Solidaridad

Brazadas malagueñas en el Estrecho para ayudar a Rocío

Cuatro malagueños realizan una travesía a nado para dar visibilidad a la situación de una joven de 30 años que sufrió un infarto medular

Los cuatro malagueños, en el barco tras realizar la travesía a nado del Estrecho.

Los cuatro malagueños, en el barco tras realizar la travesía a nado del Estrecho. / L. O.

No querían batir un récord ni competir entre ellos. El objetivo era ayudar a Rocío, una joven malagueña que sufrió un infarto medular que le ha cambiado la vida. Por ella, cuatro malagueños han cruzado a nado el Estrecho de Gibraltar

Con unas condiciones marítimas perfectas y después de dos intentos previos, Alberto Morales, Daniel García, David García y Sergio Banderas han realizado por fin esta travesía que pone fin a una campaña solidaria que comenzó hace un año y medio.

Sobre las 10.00 horas de este jueves 4 de mayo, estos cuatro amigos se lanzaron al mar para realizar un trayecto que puede ser de entre 15 y 21 kilómetros, dependiendo de las condiciones del mar y en el que el frío, las medusas u otros obstáculos que puedan aparecer son los principales hándicaps. 

Por suerte, las condiciones eran perfectas y pudieron tocar la costa de Marruecos en 3 horas y 54 minutos. Detrás quedan meses de duros entrenamientos cada día a las 5 o las 6 de la mañana, antes de llevar a los niños al colegio y empezar a trabajar, o justo después de acabar la jornada laboral.

Alberto, Dani, David y Sergio, durante la travesía este jueves.

Alberto, Dani, David y Sergio, durante la travesía este jueves. / La Opinión

Una dura preparación que estos malagueños de entre 40 y 50 años no han dudado en realizar desde que conocieron la historia de Rocío Martín, la verdadera protagonista de esta hazaña como ellos mismos dicen.

Fue Alberto Morales el que contactó con la joven de Alhaurín de la Torre tras parar a echar gasolina en Churriana y leer un cartel en el que pedía ayuda. "Vi un cartel en el mostrador donde venía escuetamente lo que le había pasado a Rocío. Había sufrido un infarto medular y buscaba recursos para adaptarse a su nueva vida", explica.

Rocío, de 30 años, trabajaba hasta hace año y medio como administrativa en la estación de servicio en la que paró Alberto. Allí estaba cuando le dio un dolor muy fuerte en el pecho que le hizo ir al centro de salud más cercano donde le diagnosticaron un cuadro de ansiedad.

Cuando llegó a su casa empezó a notar un cosquilleo en las piernas y a continuación dejó de sentirlas. En el Hospital Clínico le dieron el diagnóstico: había sufrido un infarto medular. Inmediatamente fue trasladada en helicóptero al Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo donde pasó unos 8 meses y del que salió en una silla de ruedas.

Ayudar sin dudar

Tras conocer su historia, Alberto no dudó en escribirle por WhatsApp y le hizo una sola pregunta: ¿Qué te hace falta? "Me comentó que estaba recién casada y que tenía una casa que habían comprado con mucho esfuerzo en Alhaurín de la Torre pero tenía dos plantas. Necesitaba un elevador a medida que costaba 18.000 euros, aparte de otros 8.000 para la obra", recuerda el malagueño.

Junto al resto de compañeros, aficionados todos a la natación, pensaron que cruzar el Estrecho sería una buena manera de dar visibilidad a la situación de Rocío y conseguir recaudar fondos. 

Ya habían realizado otros retos solidarios como nadar desde Ibiza a Formentera a favor de la asociación Héroes hasta la médula que promueve la donación de sangre y médula enfocada sobre todo al cáncer infantil. 

En esta ocasión, planearon tres vías de financiación: una cena solidaria que se celebró en octubre y fue todo un éxito con la asistencia de 180 personas; promoción en medios de comunicación y venta de camisetas y por último consiguieron el patrocinio de numerosas empresas.

