Calle Altozano, 18

Multa con pinturas murales de fondo

Jorge Cáceres ha llevado a juicio a Urbanismo por imponerle una sanción de 3.000 euros por dañar una pintura mural de la vivienda que ha restaurado, después de que la Fiscalía desestimara la vía penal - Raúl López responde que se produjo una infracción urbanística

Jorge Cáceres señala la ventana que elevó, en una zona con pinturas murales.

Jorge Cáceres señala la ventana que elevó, en una zona con pinturas murales. / A. V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

«Mira si he actuado de buena fe que he restaurado más de lo que debía y puesto dinero de mi bolsillo», cuenta Jorge Cáceres, que a la vista de la experiencia que está pasando concluye: «Es la última vez que restauro una vivienda».

Jorge se encuentra delante de la casa dieciochesca con pinturas murales que ha comprado y restaurado, en el 18 de la calle Altozano y que hace esquina con la calle San Cayetano.

Como explica, en la actualidad, ha presentado un contencioso administrativo por una multa de 3.000 euros que le ha impuesto la Gerencia de Urbanismo y que cree que no merece.

Como explica, para hacer un buen trabajo contrató a empresas homologadas por el Ayuntamiento y hasta recibió una subvención inicial de la Oficina de Rehabilitación del Centro de alrededor de 39.700 euros, luego rebajada a 31.000 por no cumplir algunos de los criterios.

«La casa estaba en ruinas y se conocía que tenía pinturas murales. Como Urbanismo no comunicó el proyecto a la Junta tuve un año con la casa parada hasta lograr la licencia de obra y yo fui el perjudicado», lamenta.

Como detalla, en la calle San Cayetano una ventana que iluminaba una antigua escalera se encontraba a ras de suelo de la planta primera. Por ese motivo, decidió subir la ventana, algo, dice, que se reflejaba en el proyecto de obra «y que la Junta y Urbanismo autorizaron». «La empresa restauradora me dijo que en esa zona no había pinturas murales», recalca, al tiempo que destaca que envió un correo electrónico a todos los responsables de la obra «pidiendo por favor que revisaran bien todo, que se aseguraran, no fueran a abrir un hueco y se perdieran pinturas murales».

Cuál fue su sorpresa cuando al subir la ventana se personó una técnica de Urbanismo «montando un pollo porque tenía una foto de 5x5 diciendo que ahí había pinturas». La Gerencia Municipal de Urbanismo le pidió por el daño 6.000 euros y llevó el caso a la Fiscalía Provincial; sin embargo, esta desestimó la vía penal por no apreciar delito. «Supongo que tendría el informe de la empresa restauradora que decía que no había pinturas» , comenta.

La GMU, a continuación, le impuso una sanción de 3.000 euros, que es lo que Jorge Cáceres ha recurrido. «Lo que quiero saber es por qué me sancionan a mí y no a la constructora, a la empresa restauradora o al arquitecto técnico. ¿Para qué contrato a profesionales si tengo que estar encima?», se pregunta.

Detalle de la fachada de la calle Altozano, 18.

Detalle de la fachada de la calle Altozano, 18. / Alfonso Vazquez

Respuesta de Urbanismo

El concejal de Urbanismo, Raúl López, informó ayer a La Opinión de que la sanción proviene de «una actuación sin licencia», que motivó una denuncia a la Fiscalía, que a su vez concluyó que la actuación no era delito penal.

En este caso, la actuación se regularizó -en otros casos se ordena la reposición de lo eliminado o cambiado, aclaró el concejal- pero lo que sigue en pie es una sanción urbanística de 3.000 euros. «Un procedimiento sin licencia genera una infracción urbanística y la sanción está puesta y firmada», subrayó.