Relatos

Flannery O’Connor: El martillo sobre el cráneo

La editorial Lumen acaba de publicar un volumen con los ‘Cuentos completos’ de Flannery O’Connor, una escritora fundamental que alcanza su mejor nivel en los relatos, algunos de los cuales permanecían inéditos en español, y que ahora podemos disfrutar

Flannery O’Connor.

Flannery O’Connor. / Juan Gaitán

Juan Gaitán

Juan Gaitán

Se nos queda siempre algo triste entre los ojos y el alma cuando leemos un cuento de Flannery O’Connor. Una sensación de que todo está perdido, de que no hay redención posible. Un eco de honda desolación.

La primera impresión que dejan sus relatos es una extraña mezcla de belleza y de disgusto, una fascinación que, sin embargo, parece nacer de la repugnancia. Poco a poco comienzas a darte cuenta de que sus personajes no son «normales»con todas las ambigüedades y perfiles políticamente incorrectos del término. Muy al contrario, sus personajes transitan por lugares extremos de la realidad. Están lisiados, son obsesivos, psicópatas, criminales… Acarrean consigo gran parte de las debilidades humanas. Y la autora no escatima ningún esfuerzo para meter de lleno al lector en esas atmósferas de pecado, de egoísmo, de fanatismo, casi siempre asfixiantes y claustrofóbicas aunque se desarrollen al aire libre, a cielo abierto.

Seguramente sea por la certeza (aunque cuando estás inmerso en la lectura no eres consciente de esa certeza, eso vendrá después) del mal, su presencia absoluta. Porque las narraciones de esta gran escritora norteamericana, la sureña Flannery O’ Connor, giran constantemente en torno a actos criminales, a situaciones violentas, a variados modos de perversión. Es el mal el centro absoluto de su obra, el eje sobre el que gira, y sus personajes son malvados, pecadores y, a decir de algún estudioso de su literatura, «abiertamente satánicos».

Leer a Flannery O’ Connor, vaya por delante la advertencia por si aún no se han adentrado en sus cuentos o sus novelas, es exponerse a una experiencia que puede resultar no del todo agradable. Quizás hay demasiada realidad. Quizás hay demasiada humanidad, en su sentido más abyecto. En los cuentos de Flannery O’Connor, que acaba de publicar Lumen, todo parece impregnado de una fría crueldad, de una dureza terrible en la que el mal está por todas partes, dueño y señor del mundo. Si su estómago literario es delicado, si no está acostumbrado a la aspereza, quizás este plato se le atragante, porque no encontrará en los cuentos de esta escritora nada que busque la felicidad, ni encontrará tampoco elegantes y vacuas descripciones de paisajes. No hallará un solo romance, una boda, críos felices jugando en el jardín una mañana de verano.

Profundamente religiosa, seguramente la clave de lectura de esta autora sea la poderosa influencia que tiene la Biblia no solo en su literatura, sino en su vida. Y, dentro de esa hermenéutica, los casi siempre repugnantes personajes de O’Connor no dejan de ser una representación del mal, lo demoníaco pisando la tierra, el reflejo de su constante acción de destrucción del ser humano y de todo lo bueno que hay en él.

De alguna manera, la literatura de Flannery O’Connor es un modo de retratar el mal, de ponerlo de manifiesto, de enseñarnos que está ahí, pululando entre nosotros, que acaso seamos nosotros.

Quizás en nuestra sociedad contemporánea cause incluso mayor impacto esta presencia, esta representación del mal, que en la época de publicación de la mayor parte de estos cuentos. Si O’Connor, nacida en Savannah, Georgia, en 1925, vivió en un lugar y una época cargada de puritanismo, en la actualidad su literatura se enfrenta a ese modo de puritanismo laico que se ha impuesto, a esa conciencia infantiloide asentada en la confortabilidad de nuestro mundo que algunos llaman «buenista», término que personalmente detesto, pero que sirve para aclarar el concepto. Y en ese contexto resultará muy duro un cuento como ‘El río’ que te dejará el alma aterida, o el que probablemente sea su mejor relato, ‘Un hombre bueno es difícil de encontrar’, cargado de maldad por todas partes, con el añadido de ser innecesaria, lo que la hace más maldad aún, lo que la hace auténtica maldad.

Kafka, que murió un año antes del nacimiento de Flannery O’Connor, en una carta escrita a los veinte años de edad (lo que no deja de ser sorprendente, como todo en él) nos da una clave perfecta para leerla. Opinaba el praguense que «si el libro que leemos no nos despierta como un puño que nos golpeara en el cráneo, ¿para qué lo leemos? ¿Para que nos haga felices? Dios mío, también seríamos felices si no tuviéramos libros, y podríamos, si fuera necesario, escribir nosotros mismos los libros que nos hagan felices. Pero lo que debemos tener son esos libros que se precipitan sobre nosotros como la mala suerte y que nos perturban profundamente, como la muerte de alguien a quien amamos más que a nosotros mismos, como el suicidio. Un libro debe ser como un pico de hielo que rompe el mar congelado que tenemos dentro». Este es un libro al estilo Kafka, por tanto, un libro que es «como un puño que nos golpeara en el cráneo».

En algunos casos, no en todos los cuentos, la autora sucumbirá a su concepto de la fe, y la maldad tan firmemente planteada desembocará en momentos de revelación, de salvación, de epifanía. Algunos personajes «serán salvos» pero solo unos pocos. La mayoría (como pasa habitualmente, como es en realidad el mundo) seguirá marcada por el mal, por el pecado, por la condenación.

Es una colección de cuentos excepcional. Algunos de ellos nunca se habían publicado en español y se agradece que, finalmente, dispongamos de un volumen con los ‘Cuentos completos’. Se agradecen menos, en cambio, algunos aspectos de las traducciones. Si bien es cierto que O’Connor acudía con frecuencia a la trascripción fonética del habla vulgar, en algunas ocasiones el uso del infinitivo en lugar del imperativo es injustificado, y de igual modo queda feo el «ya había freído la carne» de la página 365, que, si bien es normativo, choca frente a la forma más natural del participio, frito».

Flannery O’Connor El martillo sobre el cráneo

Portada de 'Cuentos completos' de Flannery O’Connor / L. O.

Cuentos completos

Autora: Flanery O’Connor

Editorial: Lumen

Traducción: José Aníbal Campos

Precio: 22,00 €