Homenaje

Charlie Watts: la piedra angular de los Stones

El periodista Mike Edison brinda un merecido homenaje al batería de sus Satánicas Majestades, un músico sereno, elegante, poco amigo de los focos y custodio de la fórmula secreta de «la banda de rock más grande de la historia»

Charlie Watts

Charlie Watts / Jesús Zotano

Aclaremos una cosa para quienes todavía no lo sepan: Charlie Watts, el batería de los Rolling Stones, fue mucho más que ese tipo elegante e introvertido que durante casi seis décadas ejerció de testigo de las aventuras y desventuras musicales de Mick y Keith. De hecho, la carrera de «la banda de rock más grande de la historia» se hubiese ido al garete irremediablemente si él no hubiera ejercido de robusto contrapunto entre las ínfulas del cantante y los desvaríos del guitarrista. Fue el propio Richards quien confesó que «sin Charlie no habrían existido los Stones». Y todos están de acuerdo en que, de no haber existido, los Rolling habrían tenido que inventar a Charlie Watts. Así que, una vez resuelto este asunto, es de justicia destacar su fundamental aportación al estilo del grupo.

Tal y como apunta Mike Edison, autor del volumen ‘Simpatía por el baterista. Por qué importa Charlie Watts’ (Libros del Kultrum), Watts fue siempre el «insobornable custodio de la fórmula secreta de los Rolling», la piedra angular sobre la que reposa el legado de sus Satánicas Majestades; el techo y el suelo de una enorme casa en la que la mayoría solo entraba para asomarse a los dos grandes y contrapuestos ventanales (Jagger y Richards) por los que entraba la luz. El reconocido periodista de Nueva Jersey, y batería de varias formaciones –Raunch Hands, Pleasure Fuckers, Guadalupe Plata…–, despliega en estas páginas toda su admiración por la maestría de Watts. Y lo hace a través de un entretenidísimo ensayo en el que intercala la biografía del músico con la historia de los Stones, todo ello regado de curiosas anécdotas –entre ellas, el famoso episodio del derechazo que Charlie le propinó a Jagger para bajarle sus humos de diva– y certeros análisis críticos sobre las canciones y álbumes de la mastodóntica formación británica.

Amante y estudioso del jazz, heredero de Gene Krupa, el ‘rey del swing’, y un ferviente admirador de Charlie Parker, Charlie Watts tejió con su cadencia y ritmo las costuras de los Rolling a su antojo; dando cuando tenía que dar y abriendo espacios suficientes para generar una impronta que lo convertiría en un batería único. «Charlie marcaba con fuerza cuando se le requería y se relajaba cuando la canción no lo exigía; al fin al cabo, era un tipo humilde que siempre se ponía detrás de la canción», relata Edison, que equipara el método del músico con el letal baile de Muhammad Ali sobre el cuadrilátero: «flotaba como una mariposa y picaba como una abeja reina».

Simpatía por el baterista. Por qué importa Charlie Watts

Simpatía por el baterista. Por qué importa Charlie Watts / .

  • Simpatía por el baterista. Por qué importa Charlie Watts
  • Autor: Mike Edison
  • Editorial: Libros del Kultrum
  • Traducción: Vinnie Lawrence
  • Precio 19,90 €

Pero además de ser un refinadísimo batería, más interesado en encontrar el roll que el rock, Watts era el menos Stone de los Stones. Nunca quiso saber nada de las orgías de grupies en las que participaban sus compañeros –se casó a los 23 años con Shirley Ann Shepherd y jamás estuvo con otra mujer–, y siempre rechazó entrar en las famosas e interminables sesiones drogadictas que se organizaban durante las grabaciones y las giras de la banda. A pesar de haber pasado años y años al margen de ese circo, Charlie cayó en brazos de la heroína y el speed a comienzos de los ochenta, justo cuando sus colegas estaban ya de vuelta de todo aquello. Su coqueteo con las drogas duró poco: «Me paré en seco, por mí y por mi mujer. Nunca fui yo, en realidad», confesó después, y al poco retomó su tarea de marcar el ritmo de los Rolling; algo que hizo hasta su fallecimiento en 2021. Tenía ochenta años.

Sus Satánicas Majestades celebran estos días el lanzamiento de su nuevo disco, Hackney Diamonds, que incluye dos cortes –Live By The Sword y Mess It Up– grabados por Watts meses antes de su muerte. Y acaban de anunciar una gira para el 2024. La maquinaria de los Stones continúa porque, como ellos mismos han confesado, la parca no les pillará en un sofá sino haciendo rock’n’roll. Charlie siempre se consideró un músico de jazz, género al que dedicaba su tiempo cuando no estaba con la banda. El rock no era su sueño sino su trabajo, y decía que ir con los Rolling era como ir a la oficina. Que Dios le bendiga.