Los Vengadores cambian de alineación

Ser un Vengador nunca fue tarea fácil, como tampoco lo fue idear sus historias. El creciente agotamiento del equipo creativo de la Casa de las Ideas, que al mismo tiempo debía mantener el nivel de las aventuras de los personajes en sus cabeceras individuales y la calidad de los desafíos conjuntos de los héroes más poderosos de la Tierra, se trasladó a las páginas de Los Vengadores a comienzos de 1965. Los seis números que forman la tercera entrega de la Biblioteca Marvel dedicada al superequipo (The Avengers #13-18) dan buena cuenta de esta fatiga y de la sorprendente solución: en el popular y controvertido número #16 de la serie, Iron Man, el Hombre Hormiga y la Avispa acuerdan –tras derrotar a los Señores del Mal y aprovechando la marcha de Thor a Asgard y la momentánea ausencia del Capitán América– darse un descanso de sus obligaciones al frente del grupo.

Para sorpresa de todos, el relevo lo encuentran en Ojo de Halcón y los hermanos mutantes La Bruja Escarlata y Mercurio: tres villanos que confiesan su deseo de dejar atrás su pasado para emprender una nueva vida en el bando de los justos. A su regreso, el Centinela de la Libertad comienza a liderar a los nuevos Los Vengadores, dando paso a una interesante –y muy discutida– etapa de la formación. El Universo Marvel debía mantener su coherencia y no acabar siendo un galimatías para los lectores, por lo que la fórmula propuesta por Stan Lee –y apoyada por Jack Kirby y Don Heck– dejaba espacio suficiente para elaborar nuevas líneas argumentales con mayor precisión y detenimiento.

Cierran el trío de novedades mensuales de la Biblioteca Marvel el segundo tomo del Doctor Extraño y la séptima entrega de Los Cuatro Fantásticos. Una docena de entregas de Strange Tales (#128-139) dan forma al volumen que compila las nuevas aventuras del Maestro de las Artes Místicas. El talento conjunto de Lee y Ditko brilla de especial manera en esta etapa, que arranca con las artimañas del Discípulo del Demonio y Tiboro: dos nuevos villanos que se suman así a las incansables fuerzas malignas, encabezadas por Dormammu y el Barón Mordo, ahora unidos para acabar con el hechicero del Greenwich Village. El sorprendente baile de dimensiones que proponen estas historias tiene como principal responsable a Eternidad, un nuevo y enigmático ser cósmico que hace aquí su debut en el Universo Marvel.

El romance entre Míster Fantástico y la Chica Invisible centra buena parte del argumento de los seis números que contiene el nuevo tomo –y ya van siete– de la Primera Familia (Fantastic Four #31-36), en el que seremos testigos de sorprendentes novedades, como la aparición de Franklin Storm –padre de Sue y Johnny–; la inesperada ayuda que el equipo de superhéroes decide prestarle a uno de sus enemigos: Namor, el Hombre Submarino, o la formación de Los Cuatro Terribles, grupo compuesto por El Mago, El Hombre de Arena, Pete Pote de Pasta y Medusa. Las apariciones de Los Vengadores y la Patrulla-X en estas historias delatan la cohesión que Marvel empezaba a tejer entre todas sus cabeceras.