Pero Rocío, que aún no se cree que tantas personas la hayan apoyado, ha tenido además la ayuda de la empresa en la que trabajaba, la gasolinera BP de Churriana del Grupo Badía, que ha financiado el elevador que necesitaba, y de los albañiles que se lo han instalado de forma completamente gratuita.

"Cuando nos enteramos de eso nos quedamos bloqueados, porque antes de empezar a nadar ya estaba casi todo hecho", cuenta Alberto Morales.

Nuevo objetivo

Entonces le preguntaron a Rocío qué más necesitaba y ésta les comentó que quería tener capacidad de movilidad con independencia para poder ir a comprar y, en definitiva, valerse por sí misma. Para ello necesitaba una moto adaptada que cuesta unos 6.500 euros

Una cantidad que a estos malagueños solidarios no les costó recaudar con la ayuda de las empresas patrocinadoras y la cena benéfica, en la que la propia Rocío también colaboró.

"Nos ayudó con las camisetas, buscó imprenta, colaboró mucho con la parte logística porque hubo un momento que nos desbordamos y pensamos que no nos daría tiempo. Ella se implicó y tiró para adelante en el aspecto organizativo", reconoce Alberto. 

Pero aún quedaba la parte deportiva de este gesto solidario, que ya habían intentado realizar dos veces el pasado verano pero que no pudieron por las condiciones del mar y por un vertido. 

"Ya no se necesita más dinero, Rocío nos dice que ya está bien con lo que hemos hecho. Pero esto empezó porque cuatro malagueños íbamos a cruzar el Estrecho para hacer un reto y ayudar a una chica que está inválida a adaptarse a su nueva vida y teníamos que hacerlo", remarca el deportista.

Rocío, junto a los malagueños que la han ayudado con su reto solidario.

Rocío, junto a los malagueños que la han ayudado con su reto solidario. / La Opinión

Alegría

Ese momento llegó este jueves y allí estaba Rocío con su marido, Cristóbal Ruiz, para ser testigo de la gesta de sus amigos. 

"Imagínate lo que ha significa esto para mí, una cosa impensable. En la vida me hubiera esperado conocer a gente como Alberto, David, Sergio y Dani", cuenta por teléfono emocionada.

Rocío, que asegura que actualmente está bastante mejor aunque su situación siga siendo difícil, destaca la "increíble hazaña" que sus ya amigos han realizado. "Hay gente que está ahí para ayudarte cuando menos te lo esperas, cuando estás más vulnerable que nunca. No sé cómo agradecerlo", afirma.

Subraya, igualmente, la ayuda de su empresa, que financió el elevador para su vivienda, al igual que de toda la gente que ha permitido que lleve una vida un poco más cómoda. 

Las empresas que han colaborado con este reto solidario son: Confiafarma, Mansof+, Copyrap, Agua, crea y comunica, Clínica Dental Axarquía, Ártica, Grupo Badía, Montajes Albarracín, Mundo Reformas, Todoterrazas, Vending Málaga, Empleabilidad ETT, Bdhome, Cayjo Reformas y Construcciones, Mansof Grupo Empresarial, Docline, Escuela canina Quercus y Ferretería Buron.

Alberto, David, Dani y Sergio ya han superado este reto y cumplido el objetivo de ayudar a Rocío pero no se quedarán aquí. De hecho, ya tienen en mente el siguiente, nadar la costa de Málaga entera, desde el límite con la provincia de Cádiz hasta Nerja. Y, por supuesto, también lo harían por una buena causa: seguir divulgando la necesidad de donar sangre y médula.

"Es una forma de vida, intentar ayudar, es algo normal, es gratis. Cuando lo ves de una forma global, ves que lo haces por ti mismo, para sentir que la vida no es solamente para uno, sino también para los demás", concluye Alberto Morales.