras de vivir de sus integrantes. Una de las grandes virtudes que tiene el cine familiar es la capacidad inmersiva de tratar temas relacionados con todos a la par que el espectador forme parte de esta zambullida empática hasta atraparlo. La casa se sitúa entre la empatía y la compasión. Todos acabamos formando parte de esta familia a punto de romperse a ratos y de volver a componerse en un minuto. Álex Montoya disecciona los problemas familiares en plano general, como un accidente inevitable del que nadie está a salvo, hasta que de pronto llega lo inevitable, el final. El dolor y la perdida. El guión, uno de los fuertes del filme, traza arcos dramáticos de una familia en periodo de reconstrucción (aunque no lo expresen) tras la muerte de su padre y en consecuencia la venta de la vivienda familiar. Aquí, el realizador recurre con frecuencia a explorar todo ese universo masculino a flor de piel en una situación tan delicada y dramática.

«Si no te emocionas con esta película, eres un neumático o una inteligencia artificial»

Gracias al gran plantel de actores y actrices, destacando especialmente a David Verdaguer y Óscar de la Fuente, Álex Montoya filma una película de fiable facturado de un cine con cierta vocación regenerativa de la visión masculina. Personajes perdidos, sin roles ni lugares de poder donde para ellos el enfrentarse a todo lo que les proporciona el día a día ya es suficiente lucha. En La casa, los objetos cobran otra dimensión, otro valor. El decidir qué hacer o no con lo que se queda o no en nuestras vidas acaba definiendo las decisiones de los protagonistas. La película más emotiva de este Festival acaba de llegar.