Salman Rushdie: la literatura es fabulación

El escritor nos lleva en ‘Los lenguajes de la verdad’ a un peregrinaje literario que es toda una carta de amor por la literatura como arte de contar historia fabulosas

Salman Rushdie.

Salman Rushdie. / L. O.

«Antes de que existieran libros, existían las historias». Salman Rushdie encierra en esta frase el inicio de todo. Eran, sin duda, historias fantásticas que el hombre ha ido convirtiendo en relatos maravillosos. Lo consagra como frase inicial de la serie de mas de cuarenta piezas narrativas recopiladas en ‘Los lenguajes de la verdad’, una bella colección que acaba de publicar en español Seix Barral.

Son relatos nacidos en los veinte últimos años, donde Salman Rushdie reflexiona, a partir de esa frase consagratoria inicial, sobre el arte de contar historias y sobre su búsqueda individual de una narrativa que partiendo del realismo y dejándolo atrás, alcanza el universo de la pura fabulación, de universos mágicos y realidades alternativas.

Hay un texto de apertura, ‘Relatos maravillosos’, donde Rushdie, partiendo de esa frase inicial, se desnuda literariamente y nos descubre su amor por la literatura. En ese texto, sumergiendo al lector en un amplio recorrido de temas, profundiza en la naturaleza de la narración como una necesidad humana. Recuerda como en el lejano Bombay de su infancia (hoy Munbay) le resultaban maravillosos los libros llegados de Occidente, como los cuentos de Anderden o Huckleberry Finn, pero que los verdaderos relatos maravillosos fueron aquellos más cercanos con los que creció inmersos en ello, como el ‘Mahabharata’ o el ‘Ramayana’, «dos de los relatos más maravillosos que han existido nunca y que siguen estando vivos en la India».

Salman apuesta y defiende la ficción, la gran narrativa de relatos fabulosos y maravillosos, la que se debe al Quijote y Tristán Shandy. «La gran literatura ha venido siempre de la combinación de lo real y lo surreal».  

Portada de 'Los lenguajes de la verdad' de Salman Rushdie.

Portada de 'Los lenguajes de la verdad' de Salman Rushdie. / Seix Barral

«La narrativa es ficción», afirma. Todos somos criaturas que sueñan. Es soñar sobre el papel. Madame Bovary o Las mil y una noche son falsedades que alguien se las inventó. Se trata de emplear la imaginación para enriquecer la realidad, no para escapar de ella».

Por eso admira a Cervantes y Shakespeare que «son realistas a lo grande y podemos aprender de ellos que lo mágico es inútil salvo si está al servicio del realismo y que al realismo le viene bien una saludable inyección de fabulación. Y lo que les hace más modernos es que se niegan a moralizar. No nos dicen lo que pensar o sentir, pero nos enseñan a hacerlo».

Por igual admira todo el realismo mágico latinoamericano y lo concentra en ‘Cien años de soledad», que «pertenece a esa tradición que incluye muchas de las obras más perdurables jamás creadas, incluso toda la obra de García Márquez que seguirán perdurando mientras las modas van y vienen». 

En el texto ‘La verdad’ reflexiona sobre el concepto a partir de la idea de que la verdad «siempre ha sido una idea contestada». Argumenta que los escritores, deben intentar reconstruir la fe de los lectores, muy deteriorada a causa de la «bazofia» que se genera a través de internet. Hacerlo con una argumentación basada en la evidencia y «hacer lo que la ficción siempre ha sabido hacer: crear con el lector un entendimiento sobre lo que es real».

«Igual que tras la Segunda Guerra mundial, los escritores alemanes sintieron la necesidad de recuperar su lengua y reconstruir la realidad, la verdad desde los cimientos de un nuevo lenguaje, ahora nos corresponde a nosotros escritores, pensadores abordar la tarea de devolverles a los lectores su creencia en la realidad, su fe en la verdad. Y hacerlo con un lenguaje nuevo, a partir de cero».

Salman Rushdie

  • Los lenguajes de la verdad
  • Editorial: Seix Barral
  • Traducción: Javier Calvo y Aurora Echevarría
  • Precio: 22,90 €

La reflexión final de todo su mundo literario es que no le gusta el género de la autoficción, a pesar de señalar algunas ideas brillantes y de indicar que la verdad es de suma importancia en la literatura. Pero la autoficción es una literatura «que rehúye todo lo ya inventado, que solo confía en lo hondamente autobiográfico, en lo personal al desnudo». Por eso confía en que cómo hay modas literarias que aparecen y desaparecen, la autoficción puede que no sea más que la moda del momento. Prefiere el «acto de la imaginación», de tomar algo familiar como arcilla y convertirlo en algo increíblemente desconocido, pero, por supuesto, veraz. 

Esto es para Rushdie el acto central de la literatura: ofrecer al lector una historia fabulosa, mágica, que al tratar de cosas como el amor, el odio, el miedo o la muerte, tienen la apariencia de realidad. 

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