Recopilación

El mundo de ayer: memorias del naufragio de Europa

La vigencia de Stefan Zweig hace posible que las editoriales quieran publicar sus textos. Es el caso de Alianza que edita cuatro libros suyos que encabeza ‘El mundo de ayer’

'El mundo de ayer', cuatro textos de Stefan Zweig.

'El mundo de ayer', cuatro textos de Stefan Zweig. / L. O.

La vigencia de Stefan Zweig es pasmosa, pero no extraña; su amplísima cultura, su enorme curiosidad, su educación renacentista, su conocimiento de Europa y un estilo literario basado en un lenguaje adaptado a la comprensión de todos, le permitieron escribir apasionantes biografías, ensayos memorables, relatos históricos, cuentos, poesía, teatro, sus diarios y, lo que aquí nos incumbe ahora, unas memorias que nos hablan de su condición de europeísta consumado y de los acontecimientos que, en apenas cincuenta años, llevaron a Europa al borde del suicidio.

Esas memorias tienen su mejor ejemplo en ’El mundo de ayer’, un testimonio de lo que fue el hundimiento de Europa, que ahora acaba de recuperar Alianza Editorial, que además ha puesto en circulación otros títulos del autor. La descripción de Stefan Zweig del mundo de ayer es la descripción de una Europa desaparecida, una Europa que representaba la cultura occidental y el pensamiento humanista. Sin embargo, esta Europa ya había desaparecido en las trincheras de la Primera Guerra Mundial. Zweig llama a ese período anterior a 1914 «la edad de oro de la seguridad», y más de la mitad del libro se refiere a esa época.

Lo que hace que este libro sea tan valioso es el punto de vista, que no es el de los historiadores, cuyos numerosos libros sobre la Primera Guerra Mundial, que se están publicando actualmente, arrojan luz principalmente sobre los acontecimientos políticos, sino el punto de vista de la gente: qué pensaban, qué sentían, qué temían y qué esperaban. Afortunada coincidencia que esto sucediera a través de la pluma de un escritor dotado, que escribió todo tan real, tan tangible. Su relato, este libro sobre su vida, es sin duda una de las claves más importantes para entender esta época en que Europa casi se suicida.

El lo vivió y fue testigo de todo. Primero estaba el desastre que se gestaba en las fronteras de Austria-Hungría, que apenas parecía amenazar al pueblo y que condujo a la destrucción del gran imperio austro-húngaro y a la catástrofe de la Primera Guerra Mundial. Siguieron los años oscuros del ascenso del fascismo en Italia, en Austria, en Grecia, en España... Finalmente, el estallido del odio primitivo, la brutalidad monstruosa y la inhumanidad de la era nazi que concluye con la otra gran guerra mundial.

En el libro, Zweig , el hombre de cultura renacentista, el gran cosmopolita social y mundano, describe inicialmente ese mundo anterior al naufragio, que el llama el mundo de la seguridad. Austria, al igual que otros estados europeos, tenía un sistema político estable, una sociedad consolidada y todos podían ver cómodamente el futuro. Muchos inventos habían revolucionado la vida: el teléfono, la electricidad, la radio, el coche.

Stefan Zweig

  • El mundo de ayer
  • Editorial: Alianza
  • Traducción: Eduardo Gil Bera

La introducción, que escribe el propio Zweig, supone un extraordinario compendio de lo que relatará en sus quince capítulos desde el inicial: ‘El mundo de la seguridad’ a el último: ‘La agonía de la paz’.

Zweig señala que ha sido testigo contra su voluntad de la más « terrible derrota de la razón y el triunfo más salvaje de la brutalidad» en la crónica de los tiempos.

Relata como ha visto crecer las mayores ideologías de masas, el fascismo en Italia, el nacionalsocialismo en Alemania, el bolchevismo en Rusia y, «sobre todo, la peste suprema del nacionalismo que ha intoxicado el florecimiento de nuestra cultura europea».

Testigo también, señala, de la inimaginable caída de la humanidad en la barbarie y de manera paradójica, en esa misma época también la humanidad se ha elevado en lo técnico e intelectual hasta hazañas insospechadas como la invasión del aire con el avión, la transmisión de la palabra a todo el mundo en un segundo, el triunfo sobre enfermedades muy perniciosas y cosa que ayer eran imposibles. Nunca hasta ahora se había portado la humanidad de un modo más diabólico ni alcanzado logros semejantes a los divinos.

Sin duda es necesario aprender de la historia para no repetir los errores. La lectura de ‘El mundo de ayer’ supone una contribución necesaria a ese aprendizaje obligado.

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