Crónicas de la ciudad

Solares con zonas verdes fuera del PGOU

En rincones como la Carrera de Capuchinos o Lagunillas, en parcelas tostadas por el sol crecen pequeñas zonas verdes ajenas a las ocurrencias urbanísticas

Solar en la Carrera de Capuchinos

Solar en la Carrera de Capuchinos / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Aseguraba esta semana Andreu Escrivá, un experto sobre cambio climático, que en el futuro, turistas y visitantes evitarán la zona del Mediterráneo por las altas temperaturas.

En este preocupante contexto, uno de los planeamientos urbanísticos más viejunos y alejados del sentido común es el que limitará las zonas verdes de los terrenos de Repsol a 80.000 m2 -y de ellos, a un parque de sólo 65.000 m2- en lugar de los 177.000 planificados, con mucho más interés por el interés general, hace 40 años.

Como saben, a nuestros cargos públicos tanto árbol y tantas flores les pareció un desperdicio absoluto, así que la insensatez urbanística finalmente aprobada permitirá que se construya en el resto de la parcela, lo que dejará a la Málaga más masificada sin cerca de 100.000 m2 de zonas verdes con respeto al premiado PGOU de 1983.

Seguro que los malagueños del futuro se llevarán las manos a la cabeza ante este disparate mayúsculo, como ya hacemos muchos en este arranque del siglo XXI.

Para equilibrar, aunque sea simbólicamente, la preocupante miopía urbanística de nuestros representantes públicos, la Naturaleza va a lo suyo en solares que llevan años tostándose al sol en Málaga.

Un rincón de la parcela, presidida por un ailanto.

Un rincón de la parcela, presidida por un ailanto. / A.V.

El milagro verde lo podemos admirar estos días, por ejemplo, en la Carrera de Capuchinos en un veteranísimo y enorme solar a la altura del número 16. Allí se ha formado lo que los urbanistas llaman un ‘bosquete’, con toda la vegetación clásica de una parcela malaguita y alguna sorpresa.

Porque además de los frecuentes ailantos de origen chino, que aguantan muy bien la contaminación y tratan de rascar las nubes siempre que pueden, así como las plantas de la nicotina podemos ver un crecido ejemplar de casuarina, un árbol de origen australiano.

La casuarina frente a la plaza de Capuchinos.

La casuarina frente a la plaza de Capuchinos. / A.V.

Quizás no sea casualidad que haya otro hermoso ejemplar de casuarina en un parterre triangular frente a la vecina plaza de Capuchinos. Quien siembra, aunque sea por el azar del viento o los pájaros, suele recoger.

Detalle del ficus de Lagunillas, en junio.

Detalle del ficus de Lagunillas, en junio. / L.O.

En la misma línea, en la zona de Lagunillas, otro solar en barbecho permite contemplar en todo su esplendor un ficus salvaje que parece dispuesto a abrazar por los siglos de los siglos uno de los famosos templos de Angkor que saltaron a la fama por la adaptación de ‘El libro de la selva’ de Walt Disney.

Y este es el humilde consuelo, las meteduras de pata de nuestros cargos electos podrán perjudicar a las futuras generaciones pero siempre habrá en Málaga un terrenito en el que la Naturaleza no atienda al PGOU.

Suscríbete para seguir leyendo