Novela

Alia Trabucco: la conflictiva memoria de la dictadura

La escritora chilena publicó hace diez años ‘La resta’, novela de éxito adscrita al fenómeno literario y editorial de la postmemoria, la narrativa exploratoria y terapéutica publicada en Argentina, Chile o Uruguay tras el regreso y consolidación de la democracia en el Cono Sur

La chilena Alia Trabucco.

La chilena Alia Trabucco. / L. O.

Enrique Benítez

Enrique Benítez

El sello editorial Lumen, tras el éxito de otras dos novelas recientes de Alia Trabucco (Santiago de Chile, 1983) –‘Las homicidas’ y ‘Limpia’-, recupera para el mercado español su primera novela, ‘La resta’, publicada en España en 2014 por Demipage, la misma casa que en 2015 azotara las conciencias lectoras con, por ejemplo, ‘Los niños muertos’, del peruano Richard Parra, hoy tan olvidado. Han pasado diez años, pero el mundo sigue, y es oportuno y pertinente que Lumen complete esta tríada de Alia Trabucco para que quienes la hayan descubierto ahora puedan seguir su trayectoria completa.

No es fácil la lectura de ‘La resta’, ni se entra de inmediato en la dialéctica que propone el libro. La primera parte dibuja una situación compleja que relaciona a tres jóvenes -Iquela, Paloma y Felipe- con sus progenitores, todos ellos militantes contra la dictadura de Pinochet, todos ellos azotados de alguna manera por aquella situación. El padre de Iquela fue encarcelado y se libró por los pelos de la muerte, viviendo su madre en la clandestinidad. Los padres de Paloma optaron por el exilio, mientras que el padre de Felipe fue detenido, torturado y asesinado, al parecer por una delación o un descuido del padre de Iquela.

Este planteamiento confluye en una segunda parte mucho más dinámica, en la que los jóvenes, desprendidos ahora de sus pasados familiares individuales, deben unirse para facilitar el entierro en Santiago de Chile de la madre de Paloma, fallecida en su exilio en Berlín. La relación triangular es desequilibrada. Iquela se ha criado desde pequeña con Felipe, ya que su familia estaba en deuda con él, una deuda perpetua, una deuda para toda la vida. Paloma irrumpe en la vida de Iquela generando la envidia por su libertad en Alemania, atrayendo más allá de la amistad a una joven prisionera de un presente marcado por la militancia y el destino de sus padres. Y Felipe, un personaje esencial, del que Paloma llega a preguntar ‘¿por qué es así?’, atado a Iquela desde pequeño, dueño de un mundo propio, luminoso y alejado de las inquietudes y responsabilidades de los adultos, Felipe que resta y resta los muertos que ve o se le aparecen, para lograr cuadrar en su cabeza las cuentas malversadas de la Dictadura y sus asesinados y desaparecidos.

Como bien señala Lina Meruane en su espectacular epílogo, de obligada lectura, Felipe es el personaje más audaz, pues permite a Alia Trabucco desembalsar una prosa tan poética como alucinada, tan certera como iluminadora. Felipe, en su inocente infantilismo, es quien más engancha al lector, que sabe que detrás de esa aparente inocencia sobresalen las reflexiones de más calado ético y moral. El viaje de los tres a Mendoza, en Argentina, donde se ha visto obligado a aterrizar el avión con el féretro de la madre de Paloma, debido a una tormenta de ceniza que asedia Santiago de Chile, facilita ese urgente momento terapéutico que pone sobre la mesa todos los miedos, las dudas, las cargas y las deudas de los protagonistas con su pasado y, esto es lo más importante, con el pasado de sus familias.

Siendo ‘La resta’ un libro complejo, conviene, para aprovechar su lectura al máximo, leer algunos textos especializados sobre la llamada «narrativa de la postmemoria», que cuenta con importantes y notables ejemplos en la literatura chilena y argentina. Libros escritos por los hijos de las víctimas, pero no sólo por los hijos biológicos, ya que la sangre y el miedo y la codicia y el silencio golpearon de manera brutal e inequívoca a varias generaciones de hombres y mujeres de buena fe, comprometidos con una idea de progreso colectivo que condujo a la destrucción de familias y lazos sociales y comunitarios. En este sentido, investigaciones académicas como las de las profesoras Ilse Logie y Bieke Willem, de la Universidad de Gante, o la feroz crítica de la profesora chilena Patricia Espinosa, de la Pontificia Universidad de Chile, ponen de manifiesto cierta incomprensión de los hijos con respecto al compromiso político de sus padres, hasta el punto de provocar un aluvión de narrativa autorreferencial y «narcisista» que parece echar de menos un modelo de familia más tradicional y conservador, menos político. De hecho, para la profesora Espinosa, «la narrativa se transforma en un lugar de memoria que permite al sujeto probar, al modo de una hipótesis, que su presente degradado se debe a los errores paternos y maternos».Una conclusión durísima que, sin embargo, leída tras la finalización de ‘La resta’, invita a la reflexión objetiva y a continuar con más lecturas sobre el papel de la narrativa y la literatura en el exorcismo de las dictaduras hispanoamericanas.

Alia Trabucco La conflictiva memoria de la dictadura

Portada de 'La resta'. / L. O.

Alia Trabucco

  • La resta
  • Editorial: Lumen
  • Precio:17,95€