Teatro

Rafael Pérez Estrada, teatro para imaginar

Con el impulso de la Fundación Rafael Pérez Estrada, la editorial Renacimiento publica el tercer y último volumen de la obra reunida del gran creador malagueño

Rafael Pérez Estrada.

Rafael Pérez Estrada. / L. O.

Juan Gaitán

Juan Gaitán

Con el volumen titulado ‘Teatro, 1970-1998’, tercero en ser publicado, la editorial Renacimiento culmina la edición de la obra reunida de Rafael Pérez Estrada, el creador (decir solamente poeta, decir solamente escritor o dibujante o artista se queda siempre corto a la hora de definir a Rafael, probablemente el mayor genio malagueño desde Picasso) de un universo literario, artístico, que suele escapar de cualquier intento de clasificación, de encajonamiento, de tan extenso, brillante y genuino. No en vano el profesor Manuel Alvar, quien fuera director de la Real Academia de la Lengua, dijo de él que «difícil encontrar un poeta con la vehemente imaginación de Rafael Pérez Estrada. Ni con su sensibilidad. Ni con su sentido de la ironía. Ni con la voluntad de aunar mundos opuestos». Seguramente ese último concepto, el de aunar mundos, opuestos o no, sea una de las claves definitivas para entender su obra, su manera de crear, de imaginar, de ser. Volveremos a él en breve.

Este volumen viene a sumarse, como decimos, a los ya editados de ‘Poesía, 1985-2000’ (edición de Francisco Ruiz Noguera) y ‘Prosa, 1997-2002’ (edición de Jesús Aguado), y recoge la producción más desconocida de Rafael, su obra dramática, que, paradójicamente, se encuentra en el origen de su actividad literaria, anterior incluso a la poesía, aunque desarrolló paralelamente los tres géneros mayores a lo largo de toda su carrera literaria.

Y ahí está la cuestión a la que queríamos volver, el desarrollo paralelo de los tres géneros y su hibridación bajo una estética vanguardista de la que nunca se despojó el escritor porque era su huella digital.

De ese modo, y como señala José Ángel Cilleruelo, a cuyo cuidado ha estado esta edición, esa simultaneidad «caracteriza el inicio de su obra y también de todo su primer periodo literario, el que se extiende entre 1968 y 1984 (…) Así, los primeros poemas que entregó a la imprenta aparecieron el mismo año en las páginas de una obra teatral, ‘Edipo aceptado’; en el interior de un título de carácter narrativo, ‘El informe’ y en su primer libro de poemas, ‘Testal encíclica’, los tres publicados en 1972».

El volumen recoge la obra dramática publicada (de escasa difusión y jamás representada, solo algunas lecturas dramatizadas) y bastante inédita. Concretamente, cinco piezas que ven la luz por vez primera en este volumen, y que tienen la virtud, además, de concretar que Rafael escribió teatro a lo largo de toda su vida literaria (en contra de lo que se pensaba a juzgar por la obra publicada, que se centraba en los primeros años de su producción y en los últimos).

Otra de las bondades de este volumen, que se suma a los ya mencionados de recoger toda la obra dramática (de la que una parte importante permanecía inédita), y de mostrar la capacidad perezestradiana de mezclar los géneros, es que demuestra que fue en el teatro donde el autor mantuvo una evolución sin rupturas, cosa que no ocurrió ni en su poesía ni en su narrativa. Así como en la una hay un marcado cambio hacia 1985, y en la otra en los años 90 (ambos esenciales), en su teatro, de una personalidad irresistible, vanguardista, de tramas complejísimas y enrevesadas, no lo hubo.

Como he advertido antes un poco de pasada, ninguna de las treinta y tres obras recogidas en este volumen fue representada. Todo lo más se hicieron algunas lecturas dramáticas. Cabe preguntarse por qué, siendo, como fue Rafael, una referencia cultural en Málaga. Acaso fuese por voluntad propia. Después de la divertidísima lectura de las piezas (a las que hay que acercarse con la mente muy abierta, despojado de prejuicios de cualquier tipo) se pregunta el lector si realmente fueron escritas para la escena. No hay una respuesta evidente, pero a uno le parece que no, que no al menos en el plano físico. El propio autor diría, en 1977, que se trataba de «un teatro intencionalmente hecho para no ser representado». Más bien parece que Rafael las escribió para «imaginarlas». Si asumimos definitivamente que la lectura es un acto de creación dirigido, el teatro de Rafael Pérez Estrada es el ejemplo definitivo. Fácil de representar en la mente (a condición, ya se ha dicho, de despojarse de prejuicios), es casi imposible llevarlo a escena, dado que la cantidad ingente de didascalias, la casi total carencia de diálogos o el profundo simbolismo inserto en las obras no lo hace factible. Pero la monumental escritura de Rafael Pérez Estrada permite que las palabras sustituyan, o mejor expresado, creen a los actores, su vestuario, el decorado y la propia acción.

La edición se completa con una recopilación de entrevistas que el autor concedió a lo largo de su vida. Aunque pudiera parecer fuera de lugar incluir entrevistas en un volumen dedicado al teatro, Cilleruelo lo aclara señalando, en el texto introductorio del volumen, que es oportuno «porque su presentación dialogada combina con el ámbito de lectura» y también porque en alguna de las entrevistas «dejó esparcidas algunas observaciones sobre sus ideas teatrales».

Quienes conozcan y admiren la obra de Pérez Estrada encontrarán en este volumen una oportunidad de ampliar esa admiración. Pleno de genialidad, de ruptura y de belleza, el teatro perezestradiano nos permite conocer aún mejor a un autor que sigue sorprendiéndonos cuando está próximo a cumplirse el primer cuarto de siglo de su muerte. Un autor que sigue vigente, actual, modernísimo, y que se muestra capaz de atravesar el tiempo, lo que solo está reservado para los auténticos genios.

Rafael Perez Estrada, teatro para imaginar

Portada del tercer volumen recopilatorio de la obra de Pérez Estrada. / L. O.

Rafael Pérez Estrada

  • Teatro (1970-1998)
  • Editorial: Renacimiento
  • Edición: José Ángel Cilleruelo
  • Precio: 28,41 euros