Crónicas de la ciudad

Las faeneras malagueñas, en un espacio libre de tabaco

En un antiguo rincón casi ‘galdosiano’ donde se vendía tabaco de contrabando se recuerda la movilización de las mujeres malagueñas hace más de un siglo

La placa, entre la plaza de la Marina y los Jardines de Alfonso Canales.

La placa, entre la plaza de la Marina y los Jardines de Alfonso Canales. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Hace cosa de un siglo, luchar por los derechos de los trabajadores, en concreto por una jornada laboral que no equiparara al personal con los esclavos en el Antiguo Egipto te podía acercar, peligrosamente, al camposanto. 

La casualidad ha querido que, con pocos meses de diferencia hayan salido en nuestro país dos nuevas biografías, la primera sobre Alfonso XIII y la segunda sobre el general Miguel Primo de Rivera, dos personas que aunque fueron como el agua y el aceite, se vieron obligadas a entenderse. 

Don Miguel, en el imaginario popular como un cirujano de hierro providencial y un gestor bastante apañado -en especial en lo relativo a las infraestructuras hidráulicas por toda España- resulta que también ordenaba el paso a mejor vida de los sindicalistas más incordiantes. 

Los tiempos han cambiado y hoy incluso, ya hay empresas que se plantean concentrar el trabajo semanal en cuatro días y dejar los otros tres para la familia, los amigos y la vida más allá de los objetivos del trimestre. 

En un rincón de Málaga que ha cambiado como de la noche al día la ciudad recuerda una pequeña gran gesta que tuvo lugar cinco años antes del golpe de estado de Primo de Rivera. 

El sitio, no hace tanto tiempo, era un rincón lúgubre, casi galdosiano, poblado por personajes que se dedicaban al contrabando de tabaco. Hablamos de la parte próxima a los jardines de Alfonso Canales o del Barrilito que entonces miraban al Puerto, al parecer, con aviesas intenciones. 

Remodelada toda la zona, ha quedado un espacio ‘libre de tabaco’ y en el suelo, una placa conmemorativa que recuerda que el 9 de enero de 1918, cerca de mil mujeres faeneras se manifestaron por Málaga por la subida del pan, una movilización que el mes pasado se conmemoró con una marcha por la ciudad con un recorrido similar. 

Por azares de la vida, el firmante tiene el ejemplar de La Unión Ilustrada que informaba algo después, el 24 de enero del 18, de tan asombrosa marcha protagonizada por mujeres del barrio de La Victoria y Capuchinos. Lejos de que fuera una jornada festiva, hubo muertos y heridos y cosa llamativa, el periódico hablaba de las «justas reivindicaciones del pueblo», finalmente concedidas. 

La placa, instalada en 2018 por el Consejo Sectorial del Área de Igualdad del Ayuntamiento, de paso es el reflejo de una positiva actitud de nuestro Consistorio y de nuestro alcalde, que con el terrible asunto de las fosas comunes de la Guerra Civil y el homenaje en San Rafael a los asesinados nunca antes homenajeados -los del bando perdedor- ya dio una lección a otros colegas más carpetovetónicos. Felicidades.

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