Cerebros en la UMA

Investigadores de la UMA, pioneros en realizar un completo estudio sobre una de las lesiones más temidas en el deporte

Paula Requejo, Chelo Pineda e Iván Medina realizan una investigación sobre los patrones epidemiológicos de la rotura del ligamento cruzado anterior en futbolistas de Primera División

Los investigadores de la UMA Iván Medina, Paula Requejo y Chelo Pineda.

Los investigadores de la UMA Iván Medina, Paula Requejo y Chelo Pineda. / La Opinión

Puede arruinar una temporada completa para un deportista profesional porque la recuperación es lenta e incluso poner en riesgo toda una carrera. La rotura del ligamento cruzado anterior (LCA) es una lesión grave y compleja de rodilla que, sin embargo, no había sido estudiada con profundidad en el ámbito del fútbol profesional en España.

Los investigadores de la Universidad de Málaga Paula Requejo, Chelo Pineda e Iván Medina han sido pioneros en realizar un estudio que analiza los patrones epidemiológicos de las roturas de LCA en futbolistas masculinos españoles de Primera División.

Se trata de una recopilación de datos a partir de las bases electrónicas de las empresas Besoccer y Transfermarkt durante diez temporadas consecutivas, en el periodo comprendido entre 2010 y 2020, recopilando información acerca de incidencia, mecanismo y recurrencia de la lesión; el lado de la misma; los días de recuperación y la gravedad; la posición del jugador; la dominancia, la temporada y el momento en el que se produce la lesión.

Una información que resulta fundamental para hacer «un mapa de estas lesiones en el fútbol y poder detectar necesidades, que permitan elaborar un plan de entrenamiento desde la prevención».

Esta investigación comenzó a finales de 2020 con el Trabajo de Fin de Grado (TFG) de Paula Requejo, que posteriormente se convirtió en un estudio en profundidad junto a los otros dos investigadores del Departamento de Fisioterapia de la Facultad de Ciencias de la Salud.

«Surge de la necesidad de cubrir un vacío en cuanto a los datos sobre una lesión muy reconocida, con un impacto en el deportista importante», indica el investigador Iván Medina.

Este tipo de estudio sí se había llevado a cabo en las ligas italiana y alemana y ahora los resultados de la investigación realizada en España reflejan una coincidencia con los de ambos países.

Entre los resultados, esta investigación ha identificado una media de 11 roturas del ligamento cruzado anterior por temporada en la liga de fútbol de Primera División, con una incidencia de 0,0016 por 1.000 horas de juego, lo que significaría que cada dos temporadas cualquier equipo se vería afectado, al menos, una vez por este tipo de lesiones.

Además, se demuestra que existe un mayor riesgo de sufrirla en los partidos que en los entrenamientos. Un hecho que, según comenta Paula Requejo, se debe a que la intensidad y fatiga del futbolista durante el entrenamiento es menor que durante un partido.

«La fatiga es un factor súper importante que hace que en los partidos haya más roturas. También los entrenamientos son ambientes más controlados mientras que en los partidos hay mucha aleatoriedad», apunta. No obstante, como añade Iván Medina, este es un factor común a todas las lesiones.

Baja de 7 meses

Otros datos que muestra este estudio es que el tiempo medio de baja es de unos 7 meses aproximadamente -218,8 días-, con una incidencia más alta durante septiembre-octubre y marzo-abril.

El portero es la posición menos afectada y tan solo en torno al 6 por ciento de los casos existe una recaída de la misma lesión.

Ante una baja tan larga, trabajar en la prevención debe ser prioritario y los investigadores afirman que ya se están implementando en la liga española programas en este sentido.

«Vemos como en los últimos cinco años hay una reducción de la incidencia de la lesión, lo que puede ser debido a que se han empezado a implementar esos programas de prevención. Pero debido a la complejidad que tiene la recuperación y a la implicación en la carrera del deportista, se podía trabajar bastante más», afirman.

Respecto a si es posible reducir la incidencia de la rotura del ligamento cruzado anterior, el especialista en Fisioterapia Iván Medina indica que siguen investigando para obtener una respuesta, aunque ya se ve que los patrones están cambiando «ligeramente».

«Ahora parece que las lesiones ligamentarias disminuyen en número, producto de la implantación de esos programas de prevención, mientras que las musculares no terminamos de controlarlas. El problema con las lesiones es que son multifactoriales, con lo cual el control total es una utopía», dice.

¿Sería posible, al menos, reducir las prolongadas bajas que provocan las lesiones de LCA? Los investigadores de la UMA tampoco apuestan por este camino porque «hay más incidencia de recaídas» y el objetivo, más bien, debe ser reducir las posibles repeticiones de la lesión.

«Hay que hacer una buena recuperación porque la lesión del cruzado es bastante compleja no sólo a nivel de la rodilla, sino a nivel psicológico», apunta Requejo.

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El objeto de estudio han sido jugadores de Primera División. / Andreu Dalmau

Tratamiento psicológico

En este sentido, Chelo Pineda, psicóloga además de fisioterapeuta, afirma que «está demostrado que la actitud, el afrontamiento y el mayor número de habilidades emocionales que tenga el deportista frente a una lesión, facilitan que la recuperación sea bastante más óptima».

Así, es importante trabajar el aspecto psicológico para que el futbolista no tema «volver a hacer el gesto que le lesionó o sentirse inseguro con la rodilla».

Por otra parte, los investigadores apuestan por realizar más investigaciones longitudinales adicionales a este estudio, además de trabajarlo desde una perspectiva de género.

En ese sentido, Iván Medina explica que se ha identificado cierta predisposición en la mujer a padecer esta lesión de rodilla, con hasta dos y tres veces más que en el hombre en fútbol y entre tres y cuatro en baloncesto.

Los resultados de este primer trabajo desarrollado en la liga española han sido publicados en la revista científica ‘The Knee’, lo que supone un reconocimiento para estos investigadores.

«Lo que vas buscando al investigar es hacer algo que te guste, que creas que tiene interés en el ámbito científico y de transferencia a la población en general y con un equipo con el que estés a gusto. Porque investigar no es fácil», manifiesta Chelo Pineda.

Por último, los investigadores quieren agradecer la colaboración de las empresas con cuyas bases de datos han trabajado, especialmente a la malagueña Besoccer.