Ensayo

Cervantes en la España de los caballeros andantes

Aurora Egido despliega en un colorido ensayo el mundo de justas, torneos, festejos y procesiones contemporáneas de Cervantes y que pudieron influir en El Quijote

La académica de la Lengua Aurora Egido.

La académica de la Lengua Aurora Egido. / L. O.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Al igual que hizo Johan Huizinga en su famosa obra ‘El otoño de la Edad Media’, la filóloga y académica de la Lengua Aurora Egido evidencia con todo lujo de detalles en ‘Don Quijote de la Mancha o el triunfo de la ficción’, publicada por Cátedra, que los Siglos de Oro no fueron una época solemne y negra como dibuja el tópico sino que en sus calles imperaron en bastantes ocasiones el colorido y el derroche de la imaginación.

Por otro lado, y esta es la tesis principal del ensayo, en su amena obra la catedrática zaragozana detalla esa explosión de color y creatividad para demostrar que el personaje de Don Quijote, creado por Miguel de Cervantes, fue una figura mucho más cercana a sus congéneres de lo que pueden pensar los lectores de hoy.

Porque, deja claro el ensayo, el Caballero de la Triste Figura, en cuanto representación cómica de los caballeros andantes, no simbolizó el rescate de un prototipo relegado a novelas exitosas sino alguien muy presente en el imaginario popular de ese arranque del XVII, con marcada presencia en todos los estratos de la sociedad y no sólo en los anaqueles.

Para ello, a Aurora Egido le basta con pasar revista a grandes festejos públicos celebrados en su mayoría en España en tiempos de Cervantes y que desvelan la evolución de los juegos caballerescos de la nobleza medieval en fastuosos festejos populares en los que se potenciaba la vertiente lúdica, teatral e incluso cómica de esta figura. Pero también, el peso que aún tenían las órdenes militares y otros elementos que tuvieron muy presente la caballería andante como los pliegos, las justas poéticas y hasta los muñecos de guante y fantoches de hilo.

Singular presencia tienen en esta obra las grandes fiestas que se celebraron en Zaragoza y Barcelona, dos ciudades de enorme importancia en El Quijote y que marcaron el cambio de rumbo de la segunda parte, por la irrupción de la obra de Avellaneda. En este sentido, enorme repercusión tuvieron las fiestas en la ciudad catalana en honor a San Raimundo de Peñafort en 1601, por su canonización.

Sumergirse en este libro es ver desfilar justas, torneos, festejos, gigantes, caballeros con espejos y otros vestidos a la antigua usanza, mujeres disfrazadas, caballitos cotoneros... resulta evidente que Miguel de Cervantes fue, subraya la autora, «un espejo fiel de su tiempo», aunque en ocasiones se tratara de un «espejo cóncavo». La caballería andante no sólo se refugiaba en los libros sino que impregnaba aún toda la vida del XVII.

Cervantes en la España de los caballeros andantes

Portada del ensayo de Aurora Egido. / L. O.

Aurora Egido

  • Don Quijote de la Mancha o el triunfo de la ficción caballeresca
  • Editorial: Cátedra
  • 272 pp
  • Precio:15,95 €