Educación

La Semana Blanca: las vacaciones que ponen en jaque a las familias de Málaga

Entre los días 27 de febrero y el 3 de marzo, los escolares malagueños y sus profesores volverán a acumular cinco días de descanso en los que no acudirán a sus centros educativos haciéndolos coincidir con el Día de Andalucía, un periodo no lectivo que se mantiene en la provincia de Málaga

Ignacio A. Castillo

Ignacio A. Castillo

Entre los días 27 de febrero y el 3 de marzo los escolares de la provincia de Málaga no irán al colegio. Y sus profesores tampoco. La Semana Blanca supone cinco días de descanso igual de esperados por alumnos y maestros como temidos por los padres, sobre todo para aquellos que trabajan y no disponen de recursos como para contratar a alguien que pueda estar al cuidado de los hijos. Esta semana no lectiva pone en jaque la vida de muchas familias. Y supone un verdadero trastorno. Los socorridos abuelos suelen ser la solución más recurrente, aunque ayuntamientos, Junta de Andalucía y otros colectivos ponen en marcha campamentos y otras actividades para permitir la conciliación. Suelen ser talleres de manualidades, teatro, juegos cooperativos, deportes, educación en valores...

La Semana Blanca siempre se hace coincidir con el Día de Andalucía y sirve para compensar días festivos que existen en otras localidades y que en muchos municipios malagueños caen en verano y, por tanto, no cuentan a la hora de establecer el calendario escolar. Porque, a la hora de la verdad, en toda la comunidad, todos los alumnos tienen los mismos días de clase: los días lectivos suman un total de 178 jornadas, con 890 horas de docencia directa, en las que se incluye el tiempo de los recreos. En el caso de Secundaria, Bachillerato y FP se establecen 175 los días lectivos. 

El calendario escolar de Málaga tiene diferencias respecto a los del resto de provincias andaluzas (Sevilla, Cádiz, Granada, Huelva, Jaén, Córdoba y Almería), ya que estos se adaptan también a las distintas festividades locales. Pero el número de jornadas lectivas en invariable.

El origen de la Semana Blanca se remonta a principios de la década de los 80. El objetivo de su creación pretendía que los escolares disfrutaran de la cercanía de Sierra Nevada e hicieran actividades relacionadas con la naturaleza. También para que se pudieran celebrar los viajes de fin de estudios, en torno, precisamente, al festivo del 28-F. Pero a pesar de que su vigencia cuenta, por tanto, con cuatro décadas, a muchos aún les cuesta acostumbrarse. Y eso que los padres de hoy ya disfrutaron de estas vacaciones en su etapa escolar.

Este curso se ha optado por volver a recurrir a la fórmular de agrupar las fiestas y los puentes y se ha hecho coincidir el Día de la Comunidad Educativa (hasta no hace mucho de San José de Calasanz o de Santo Tomás de Aquino), en concreto el 27 de diciembre, por lo que en realidad, los días de descanso propios de la Semana Blanca sería solo tres, en mitad del segundo trimestre, entre la Navidad y la Semana Santa, que este año se celebra entre el Domingo de Ramos 2 de abril al Domingo de Resurrección 9 de abril, por lo que los niños dejarán de ir a clase entre el 31 de marzo y el 10 de abril.

Además de las instituciones públicas, otros muchos colectivos ponen en marcha iniciativas para que los niños puedan desarrollar actividades culturales, de ocio, deportivas y relacionadas muchas de ellas con la naturaleza durante este periodo, lo que facilita la conciliación de las familias. La oferta es muy variada. La Universidad de Málaga, por ejemplo, un año más pone en marcha sus Minicampus de Semana Blanca para que los escolares se diviertan "dentro de un entorno saludable y deportivo". También se ofertan campamentos urbanos, talleres, ludotecas, campus deportivos... En algunos casos, las actividades se desarrollan en los propios centros educativos, ya que su organización dependen de las AMPAS.