Patrimonio

Investigadores internacionales excavarán el yacimiento fenicio del Cerro del Villar

Lideradas por la UMA, participan también las universidades de Aquisgrán, Marburgo, Chicago u Ohio - El plan de investigación general, financiado e impulsado por el Área de Cultura, ya está redactado y en manos de la Junta y plantea ambiciosos retos para conocer el 95% del núcleo que queda por excavar

Excavaciones en el Cerro del Villar.

Excavaciones en el Cerro del Villar. / L. O.

José Antonio Sau

José Antonio Sau

El proyecto general de investigación ‘Cerro del Villar: naturaleza y temporalidad del proyecto temporal fenicio arcaico en la Bahía de Málaga 2021-2025’ ya está redactado y en manos de la Delegación Territorial de Cultura de la Junta, que deberá darle el visto bueno, según anunció ayer su principal impulsora, la concejala de Cultura, Deporte y Teatinos y portavoz de Cs, Noelia Losada, quien confirmó a este periódico que, una vez se reciba el sí, comenzará a desbrozarse el terreno. De esta forma, Cultura ha otorgado una subvención de 60.000 euros para 2021 y 40.000 para 2022, aunque los trabajos se extenderán hasta 2025, según han confirmado otras fuentes consultadas por este periódico.

Ya saben que el yacimiento fenicio del Cerro del Villar es el mejor conservado y uno de los más ricos de Europa y de todo el mundo. Por ello, en ese proyecto general de investigación, que consiste, fundamentalmente, en excavar el 95% del núcleo (sólo se ha excavado el 5%), participarán 44 investigadores de todo el mundo, los mayores expertos sobre la civilización fenicia que hay en la actualidad. El potencial de los secretos que puede enterrar este yacimiento es directamente proporcional a la talla de los investigadores y de las universidades que participarán en los diferentes trabajos. Así, la investigación vendría avalada por investigadores de las universidades (once en total) de Granada, Sevilla, Córdoba, Cádiz o Jaén, así como de la Complutense y la Autónoma de Madrid. También participarán (y han colaborado ya en trabajos previos) investigadores de las universidades de Aquisgrán y Marburgo o de Chicago y Ohio, así como el CSIC. Todos ellos han sido dirigidos, y lo serán durante las excavaciones e investigaciones sobre el terreno, por la UMA. Se seguirán las directrices, además, de las tres administraciones con jurisdicción en la zona: el Ayuntamiento, la Diputación y la Junta y la subvención es municipal. «Hay investigado un 5% y de lo que trata este plan es de excavarlo todo, se van a hacer cuadrículas y cada universidad se encargará de una parte, así iremos más rápido. Todo será coordinado por la UMA. Hasta ahora se han hecho excavaciones puntuales, ahora vamos a intervenir sobre toda la parcela», dice Losada a este periódico; así, recalca, irán más rápido. «Todo de forma conjunta con la Delegación de Cultura, para que nos vaya diciendo». Es decir, este plan servirá para excavar todo el Cerro del Villar, la primera Málaga, como la ha llamado algún experto, y luego la Junta y el Área de Cultura, siempre de la mano, harán «la correspondiente puesta en valor», es decir, la creación de un parque arqueológico o un centro visitable de interpretación de estos restos, capitales para la identidad y la memoria de la propia ciudad.

Losada indica que este plan podría ser aprobado en las próximas semanas y, por tanto, empezaría a desarrollarse de forma inminente. 

Otras fuentes señalan que, en el proyecto, se refleja que las condiciones para la investigación son excepcionales: existen muy pocos asentamientos de este periodo cuyos restos arqueológicos estén en un terreno público, accesible, y con buen estado de conservación, no edificado posteriormente y que sea BIC.

La profesora y experta mundial en el tema fenicio María Eugenia Aubet dirigió desde los ochenta varias excavaciones. El asentamiento tiene cuatro hectáreas. «Ofrece la insólita oportunidad de permitir el estudio en extensión, con metodología arqueológica moderna, de una colonia fenicia arcaica. Los trabajos permitirían aportar información ajustada sobre la paleotopografía del sitio, su organización urbanística, la previsible presencia de posibles edificios públicos, sus ámbitos residenciales de naturaleza diversa y espacios productivos, permitiendo realizar una aproximación al conocimiento de la complejidad social y etnicidad de la población, y sus relaciones con las poblaciones locales, en el marco de la génesis de un territorio fenicio que acabará consolidándose en la ciudad de Malaka. Además, su estudio permitirá comparar el caso malacitano con otros vinculados a la diáspora fenicia a partir de momentos avanzados del siglo IX a. C., desde el Mediterráneo Oriental a la Península Ibérica».

Además, estas actuaciones arqueológicas del primer proyecto «pretenden a corto plazo profundizar en el conocimiento del subsuelo de aquellos espacios que puedan estar destinados a la implantación de infraestructuras necesarias para la visita, así como de ampliar significativamente los contenidos y recursos de difusión que pueda albergar el futuro centro de recepción de visitantes». La pléyade de universidades y la talla de los investigadores permite abordar con «solvencia científica» la intervención, la publicación de resultados, su publicación internacional y el apoyo a la puesta en valor. Además, se consolida una línea de investigación sobre los fenicios en la UMA, convirtiendo a la ciudad en referente internacional en la investigación de este periodo.

El Cerro del Villar es una colonia que data de los siglos VIII-VII a.C., dispuesta originalmente sobre un suave promontorio localizado en un islote del delta del Guadalhorce. Llegó a tener ocho hectáreas de superficie habitada y destacan la densidad y dimensión de edificios y estructuras domésticas y la regularidad de su planta urbana. Sobresalen dos rasgos: su rol de mercado regional y puerto de tránsito hacia el comercio exterior (comerciaban cereales, leguminosas, vid y olivo que cultivaban los nativos). Había una calle comercial que discurría a principios del siglo VII por el centro de la ciudad, que albergaba a los lados viviendas y tiendas donde se exponían para la venta pescado, almendras, vino, aceite y cereales, y se pesaban en pequeñas herrerías y talleres metalúrgicos; y por volumen de producción, destaca la alfarería gracias a la buena calidad de los limos aluviales. Sufrió dos episodios de origen fluvial de destrucción catastrófica y acabó, con los siglos, convertido en un área industrial dependiente de Malaka, hasta que desapareció la isla. Se abandonó a finales del siglo VIII a. C. y hay una segunda fase hasta inicios del siglo V a. C.