Crónicas de la ciudad

Con la marcha de Salyt se va un escenario ‘de cine’

La entrada a la fábrica, abandonada desde su cierre en 2011, era un mugriento escenario digno de los rodajes más truculentos. La Málaga Film Office pierde un activo

La entrada a la fábrica, la semana pasada.

La entrada a la fábrica, la semana pasada. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

En ocasiones hay que poner en primer lugar la salubridad y la seguridad antes que el Séptimo Arte. Viene esto a cuento porque Málaga está a punto de perder un enclave privilegiado desde el punto de vista de la Málaga Film Office, aunque el firmante desconoce si este (tétrico) emplazamiento se ha aprovechado alguna vez en películas, en series o en telenovelas turcas. 

Sí que ha desfilado más de una vez por esta sección porque recordaba uno de esos sitios sórdidos para que dos integrantes de la mafia rusa cerraran un acuerdo con intercambio de maletines o bien para que un soplón mugriento informara a un agente del FBI de las fechorías de los primeros. 

En suma, se trata del entorno de la antigua fábrica de ladrillos Salyt. Desde que cerró sus puertas en 2011 los alrededores han ido ganando tanto en años como en cochambre.

Entrada a la fábrica.

Entrada a la fábrica. / A.V.

Sin necesidad de entrar en sus instalaciones, la entrada fabril sólo era digna de encomio desde el punto de vista cinematográfico. El autor de estas líneas visitó la zona la semana pasada. Encogería el corazón incluso a un ‘témpano’ como el dictador Vladimir Putin

La desaparecida Sociedad Anónima de Ladrillos y Tejas ya ha perdido los tejados que lucía desde 1945, cuando echó a andar, lo que propició que muchos vecinos de la Granja Suárez se asentaran por la zona y encontraran trabajo, claro que con los años vinieron las quejas por el polvo de los ladrillos en suspensión que causaba problemas respiratorios. De hecho, hace 21 años los vecinos ya pedían el traslado de Salyt en este mismo diario. 

El cambio de uso ya está aquí. En su lugar, como hace unos días anunció La Opinión, vendrán un centro comercial, 900 plazas de aparcamiento, una nueva carretera, una pequeña zona verde (en Málaga es asentada tradición el racanearlas), un centro multiusos... así que los que quieran contemplar una zona degradada, digna de rodar en ella una de espías corruptos o de zombis, deberán darse prisa. Afortunadamente. 

El puente, junto a la fábrica abandonada.

El puente, junto a la fábrica abandonada. / A.V.

No ayuda a tranquilizar al paseante la presencia de un siniestro puente de dos ojos, ambos pintarrajeados y llenos de escombros todo el año. 

Tampoco los detritus perpetuos que se arremolinan a la entrada de la fábrica, en la que por encima de su muro se aprecian las huellas de los vándalos más inconscientes. 

Ha sido una zona dejada a su suerte hasta que una operación urbanística ha llamado a la puerta. Estamos en el tramo final para que acabe este peliculero descenso malaguita a los infiernos. Toca respirar. 

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