Los cuatros fantásticos extraordinarias experiencias

Buena parte de lo que hoy conocemos como el gran Universo Marvel está construido a través de las páginas de Los Cuatro Fantásticos. Desde las primeras historias protagonizadas por Reed Richards (Mr. Fantástico), Sue Storm (La Mujer Invisible), Johnny Storm (Antorcha Humana) y Ben Grimm (La Cosa) en 1961, la aparición en esta colección de los nuevos héroes y villanos de la Casa de las Ideas fue una constante que mantuvo hipnotizados a los lectores. Sus creadores, Stan Lee y Jack Kirby, sabían perfectamente el potencial que esta circunstancia aportaba a las aventuras de La Primera Familia marvelita.

A finales de los sesenta, ya no suponía ninguna novedad toparse con Los Inhumanos, Pantera Negra o Galactus en las viñetas de Los Cuatro Fantásticos, por lo que el factor sorpresa requería cada vez de mayores dosis de imaginación. Esta situación no supuso un inconveniente al tándem Lee/Kirby, una de las parejas creativas más solventes que ha dado el mundo del cómic. Tal y como recoge el cuatro Marvel Gold de Los Cuatro Fantásticos editado por Panini –que compila desde el número #64 al #81 de la cabecera mensual, además de los anuales #5 y #6–, la presentación de nuevos personajes siguió siendo buena parte de la marca de la casa.

Aquí seremos testigos de las primeras apariciones de Ronan El Acusador, Adam Warlock (a quien primero conoceremos como Él), Psicoman y Annihilus, aunque lo verdaderamente extraordinario de esta etapa fue la dimensión y profundidad que adquirió el personaje de La Cosa y el protagonismo de Estela Plateada (que al poco inauguró su propia colección). Además, los lectores se quedarán boquiabiertos con el anuncio del embarazo de Sue Storm y con el adictivo ciclo argumental que acaba enfrentando a Los Cuatro Fantásticos contra Daredevil, Spiderman y Thor. Casi nada.

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